El destacado juez argentino, Franco Fiumara, juez de Tribunal 4 de la Matanza, doctor en Ciencias Jurídicas y Políticas, fue el único representante de América Latina que participó de una conferencia internacional, que busca conformar un tribunal para juzgar los crímenes de guerra rusos.
“Es algo muy importante participar”, porque nos hace recordar los principios de lo que fueron los objetivos de los juicios de Nuremberg, en especial el primer proceso, posteriormente a los crímenes de los Balcanes y Ruanda y lamentablemente, algo que nos dejó como enseñanza jurídica, la Shoá.
Lo que generó las perspectivas de un juicio de esta magnitud es la imposibilidad técnica de Ucrania de poder juzgar a los criminales de guerra rusos, en especial los de lesa humanidad y los de de guerra de agresión. A tal efecto fue convocado como uno de los expertos internacionales, a formar parte de esta comisión preparatoria para llevar adelante un gran proceso dentro del contexto de Naciones Unidas o de la Unión Europea, una cuestión política, ajena a lo jurídico que está en marcha desde la convocatoria de Vlodimir Zelenski.
“Acerca de cuándo se podría conformar esta comisión y el alcance que pueda tener, hay una cuestión que es fundamental que está relacionada con el devenir de la guerra. Cuando se formó Nuremberg, la guerra había concluido. En el caso de los Balcanes, y también de Ruanda, fue promediando la guerra, como modo de frenar el flagelo que significaban aquellas masacres en los años noventa, En cuanto a Ucrania, vemos que Kiev y otras ciudades están siendo bombardeadas, por lo cual, no pueden determinar con certeza el tiempo que podría llevar, porque lo bélico trasciende a lo jurídico. Tal vez esto podría estar terminado para finales de este año, o para mediados del año próximo, y que el alcance será acotado a los crímenes dentro del territorio nacional ucraniano, que abarcaría los crímenes de guerra de agresión, los crímenes de lesa humanidad y, también, se debe tener presente que algunos juristas, jueces, incluso Karim Khan, el fiscal general de la Corte de la Haya, manifiestan que podrían juzgarse algunos crímenes de genocidio”.
Sobre esto último aclara el Juez, que se debe explicar bien este concepto. En el imaginario colectivo, genocidio es “cuando se asesina a todos”, lo que de ningún modo es así, porque, si no, con lo que aconteció con la Shoá no existirían comunidades judías en Europa. Genocidio es “querer eliminar a un grupo por su cuestión de pertenencia”, y está acreditado que muchos criminales de guerra rusos eliminan a ucranianos por su ser nacional.
Al respecto, el magistrado vincula totalmente los dos escenarios, el de la Argentina y el de Ucrania. Su propuesta se basó sobre dos variables: La primera, un tribunal híbrido con jueces ucranianos, con código de procesamiento que contempla la posibilidad del juzgamiento en ausencia, y que esto debe estar amparado como lo fue el protocolo para el tribunal especial del Líbano para el atentado Rafik Hariri en su artículo 22, que contempló juicios en ausencia y así se condenó a Salim Ayyash, que estuvo en los dos atentados de Argentina como partícipe necesario, y la segunda, que este tribunal libre esté conformado por jueces internacionales para darle un sustento y un carácter político internacional de soporte, para poder realizar este juzgamiento.
El del Líbano en 15 años fue juzgado y cerrado y confirmado, el de Burgas, en el crimen del ómnibus de turistas israelíes, también en menos a 10 años. En Ucrania están aconteciendo crímenes, que son “crímenes de guerra” cuando bombardean escuelas, edificios de ciudadanos civiles, un hospital, aunque nos puedan parecer atentados.
“Eso está aconteciendo ahora y ya se está pensando en el juzgamiento, y se puso toda la maquinaria en dinámica. En la Argentina pasaron 30 años, y sólo recurrimos lamentablemente como Estado a la memoria, pero dejamos libres a los que acometieron contra la AMIA y contra la Embajada de Israel. Eso no lo podemos permitir”, concluyó.