Julius Robert Oppenheimer (1904-1967), el proyecto Manhattan y las armas nucleares – Parte III

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Link de la Parte II: https://aurora-israel.co.il/julius-robert-oppenheimer-1904-1967-el-proyecto-manhattan-y-las-armas-nucleares-parte-ii/

*Se utiliza en referencia a acusaciones de deslealtad, comunismo, subversión o traición a la patria en las que no se tiene el debido respeto a un proceso legal justo donde se consideren los derechos humanos del acusado

En su papel como consejero político en asuntos nucleares, Oppenheimer se ganó muchos enemigos. El FBI dirigido por J. Edgar Hoover había estado siguiendo sus actividades desde antes de la guerra, cuando mostró simpatías comunistas como profesor radical. Estaba deseando proporcionar a los enemigos políticos y profesionales de Oppenheimer pruebas incriminatorias sobre antiguos y presentes vínculos comunistas.

Entre estos enemigos, quizás el más enconado era Lewis L. Strauss, presidente de la AEC (Comisión de Energía Atómica) que durante mucho tiempo había albergado resentimiento contra Oppenheimer, tanto por su actividad contra la bomba de hidrógeno como por haberle humillado ante el Congreso algunos años antes. Strauss y el senador Brien McMahon, autor en 1946 de la Ley de Energía Atómica (Atomic Energy Act), secundados por otro físico, Edward Teller, el formulador de la acusación, impulsaron al presidente Eisenhower a revocar la credencial de seguridad de Oppenheimer. Esto llegó tras la controversia sobre si algunos de los alumnos de Oppenheimer, incluyendo a David Bohm, Joseph Weinberg y Bernard Peters, habían sido comunistas en la época en que habían trabajado con él en Berkeley. El hermano de Oppenheimer, Frank Oppenheimer, fue obligado a testificar ante el Comité de Actividades Anti-Americanas, donde admitió haber sido miembro del Partido Comunista en los años 1930, pero rechazó dar los nombres de otros miembros. A consecuencia de esto Frank fue despedido de su puesto universitario, y al no poder encontrar trabajo en el campo de la física, terminó como un ranchero en Colorado.

El antiguo colega de Oppenheimer, el físico Edward Teller, testificó contra él en su auditoría de seguridad en 1954.

En 1953, Oppenheimer a instancias de lo impulsado por Strauss y Teller, fue acusado de ser un riesgo para la seguridad nacional y el presidente Eisenhower le pidió su renuncia. Oppenheimer se negó y solicitó una auditoría para evaluar su lealtad a Estados Unidos, y que mientras tanto su credencial de seguridad quedara en suspenso. Las comparecencias públicas que siguieron se centraron en los pasados vínculos comunistas de Oppenheimer y en su asociación durante el Proyecto Manhattan con científicos sospechosos de desleales o comunistas. Uno de los elementos clave en este proceso fue el testimonio anterior de Oppenheimer sobre su amigo Haakon Chevalier, que él mismo confesó haber fabricado. De hecho, Oppenheimer nunca había hablado sobre ello a Chevalier, y el testimonio había llevado a Chevalier a perder su empleo. Edward Teller, con el cual Oppenheimer había estado en desacuerdo sobre la bomba de hidrógeno, testificó contra él, provocando las iras de la comunidad científica y en la práctica, la expulsión de Teller de la ciencia académica. Muchos importantes científicos, así como destacadas figuras del gobierno y de las fuerzas armadas, testificaron a favor de Oppenheimer. Las incoherencias de su testimonio y su comportamiento errático en sus comparecencias convencieron a algunos de que no era de confianza y representaba un posible riesgo para la seguridad. La credencial de seguridad de Oppenheimer fue finalmente revocada.

Durante su comparecencia, Oppenheimer testificó de buena gana sobre el comportamiento izquierdista de muchos de sus colegas científicos. El historiador Richard Polenberg ha especulado que si la credencial de Oppenheimer no hubiera sido anulada (de todos modos hubiera caducado en cosa de unos días), hubiera sido recordado como uno que “dio nombres” para salvar su reputación, un “chivato”. Tal como sucedió, Oppenheimer fue visto por la mayor parte de la comunidad científica como un mártir del macartismo, un liberal ecléctico que fue injustamente atacado por enemigos belicistas, símbolo de la sustitución de la creatividad científica académica por el militarismo.

Instituto de Estudios Avanzados

Privado de poder político, Oppenheimer continuó dando clases, escribiendo y trabajando en la física. Recorrió Europa y Japón, dando charlas sobre la historia de la ciencia, el papel de la ciencia en la sociedad y la naturaleza del universo. En 1963, a instancias de muchos de los amigos políticos de Oppenheimer que habían alcanzado poder, el presidente John F. Kennedy concedió a Oppenheimer el Premio Enrico Fermi como un gesto de rehabilitación política. Extrañamente, Edward Teller, ganador del premio el año anterior, también había recomendado que lo recibiera Oppenheimer. Poco más de una semana después del asesinato de Kennedy, su sucesor, el presidente Lyndon Johnson, entregó el premio a Oppenheimer, “por contribuciones a la física teórica como profesor y originador de ideas, y por el liderazgo del laboratorio de Los Álamos y del programa de energía atómica durante años críticos”. Oppenheimer dijo a Johnson: “Pienso que es posible, señor presidente, que haya necesitado de cierta caridad y cierto coraje para concederme este premio hoy. Ello podría significar un buen augurio para el porvenir de todos”. La rehabilitación implicada por el premio era solo simbólica, pues Oppenheimer siguió careciendo de la credencial de seguridad, y no iba a tener efectos en la política oficial, pero el premio vino con una dotación de 50.000 dólares libres de impuestos.

