Las rutas comerciales abiertas bajo el Imperio romano siguieron siendo utilizadas durante este período en gran parte gracias a los esfuerzos de estos mercaderes. Su red comercial cubría la mayor parte de Europa, África del Norte, el Cercano Oriente, Asia central y una parte de la India y de China. Se desconoce si el término, que es usado únicamente por algunas fuentes directas, se refiere a una corporación específica, a una casta o si se trataba de un término genérico para designar a los comerciantes judíos
Existen muy pocas fuentes directas sobre los radhanitas. Su actividad es conocida gracias a un libro de Abū l-Qasim Ubaid Allah ibn Khordadbeh, el Kitab al-Masalik wal-Mamalik (Libro de las rutas y de los reinos), escrito alrededor de 870. Como director del servicio postal y de la policía de la provincia de Jibal bajo el mandato del califa abasida Al-Mu’tamid (que reinó entre 870 y 885), ocupaba una posición privilegiada para observar este comercio.
Estos comerciantes hablaban árabe, persa, griego [bizantino], franco, español y slavo. Viajaban de oeste a este y de este a oeste, parcialmente por tierra, parcialmente por mar. Transportaban desde Occidente eunucos, mujeres reducidas a la esclavitud, muchachos, seda, castores, martas y espadas. Tomaban barcos en Firanja (Francia) en el mar Occidental e iban hasta Farama (Pelusio). Allá, cargaban sus productos en los lomos de camellos e iban por tierra hasta al-Kolzum (Suez), una distancia de 25 farsakhs (parasangas, medida comparable a la legua europea). Embarcaban en el Mar Rojo y navegaban desde al-Kolzum hasta al-Jar (puerto de Medina) o Yida, para luego dirigirse a Sind, India y China. En el camino de regreso de China, llevaban almizcle, aloe, alcanfor, canela y de otros países orientales hacia al-Kolzum y las llevaban a Farama, donde se embarcaban hacia el mar Occidental. Algunos navegaban hacia Constantinopla para vender sus productos a los bizantinos; otros se dirigieron al palacio del rey de los Francos para vender allí sus productos. A veces, estos mercaderes judíos, cuando se embarcaban desde el país de los Francos al mar Occidental se dirigían hacia Antioquía (en la desembocadura del Orontes); de allí por tierra hasta al-Jabia (al-Hanaya, a orillas del Éufrates). Desde allí, se embarcaban en el río Éufrates hasta Bagdad, a partir de donde descendían el Tigris hacia al-Obolla. Desde allí, navegaban hacia Omán, Sind, Hind y China…
Estos viajes distintos también podían ser realizados por vía terrestre. Los comerciantes que partían de España o de Francia iban a Sus al-Aksa [en Marruecos] y, luego, a Tánger, desde donde se dirigían hacia Kairuán y a la capital de Egipto. De allí, iban a ar-Ramla, visitaban Damasco, al-Kufa, Bagdad y al-Basra, cruzaban Ahvaz, Fars, Kermán, Sind, Hind y llegaban a China.
A veces, también, tomaban la ruta desde Roma y cruzaban el país de los eslavos, llegaban a Khamlidj, la capital de los jázaros. Se embarcaban en el mar Jorjan, llegaron a Balkhj, cruzaron Oxus y continuaron viaje por Yurt, Toghuzghuz, el páis de los uigures y de allí a China.
Fuera de ibn Khordadbeh, los radhanitas no han sido mencionados más que por un puñado de fuentes. El libro Kitab al-Buldan (“Libro de los países”) de Ibn al-Faqih que data del siglo X los cita, pero la mayor parte de la información es extraída de los escritos de Ibn Khordadbeh. Sefer ha-Dinim (“Libro de las prescripciones”), un relato hebreo de viajes de Yehuda ben Meir de Maguncia, cita Przemyśl y Kiev como factorías comerciales a lo largo de la ruta radhanita. A inicios del siglo XII, un comerciante judío francés llamado Yitzhak Dorbelo escribió que viajaba con mercaderes radhanitas hasta Polonia.
Origen de los radhanitas
Varias etimologías han sido sugeridas para la palabra Radhanita y para el origen de estos comerciantes judíos: la primera, más antigua, considera que los Radhanitas eran descendientes de los judíos instalados en Francia durante la Antigüedad, mientras que los defensores de la segunda sostenían que el centro de su actividad se encontraba en el Oriente (Irak o Persia).
Fin de los radhanitas
Estos judíos, que habían amasado sus fortunas en la era de los radhanitas, con el comercio de especias transeuroasiático entre el mundo cristiano y el musulmán desde de la era cristiana, con el caos generalizado en Eurasia por la caída de la dinastía Tang en 908, el colapso del estado jázaro a manos de los Rus unos sesenta años más tarde y el surgimiento de los estados expansionistas turco-persas de la dinastía selyúcida (1040-1118) no pudieron seguir con el comercio de la ruta de la seda y se dedicaron a la banca.
Fuente: Wikipedia
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