Carta abierta al presidente de España

De mi consideración:

He leído en las últimas noticias que usted apoya a los israelíes que protestan contra la reforma judicial en trámite parlamentario EN ISRAEL.

Por todos los derechos que me otorga el ser JUDIO, CIUDADANO ISRAELI y ESTAR CONTRA ESA REFORMA es que escribo a usted lo siguiente.

  1. Como presidente de un país que no es Israel, usted no tiene derecho a inmiscuirse en los asuntos internos de otro país. Nosotros no nos inmiscuimos en los problemas políticos de España, y vaya si los tiene, que se oye a muchos españoles añorando al “generalísimo”.
  2. Como presidente de un país que se está ganando día a día el adjetivo de ser EL PAIS MAS ANTISEMITA DEL MUNDO, sin tomar en cuenta a los enemigos natos de Israel que son ciertas teocracias islámicas (no todas), usted debería preocuparse por los problemas internos del país que preside, especialmente el feroz antisemitismo que según la legislación de la Unión Europea es un delito y suya la responsabilidad.
  3. Como presidente de TODOS los españoles usted es RESPONSABLE directo de lo que sucede dentro de las fronteras del país que usted preside, así como de actitudes y declaraciones de la agrupación política a la que usted pertenece.

   En cuanto a mi persona quiero manifestar a usted:

  1. Como integrante del sector de población israelí que no acepta el proyecto de reforma judicial tal y como fue presentado, muy mal favor nos hace usted poniéndose de nuestra parte. Mejor sería que impusiera los castigos legales existentes en su país, a todos los antisemitas que, desde todos los niveles, incluso gobernantes locales y dirigentes políticos, vilipendian al Estado de Israel y organizan actos multitudinarios contra el único Estado democrático de todo Medio Oriente y alrededores.
  2. Como judío y ciudadano israelí exijo a usted que en todos los niveles de estudio se mencione obligatoriamente y muy claramente que Israel es una democracia, que el pueblo palestino no tiene un país porque nunca lo quiso y nunca se lo exigió a quienes dominaban el Medio Oriente antes de 1948 ni lo aceptaron cuando en 1947 se lo obsequió la ONU, ni las veces que diferentes gobiernos israelíes se lo ofrecieron desde 1948 en adelante.
  3. Como ciudadano israelí comunico a usted que he resuelto no pisar más el suelo español. Al estar compartiendo mesa con españoles en un hotel, cuando mencioné que venía de Israel, los españoles sin decir una palabra se levantaron y se fueron dejándonos solos. Cuando lo relaté a amigos, varios me dijeron que a ellos les sucedió algo similar. Ese es el país que usted gobierna, asuma la responsabilidad.
  4. Como ciudadano israelí no me hace ninguna gracia que su rey, que será rey de ustedes españoles, pero no nuestro, figure en los textos de internet como “rey de Jerusalén”. Reyes de Jerusalén fueron -entre otros judíos- el rey David y el rey Salomón, famosos en la historia y en la Biblia. Y si hablamos de historia, muy mal quedaría España y su familia real porque conquistaron a sangre y fuego una parte de Medio Oriente, hecho que los que vivían en la zona en la época de las “cruzadas” no olvidarán.
  5. Como judío e israelí créame usted que, si estuviera en el gobierno, firmaría un decreto de BDS a España. Usted conoce muy bien qué es el BDS, ustedes los españoles que se autodenominan “de izquierda” son entusiastas integrantes de ese movimiento (Boicot-Desinversión-Sanciones) que ataca a Israel donde se le permite.
  6. Como buen judío no quiero el mal para España, por lo que le recuerdo a usted que la mayor parte del territorio de la Península Ibérica los musulmanes la consideran propiedad del islam a ser reconquistada según decreta el Corán. No olvide señor presidente que ellos a España la llaman “al Andaluz” y fue propiedad islámica desde el siglo VII hasta el año 1492. Y los que se llaman palestinos desde el año 1964, en realidad son árabes musulmanes, venidos ellos o sus antepasados de Arabia y que desde el siglo VII fueron conquistando tierras hacia el norte, por lo cual están ahora en países como Siria, Líbano, Irak, así como estuvieron en gran parte de Europa y ya la están conquistando otra vez, no por las armas como antes sino por la demografía, como lo había anunciado en su momento Muamar El Gadafi cuando gobernaba Libia. 

En cuanto a la Internacional Socialista, la Internacional Comunista y todo grupo político que se autodenomine “de izquierda”, me permito aclararle mi clara posición: en la época de la Revolución Francesa, los políticos se sentaban a la izquierda o a la derecha según su forma de pensar. Cada día que pasa demuestran más claro que lo que está a la derecha o a la izquierda son las posaderas de los políticos, no las ideas.

Las personas -a mi criterio- se dividen por un lado los bien intencionados, y por el otro los mal intencionados a quienes se le agregan los indiferentes.

Me despido de usted con una frase que dejó escrita un anterior presidente de los Estados Unidos, el señor Ronald Reagan:
La política es la segunda profesión más antigua del mundo.
A veces creo que se parece mucho a la primera. 

Mauricio Aliskevicius

                                                                                                                       

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