Shapps, la navaja multiusos de los «tories»

Con su nuevo cargo en Defensa, Shapps acumula su quinto departamento en solo un año, todo un récord hasta para las convulsos estándares de la política británica.

Antes pasó por Energía (que dirigía hasta hoy), Empresas, Interior y Transportes, carteras relevantes pero alejadas de la esfera internacional y militar que le corresponde ahora.

El nuevo titular de Defensa se ha caracterizado por una gestión eficaz y, sobre todo, por su habilidad ante los focos mediáticos, que le convirtió en una de las caras más conocidas del gran público.

En los peores momentos de Boris Johnson, cuando los escándalos asediaban al polémico ex primer ministro, era habitual ver a Shapps hacer la ronda matutina de entrevistas en televisiones y radios del país.

Su capacidad para dar la cara y salir airoso le convirtió en un elemento indispensable para el rubio primer ministro.

Esa imagen moderada y amable lo llevó incluso a aspirar al liderazgo del Partido Conservador (y por ende, del Gobierno) tras el abrupto final del Ejecutivo de Johnson, en julio de 2022, pero rápidamente se retiró de la carrera al constatar que carecía de apoyos suficientes.

Su primera decisión entonces fue apoyar a Rishi Sunak, quien perdería la carrera contra Liz Truss, que pese a todo también contó con él en su efímero gobierno.

VETERANO PERO INEXPERTO

A Shapps, de 54 años, las primeras críticas le han llegado por su falta de experiencia en asuntos bélicos, pese a amontonar ministerios en su currículum.

En un vídeo premonitorio colgado la semana pasada en sus redes sociales, el ministro mostraba su reciente visita a Kiev, donde se reunió con líderes ucranianos y elogió la capacidad de resistencia de su ejército y sus ciudadanos.

«Lo que vi en Kiev esta semana fue a un pueblo resuelto en su desafío frente a la tiranía de Putin y a la agresión rusa», decía Shapps en el vídeo.

Con su nombramiento en Defensa, uno de los puestos de mayor prestigio del gabinete, Shapps pone la guinda a una carrera sostenida en el tiempo que siempre le ha mantenido en la órbita del Gobierno.

Nacido en el seno de una familia judía en las afueras de Londres, su carrera comenzó como comercial de fotocopiadoras tras completar estudios de empresas y finanzas en Manchester.

Después de sufrir un grave accidente con el coche en Estados Unidos en 1989 y superar un linfoma de Hodgkin en 1999, consiguió ser elegido diputado por el Partido Conservador en 2005, tras varios intentos fallidos.

Su perfil heterodoxo, alejado de las élites educadas en Oxford y Cambridge que dominan su formación, le permitió despuntar pronto y ganarse la confianza de David Cameron antes de que éste se convirtiera en primer ministro.

Ocupó diferentes cargos de segunda fila con Cameron hasta que le llegó su momento, con su designación en 2012 como presidente del Partido Conservador, un puesto administrativo pero de responsabilidad.

Pese a todo, su estrella pareció declinar por su implicación en diferentes escándalos, especialmente el suicidio de un joven afiliado «tory» que se suicidó en 2015 tras haber sufrido acoso de uno de los protegidos de Shapps, Mark Clarke.

Johnson lo rescató del ostracismo en 2020, nombrándolo como ministro de Transportes, cargo desde el que se convirtió en uno de los rostros más familiares en los hogares británicos durante la pandemia.

Shapps lleva tan a gala sus credenciales «tories» como el hecho de ser primo carnal de Mick Jones, una de las mayores figuras del punk británico y componente de la legendaria banda The Clash.

«Siempre le digo a Mick: ‘Sé que es increíblemente vergonzoso para ti tener como primo a un ministro tory. Siento haber arruinado tu imagen…», bromeó en una entrevista. EFE

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