Las orquestas de prisioneros formaban una parte integral en los complejos concentratorios y en los campos de exterminio nazis.
Para los prisioneros, disponer de su propia música era una lucha por la supervivencia y una forma de resistencia espiritual activa.
Las orquestas de los campos podían ser mixtas, es decir, estaban compuestas por judíos y no judíos, en ocasiones incluso podían ser sin judíos, pero los músicos que tocaban a la entrada de las cámaras de gas eran, exclusivamente, músicos judíos.
En Ravensbrück, como en Dachau y varios otros campos, los nazis utilizaban altoparlantes de gran tamaño para hostigar y manipular a los prisioneros. Ravensbrück es un caso muy especial porque sus prisioneras se negaron a tocar para los nazis y solo lo hicieron para sí mismas.
En Dachau se formó una orquesta ilegal de prisioneros en 1938 pero, en 1941, los nazis crearon el Kommando Lagermusik (Comando musical del campo) que daba conciertos ante los prisioneros durante los fines de semana, a veces incluso durante sesiones de tortura.
Poco después de la apertura de Buchenwald, los SS organizaron una orquesta con músicos gitanos dirigidos por un clarinetista de origen checo.
En Terezín, por ejemplo, los conciertos han servido para crear una imagen falsa sobre la vida diaria real en el gueto con fines propagandísticos.
En Gros-Rosen había una banda compuesta por tres músicos y un cantante que los domingos tocaban para los prisioneros.
La orquesta de prisioneros de Neuengamme fue creada a raíz de la visita del comandante del campo a Auschwitz, donde quedó muy impresionado por la orquesta de prisioneros que conoció. La orquesta constaba de 25 músicos originarios de Francia, Italia, Dinamarca,
Polonia, Bélgica, Checoslovaquia y Alemania.
En Bergen-Belsen solo había actuaciones esporádicas y secretas de prisioneros músicos muy concretos.
En todos los campos de exterminio había orquestas o coros, menos en Chelmno.
En Treblinka, sabemos que había tres orquestas, una de las cuales fue dirigida por Arthur Gold, un conocido compositor de jazz y tango en Polonia, deportado del Gueto de Varsovia.
En Majdanek, en agosto de 1943, llegó un transporte con 200 huérfanos judíos, desde bebés de pocos meses hasta niños de 12 años. Inmediatamente, fueron dirigidos a las cámaras de gas, mientras se ordenó a la orquesta que tocase canciones de cuna en ídish.
También en Belzec sabemos que una orquesta tocaba cerca de las cámaras de gas y durante
las torturas.
En Auschwitz – Birkenau, había seis orquestas y un coro: una orquesta y un coro en Auschwitz I, al menos dos orquestas en Auschwitz II (Birkenau) una de hombres dirigida por Szyimon Laks, un judío francés y otra femenina dirigida por Alma Rosé y dos orquestas en Auschwitz III (Monowitz-Buna), donde se encontraban grandes fábricas, como la de la compañía IG Farben. Una de ellas era llamada La Orquesta Gitana.
Adam Kopycinski, dirigió una orquesta compuesta por músicos no judíos, que llegó a tener 120 miembros, principalmente polacos, checos y soviéticos.
En Auschwitz I y II, las orquestas debían tocar por la mañana y por la noche a la salida y
regreso de los prisioneros de trabajos forzados.
Una gran parte de los músicos sobrevivieron, sin embargo, los músicos de la orquesta del
campo de Janowska, en Lwow, fueron asesinados en 1943, cuando los alemanes decidieron
matar a todos los judíos del campo y no se apiadaron de los músicos.
Más información en mi libro: En nombre de todos los ausentes. Historias inéditas
emergentes de la barbarie nazi. Páginas 198 – 221
Dr. Mario Sinay, nota exclusiva para Radio Jai