Curiosity Robotics es una startup israelí que desarrolló, luego de tres años de investigación en los Laboratorios Curiosity de la Universidad de Tel Aviv, un robot especialmente diseñado para enseñarle a los niños un segundo idioma.
Aico es un robot amigable, pequeño y conservador, pensado para niños de preescolar. Está programado para aplicar el método de Helen Doron, una educadora de origen británico-israelí que se basa en las ventajas de que los niños empiecen a incorporar otro lenguaje con solo tres meses de edad.
Según esta filosofía educativa, cuando están aprendiendo su lengua materna, los niños tienen mucha facilidad para incorporar también un idioma extranjero. Además, se cree que aprender otro idioma desde la primera infancia mejora y ayuda al desarrollo cognitivo de los niños.
Falene McJenna, responsable de producto de la startup, explica que cerca del 90% del cerebro se desarrolla antes de los cinco años de edad. “Y así obtenemos esta maravillosa era plástica del cerebro, en la que se lo puede llenar con mucha información”, afirmó McJenna.
Aico es un robot blanco y pequeño, aún más que los niños de tres o cuatro años con los que está diseñado para interactuar. Tiene también una cara sonriente y expresiva.
El robot le enseña a los niños inglés a través de juegos y canciones con palabras sencillas. Además, puede utilizarse en el aula porque está pensado para que el profesor pueda controlarlo desde una aplicación móvil en su smartphone.
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