Por el inspector general (retirado) Alon Levavi y el general de brigada (retirado) Dr. Meir Elran
La intención de establecer una Guardia Nacional, sobre la base de la Policía de Fronteras, es adecuada y no es nueva.
Resurgió tras los disturbios en las ciudades con población mixta árabe-judía en mayo de 2021, en respuesta a los enfrentamientos entre ciudadanos árabes y judíos.
Desde entonces, se han tomado varias decisiones gubernamentales sobre el tema y la cuestión es abordada en el trabajo del personal en curso en los órganos pertinentes.
La pregunta principal se relaciona ahora con la posibilidad aparente de que la Guardia Nacional se establezca y funcione por separado de la Policía israelí, bajo la subordinación directa del ministro de Seguridad Nacional y de acuerdo con sus exigencias.
El análisis profesional apunta la conclusión general de que la separación entre la policía y la Guardia Nacional dañará enormemente a la Policía de Israel, debilitará aún más su poder para hacer frente a todas sus tareas, será muy costosa y creará una incomodidad innecesaria y obstáculos organizativos y operativos difíciles.
Esto, a su vez, perjudicará tanto a la policía como a la Guardia Nacional, así como a otros cuerpos de seguridad, entre ellos las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
El establecimiento de la Guardia Nacional es un paso correcto a tomar, pero la separación de la policía es una mala decisión que no es del todo necesaria en términos de necesidades operativas y de aplicación.
El nivel profesional y el Comisionado deberían presentar su oposición a tal movida, y el Gobierno debería rechazar esta propuesta.
La atención debe centrarse ahora en el fortalecimiento de la policía y el establecimiento de la Guardia Nacional sobre la base de las Fuerzas de Defensa de Israel, como parte de la Policía de Israel.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies
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