La clave para el éxito de negociaciones de paz es que ambas partes del conflicto quieran o estén dispuestas a dejar las armas y aceptar el diálogo, pues ven que por ese camino son más los beneficios, que el proseguir con la contienda armada, pero en el actual cuadro de situación, ni Ucrania ni Rusia, estiman dejar el combate.
En el caso ucraniano, Kiev prosigue la lucha por que aspira a reconquistar los territorios perdidos, 2014/2022, pues considera que lo que ceda ahora, jamás lo podrá recuperar, y por el lado de Moscú, por que necesita darle una victoria a su pueblo, consolidar su soberanía en Crimea y el Donbás, y es por esto, que ninguna de las partes quiere negociar, por lo tanto, intentar sentarlas en una mesa de negociaciones de paz ahora, no es viable, más allá de la propuesta de China, o incluso del gesto realizado por Brasil.
Es evidente que este conflicto, ha tenido un impacto tal, que ha cambiado el escenario geopolítico global, ha acrecentado las tensiones entre las grandes potencias, y en Europa, se puede percibir algunos cambios significativos, como el caso de Polonia, que antes del conflicto era un actor criticado por su deriva autoritaria, pero su posición firme de apoyar a Kiev y enfrentar a Moscú, le ha dado al gobierno de Varsovia una influencia tal, que equipara a las tradicionales que poseen Alemania y Francia, y posiciona a Polonia como la nueva potencia del Este de Europa.
Mientras, a más de un año de la guerra, que por allá por marzo del año ppdo., se pensaba que Rusia en pocas semanas se haría con Ucrania, a este presente, donde la lucha por la estratégica ciudad de Bajmut, parece constituir un punto de inflexión en esta cuarta fase del conflicto.
Y en este escenario, los cuatro países nórdicos, Dinamarca, Noruega, Suecia y Finlandia, están planificando un sistema de defensa aérea común, frente a la amenaza que les representa Rusia, por esta razón, el pasado 24 de marzo, sus respectivos gobiernos firmaron un documento para establecer un sistema de defensa unificada, que tiene como base táctica y estratégica, los protocolos que posee la OTAN.
Este poder aéreo militar unificado de estos cuatro actores puede ser comparable a una potencia, por el caso, los daneses cuentan con 58 F16 y 27 F35 ya encargados, Noruega 57 F16 y 37 F35, y encargó 15 más, Suecia por su lado cuenta con aeronaves de fabricación propia, los Gripens, unos 90 y Finlandia cuenta con 62 F18 Hornet y ha encargado 64 F35, y no olvidemos, que estos dos últimos países han solicitado el año pasado el ingreso a la Alianza Atlántica, un proceso que está obstaculizado por la posición de Turquía, que requiere de los dos estados escandinavos, la cooperación para combatir el irredentismo nacionalista kurdo, a lo que suma la resistencia de la Hungría de Orban, que junto a la Bielorrusia de Lukashenko, son los dos actores europeos más cercanos a Moscú.
Con respecto al gobierno de Minsk, el 25 de este mes, el presidente Vladimir Putin, anunció el despliegue de armas nucleares tácticas en territorio bielorruso, agregando que Washington ha desplegado hace años armamento de este tipo en los territorios de países miembros de la OTAN, que según el líder ruso son, Alemania, Holanda, Bélgica, Italia, Grecia y Turquía.
Según Putin, el acuerdo con Lukashenko no viola las obligaciones de no proliferación nuclear que ha contraído oportunamente Rusia, y que a partir de abril, se comenzara con la instrucción del personal militar bielorruso, con miras a que el 1° de julio próximo, se haya finalizado con la construcción de un silo de emplazamiento de dicho armamento, lo que ha disparado las alarmas en la OTAN y se han anunciado nuevas sanciones contra Rusia.