En sus últimos años Oppenheimer continuó su trabajo en el Institute for Advanced Study, reuniendo intelectuales a la altura de sus capacidades y de varias disciplinas para resolver las preguntas más pertinentes de la época actual. Sus conferencias en Estados Unidos, Europa y Canadá se publicaron en muchos libros. A pesar de todo, pensó que el esfuerzo tuvo un efecto mínimo en la política real. Una de sus grandes predicciones, la temida carrera armamentista, ya era una realidad entre Oriente y Occidente.

Últimos años

Se dice que después de la auditoría de seguridad de 1954, Oppenheimer quedó “como un animal herido”, y empezó a retirarse a una vida más sencilla. En 1957 adquirió un terreno en playa Gibney, en la isla de Saint John, en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos. Construyó una residencia vacacional sencilla, donde pasaría varios meses por año, con su esposa Kitty. Oppenheimer también pasó bastante tiempo navegando con su esposa. A su muerte, su hija Toni heredó la propiedad, y la legó “al pueblo de St. John como parque público y área recreativa”. En la actualidad, el gobierno de las Islas Vírgenes ha creado un centro comunitario allí, que puede alquilarse. La playa es conocida coloquialmente hasta hoy como “playa Oppenheimer”.​

Robert Oppenheimer, que era asiduo fumador de tabaco en pipa, falleció por cáncer de garganta reincidente en 1967. A su funeral asistieron muchos de sus asociados científicos, políticos y militares. Fue incinerado y sus cenizas se esparcieron en las Islas Vírgenes.

Vida personal

Oppenheimer, cuya personalidad era reservada y poco dada a establecer relaciones personales, en el tiempo que trabajaba en Berkeley tuvo como pareja a Jean Tatlock, una radical activista de izquierdas y psiquiatra a quien conoció en 1936, y con quien mantuvo una relación intermitente y poco convencional hasta 1941. Oppenheimer le pidió casamiento en dos ocasiones, pero ella lo rechazó. Oppenheimer se casó con la bióloga germano-estadounidense Katherine (Kitty) Puening Harrison (1910-1972) el 1 de noviembre de 1940. Tuvo dos hijos con ella: Peter Oppenheimer (nac. 1941) y Katherine (Toni) (1944-1977). ​

Personalidad

La clara inteligencia, forma cercana de hacer docencia y el carisma de Oppenheimer atraía estudiantes de todo el país hacia su grupo de investigación en física teórica.

Oppenheimer ha sido a menudo descrito como un sujeto enigmático y contradictorio, con capacidad de liderazgo sobresaliente y a su vez un personaje con tendencia a la soledad y tímido, que se sonrojaba fácilmente ante el sexo opuesto y cultivaba una personalidad llena de ambigüedades.

Era reputado por su eclecticismo, su interés desde pequeño por los idiomas, la filosofía oriental y la elocuencia y claridad con la cual pensaba. Pero también tuvo una vida turbulenta, y sufrió períodos de depresión. Una vez escribió a su hermano: Necesito más la física que los amigos.

Era un hombre alto, delgado, fumador continuo, que a veces olvidaba comer durante sus períodos de concentración individual. Algunos de sus amigos pensaban que tenía tendencias auto destructivas y en varias ocasiones sus colegas se preocuparon por su melancolía e inseguridad. Siendo estudiante en Cambridge, una vez viajó en vacaciones a París para encontrarse con su amigo Francis Ferguson y, mientras le narraba su frustración con la física experimental, repentinamente se le acercó y trató de estrangularlo. Ferguson lo detuvo con facilidad, pero el incidente dejó a Ferguson convencido de sus profundos problemas psicológicos. Oppenheimer desarrolló numerosas afecciones psicológicas, probablemente en un intento de convencer a su entorno y posiblemente a sí mismo de su propia importancia. Tenía un fuerte poder de convencimiento en su trato personal; pero de gran timidez en público. Sus colegas tendían a dividirse en dos campos: aquellos que admiraban su genialidad y aquellos que veían en sus actos posturas pretenciosas e inseguras.

Sus estudiantes lo admiraban y, por lo general sin darse cuenta, adoptaban y copiaban sus gestos y hasta la forma de caminar y de hablar de su maestro.

Quien se relacionaba con Oppenheimer inmediatamente advertía su brillante inteligencia y que era distinto a los demás. Evitaba los deportes rudos y prefería leer libros de su interés.

-“Recompensé la confianza de mis padres en mí desarrollando un ego desagradable, que estoy seguro debe haber ofendido tanto a los niños como a los adultos que tuvieron la mala suerte de entrar en contacto conmigo”-.
Oppenheimer

En el cine

En 1989, Oppenheimer fue interpretado por Dwight Schultz en la película Fatman and Little boy. Ese mismo año, en el film Day One, Oppenheimer fue interpretado por David Strathairn.

Una adaptación del libro American Prometheus, biografía de Julius Robert Oppenheimer, fue llevada al cine en 2023 en una película escrita, dirigida y producida por el cineasta británico Christopher Nolan. Bajo el título homónimo Oppenheimer, su interpretación recayó en este caso en el actor Cillian Murphy.

Eponimia

Además de los distintos postulados de física nuclear que llevan su nombre, se tiene que:

  • El cráter lunar Oppenheimer lleva este nombre en su memoria.
  • El asteroide (67085) Oppenheimer también conmemora su nombre.

Fuente: Wikipedia

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