Cancillería argentina creó la figura de la Representante Especial para la Lucha contra el Antisemitismo
La Argentina, como sabemos y leemos repetidamente, presenta múltiples desafíos pendientes. Esta columna, hoy, pretende hacer hincapié en una noticia que se erige sobre los hombros de uno de nuestros activos más valiosos: observar la historia y la realidad de otros países habilita a afirmar, con escaso margen para el error, que nuestro país brinda un ejemplo virtuoso en materia de integración y de respeto por los derechos humanos.
Esto no significa, en modo alguno, que no persistan inconvenientes, hechos o situaciones lamentables y problemáticas o múltiples áreas de mejora. Pero tanto el Estado como la sociedad argentina han forjado un acuerdo común para favorecer la convivencia armónica y rechazar la discriminación en todas sus formas, sea por motivos étnicos, de condición social, género, opiniones políticas, religión, etc.
El 23 de junio último la Cancillería argentina creó, sin necesidad de asignar recursos adicionales, la figura de la Representante Especial para la Lucha contra el Antisemitismo designando en esa posición a la Embajadora de carrera Fabiana Loguzzo.
El antisemitismo es una de las formas más antiguas de discriminación. Además, como hemos aprendido amargamente, no siempre resulta sencillo de identificar para todos. Ocurre que posee algunas características distintivas respecto de otras formas de prejuicio. Por ejemplo, porque suele acompañarse de teorías conspirativas. Pero también porque no aparece concentrado, sino que puede surgir en cualquier lado: en toda nación y toda religión, en lugares donde hay judíos y donde no los hay, y desde el espacio más a la izquierda hasta el más a la derecha, transitando todos los signos del espectro ideológico.
Resulta innegable el surgimiento de un renovado antisemitismo en todo el mundo. En Estados Unidos, en 2022, mientras la comunidad judía representan el 2.4% de la población nacional, el 63% de los delitos de odio motivados por cuestiones religiosas fueron antisemitas. En nuestro país, conforme a lo relevado por la DAIA en su último “Informe sobre antisemitismo en Argentina”, se advierte un incremento, si no en el número, en el nivel de violencia.
El compromiso con los derechos humanos es una marca indeleble de la política exterior argentina desde el retorno de la democracia en 1983. Una política de estado que no ha dejado de afianzarse en todos los ámbitos. En esta materia en especial, entre otras cosas, la Argentina copatrocinó el año pasado la Resolución sobre Negación del Holocausto de la Asamblea General de las Naciones Unidas y es el único país de Latinoamérica que es miembro pleno de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto. Como tal, además, ha adoptado oficialmente en 2020 para todo el sector público nacional la definición de antisemitismo aprobada en su ámbito, una herramienta que no sólo contribuye con la lucha contra el antisemitismo en todas sus formas, sino que también colabora en la construcción de una cultura de prevención de la hostilidad y la violencia.
En septiembre del 2021 comenzó, en el Consulado argentino en Nueva York, una gira itinerante por todos los Consulados argentinos en Estados Unidos, de la exposición fotográfica “Ese día”, que presenta retratos de sobrevivientes del atentado a la AMIA. Finalizamos dicha muestra en nuestra Embajada en Washington, en abril del año pasado, con la presencia de altas autoridades de los Estados Unidos y de la comunidad judía local. En dicha ocasión, le anuncié a la Enviada Especial para el Seguimiento y la Lucha contra el Antisemitismo del Presidente Biden, Deborah Lipstadt, que la Argentina crearía una posición semejante en la estructura de nuestro servicio exterior.
Actualmente, alrededor de una veintena de países en el mundo dispone de una figura similar al Representante Especial para la Lucha contra el Antisemitismo. La Argentina se debía la creación de la instancia institucional para una dedicación decisiva y específica frente a esta lucha cotidiana que involucra a la totalidad del planeta. Nuestra historia lo demandaba. En consonancia con el aniversario 29° del atentado a la AMIA, es un hecho.
Jorge Arguello, embajador de Argentina en Estados Unidos
Fuente: Infobae