Ahora bien, ¿Qué son las armas nucleares tácticas?, son bombas de entre 1 y 50 kilotones, instaladas en proyectiles con alcance máximo de hasta 500 km., y para tener una idea de su poder, recordemos que la utilizada en 1945 en Hiroshima, era de 15 kilotones, obviamente son mucho más destructivas que las de cabeza convencional, pues además de poder tener la misma energía explosiva, se suman los efectos de la contaminación de radiación, que afecta, la atmósfera, el suelo, el agua e incluso la cadena alimenticia, y este tipo de armas no están incluidas en ningún tratado o acuerdo de control de armas nucleares, a diferencia de las armas nucleares estratégicas, que constituían la disuasión de Mutua Destrucción Asegurada durante la Guerra Fría, el llamado Equilibrio del Terror por el gran Raymond Aron, y que llevó a Washington y a Moscú a reducir este arsenal, que para el año 2022, se refleja en 3.700 y 4.480 ojivas, respectivamente, y lo que hace, que los ataques nucleares a gran escala sean inviables, trasladándose la disuasión al uso de las armas nucleares tácticas.
Rusia, al presente, posee: 1.912 armas nucleares tácticas, 1.185 misiles intercontinentales, 800 misiles tácticos de lanzamiento submarino y 580 de lanzamiento aire – tierra.
Por su parte, si bien Joseph Borrell, a cargo de la política exterior de la U.E., ha respondido a las declaraciones del presidente Putin, que el desplazamiento de este tipo de armas nucleares tácticas, no hace más que escalar el conflicto ucraniano, la provisión por parte del Reino Unido, de munición con uranio empobrecido al ejercito de Kiev, también constituye una escalada, pues ante esto, Moscú los emplearía también.
Este tipo de proyectiles, son capaces de perforar todo tipo de blindaje, y más allá de su alta eficacia, su uso es controvertido por su toxicidad y grado contaminante, pues están hecho con el residual del procesamiento del enriquecimiento de uranio, y es un 60% menos radiactivo que uranio natural, y el uso de tal munición no está prohibido en el Derecho Internacional, y ha sido utilizado ya en el conflicto de los Balcanes, la ex Yugoslavia, en los año 90, y por los EE.UU. en ambas guerras del Golfo, 1991 y 2003.
El riesgo de utilización de este tipo de proyectiles, es que estamos hablando de un metal químico y radiológicamente contaminante según un Informe de la ONU, ya que al impacto se esparce polvo y fragmentos de uranio, y un caso testigo es, el aumento de distintos tipos de cánceres y malformaciones genéticas resultantes en la ciudad de Faluya, Irak, como así también, problemas de salud detectados en excombatientes de la guerra del Golfo.
Lo concreto es, que el conflicto ucraniano – ruso espera una quinta fase mucho más virulenta con la llegada de la primavera boreal, con mayores tensiones entre miembros de la OTAN y Rusia, la que sin embargo ha recibido la semana pesada la ratificación de la alianza estratégica de China, con la visita del líder Xi Jinping a Moscú, un gigante asiático que hasta ahora es el gran ganador, pues ha aprovechado el error estratégico de los EE.UU. en retirarse prácticamente del escenario de Oriente Medio, y Rusia se ha erigido como el mediador y árbitro geopolítico entre dos actores histórica y religiosamente enfrentados, el Reino de Arabia Saudita y la República Islámica de Irán, y sigue tejiendo su Nueva Ruta de la Seda.
Finalizando la columna, las conclusiones son las siguientes: para bailar el tango hacen faltan dos, y para llegar a un acuerdo, también hace falta que ambas partes del conflicto estén determinadas a poner fin al enfrentamiento; que más allá de los dos actores principales, los secundarios y las grandes potencias no actúen de manera tal que escalen el conflicto; que la disuasión sigue presente tal como sucedió durante la Guerra Fría y los arsenales nucleares mantienen intactos ese poder disuasorio; entender que en el Juego del Poder Global, no hay buenos ni malos, sólo potencias e intereses en pugna, que el escenario geopolítico y geoeconómico es dinámico y se caracteriza por una interdependencia compleja, en una incipiente bipolaridad, por eso la frase elegida hoy es de Sun Tzu, Siglos VI/V a.C., “…las armas son instrumentos letales que solamente deben ser utilizadas cuando no hay otra alternativa…”.-