Pertenecía a una familia de la nobleza hebrea, los Abravanel, y estudió teología y medicina. Al advenir Juan II al trono portugués, el padre de León Hebreo, Isaac Abravanel, que era tesorero y ministro del fallecido monarca Alfonso V de Portugal, cayó en desgracia y en 1483 tuvo que huir y refugiarse en España bajo la protección de Abraham Senior, que lo asoció a sus negocios financieros y sus cargos en la Hacienda real. Al año siguiente, León y el resto de la familia se reunieron con él en España y se establecieron en Sevilla, donde cambió su nombre de pila a “León” y pudo ejercer la medicina.
En 1492, habiéndose negado a convertirse al catolicismo, y afectado por el Edicto de Granada que decretaba la expulsión de los judíos de España, marchó a Italia. Allí vivió en Génova y, más tarde, en Nápoles. En 1502 ya tenía acabados sus tres famosos Diálogos de amor en italiano (Dialoghi d’amore), aunque no se imprimieron sino póstumos en 1535 en Roma. En ellos es notorio el influjo de Platón a través de Maimónides, Juhanam Alemanno, Giovanni Pontano, Mario Equícola y fray Gil de Viterbo. El modelo inmediato fue, sin embargo, la obra de Marsilio Ficino Dialogo sopra l’amore, si bien León Hebreo supo exponer de un modo más completo, original y profundo la estética platónica y logró anular a su modelo.
En efecto, todos los platónicos españoles del siglo xvi sufrieron la influencia de los Diálogos de Judá Abravanel y se multiplicaron las traducciones (Guedella Yahía, Los dialogos de amor de Mestre Leon Albarbanel medico. De nuevo traduzidos en lengua castellana, Venecia, 1568; el doctor Carlos Montesa, jurisconsulto y matemático natural de Zaragoza, Philographia vniversal de todo el mundo, de los Dialogos de Leon Hebreo traduzida de italiano en español, corregida, y añadida, por Micer Carlos Montesa… Zaragoza: Angelo Tavanno, 1582; y la de Garcilaso de la Vega el Inca (Madrid: Pedro Madrigal, 1590).
Hay huellas clarísimas de los Diálogos en las obras de Baltasar de Castiglione, Pietro Bembo, Juan Boscán, Garcilaso de la Vega, Francisco de Aldana, Maximiliano Calvi, Fernando de Herrera, Luis de Camoens, Pedro Malón de Chaide, Montaigne, Pedro Simon Abril, Miguel de Cervantes etc. Este último escribió en su Don Quijote: “Si tratáredes de amores, con dos onzas que sepáis de lengua toscana toparéis con León Hebreo, que os hincha las medidas”. Pero su influjo desbordó el ámbito hispánico y se extendió a escala europea: reminiscencias de los Diálogos se advierten en la poesía de Miguel Ángel Buonarroti, en el pensamiento de Giordano Bruno y en el de Spinoza. Sin embargo, fue puesta en el Index librorum prohibitorum de la Santa Sede a causa de sus rasgos heréticos de cabalismo y teosofía.
Como poeta en lengua hebrea es también importante, pese a su escasa producción: una Queja contra el Destino (Nápoles, 1503) está en forma de epístola o carta; se trata de 132 versos dirigidos a su hijo, secuestrado y bautizado a la fuerza por el rey de Portugal Juan II y refleja una verdadera amargura por la pérdida de su hijo, al que seguramente ya no volvió a ver. También escribió en hebreo una solemne elegía, la Endecha a la muerte de su padre.
Fuente: Wikipedia
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