Se cumplió un nuevo aniversario del atentado terrorista del 11-S contra las Torres Gemelas en Nueva York, Estados Unidos. Un hecho que conmocionó al mundo. Hablamos con el Dr. Suárez Saponaro al respecto, quién nos señala que el 11 – S “comenzó el siglo XXI, con toda su fuerza. Es un cambio geopolítico enorme…”fue un cambio de paradigma en materia de defensa y seguridad”. La intervención de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en Afganistán, no solo respondía a la lucha contra el terrorismo, sino que había otro tipo de agenda geopolítica. Esto generó la desconfianza de China y Rusia, al observar que la potencia norteamericana se proyectaba sobre Asia Central. A pesar de que en una primera instancia, tenían un enemigo en común, el terrorismo islámico. Las cosas comenzaron a cambiar, con la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003, que se inserta en este proceso de expansión geopolítica de Washington.
Consultado el experto, sobre como los terroristas sorprendieron al mundo atacando, aquel 11 de septiembre de 2001, nada menos el corazón del poder del mundo. Saponaro nos dice que Estados Unidos, más concretamente, su comunidad de inteligencia subestimó el problema. A tal punto que luego de los atentados del 11-S, el gobierno de dicho país buscó intercambiar experiencias con países que lidiaban con el terrorismo islámico, no solo con Israel, que desde su existencia tuvo que enfrentar el drama del terrorismo, sino con otros actores no tradicionales, como Argelia, cuyo gobierno libró una cruenta guerra contra grupos islamistas, de los cuales, sus combatientes en gran parte habían adquirido experiencia en Afganistán.
La intervención en Afganistán, llevó a Estados Unidos a buscar aliados, muchos de ellos incómodos, como el caso de Pakistán, e incluso entabló algún tipo de diálogo con el régimen de Teherán, dado que tenían un enemigo en común: los talibanes afganos. La cuestión energética, estuvo presente durante la llamada Guerra del Terrorismo, por ello el interés sobre Asia Central y luego Irak. Allí, una vez caído el régimen oscuro de Saddam Hussein, abriendo las puertas para la instalación de estos grupos terroristas, explotando la pobreza y el sentimiento antioccidental en el Próximo Oriente.
Estados Unidos se ha visto envuelto en negociaciones, e incluso “coquetear con lo peor”. Washington encontró en Arabia Saudita y los regímenes conservadores del Golfo, aliados para combatir a los soviéticos en Afganistán, que terminó en apoyar grupos insurgentes, influidos por una visión extrema del islam y profundamente anti occidentales. Ello no impidió que Washington brindara entrenamiento y armas. Al respecto nos dice Suárez Saponaro, observando los vínculos entre Estados Unidos y estos grupos “ Se usaron mutuamente”.
Consultado sobre las delicadas negociaciones entre Irán y Estados Unidos, el Dr. Saponaro nos dijo “Irán se toma el tiempo, estudia su enemigo y explota con mucha habilidad la debilidad del adversario”. Estamos ante un actor en ascenso, que aspira a tener un arma nuclear y eso es un riesgo a la seguridad regional y fuera de ella.
Finalmente, sobre el legado del 11 de septiembre, si el mundo es más inseguro, Suárez Saponaro, “estamos en mundo muy inseguro. Estados Unidos se comportó al margen de ciertas reglas de juego, incluso fue objeto de observaciones por parte de Francia y Alemania, hubo una exacerbación antioccidental” en Oriente Medio, agregándose que fue explotado por otros actores como Irán. Estados Unidos comenzó a ser visto con mayor desconfianza. “La ilegalidad internacional está a la orden del día, señala por ejemplo el papel de por sí desdibujado de Naciones Unidas, se ha transformado en “papel mojado”, resultado del después de los atentados del 11 de septiembre.
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