Mientras tanto, el país sigue sumido en una creciente polarización y una crisis política profunda por la polémica reforma judicial del Gobierno de Benjamin Netanyahu.
Como en el resto de fiestas judías, esta también comienza por la tarde al ponerse el sol, la actividad en el país queda reducida al mínimo y los israelíes se juntan a cenar son su familia extendida.
En el caso del Rosh Hashaná, la festividad dura unas 48 horas y se prolongará hasta el atardecer del domingo, marcando la entrada al año 5784, según el calendario hebreo.
A su vez, la Policía israelí desplegó más efectivos ante el repunte de tensión del conflicto palestino-israelí, que este 2023 vive su año más violento desde la Segunda Intifada (2000-2005).
Las fuerzas de seguridad aumentaron el número de agentes en Jerusalén y el área de su Ciudad Vieja, donde esta pasada noche hubo decenas de miles de fieles judíos que fueron al Muro de las Lamentaciones -lugar de culto más sagrado del judaísmo- para las tradicionales oraciones de año nuevo.
«En vísperas del Año Nuevo judío, quiero desearles a todos dos cosas: unidad y paz», dijo el primer ministro, Netanyahu, en un mensaje a las comunidades judías de todo el mundo.
«La unidad no significa que no tengamos disputas. Las tenemos. Israel es una democracia vibrante, y así seguiremos», agregó.
Ante la división creciente por el plan de reforma judicial -que según críticos acabaría con las bases democráticas de Israel y daría paso a un sistema autocrático-, Netanyahu apeló a los vínculos entre israelíes.
«Deberíamos siempre recordar, mientras intentamos alcanzar un consenso, que somos un mismo pueblo, un Estado, tenemos un Ejército, un pasado compartido y un futuro común», aseveró el primer ministro.
Para el presidente, Isaac Herzog, el Rosh Hashaná es «un tiempo de reflexión» que «adquiere nuevos significados este año, ya que hemos visto a Israel luchar con grandes preguntas que resaltan cuán grandes pueden ser las diferencias entre nosotros».
La reforma judicial -sus detractores denuncian que acabaría con la independencia de la Justicia- generó masivas protestas este 2023, y la división entre favorables y contrarios al plan culminó esta semana con una audiencia histórica en la Corte Suprema, en que los 15 jueces que integran el organismo analizaron los recursos presentados contra una de las leyes que integran el polémico plan.
Toda esta situación ha derivado en un pesimismo creciente entre los israelíes para el próximo año judío, y según una sondeo del Instituto para la Democracia de Israel (IDI), el 42% de encuestados consideró que el año que comienza «será peor que el anterior», una percepción que no se registraba desde el primer año de coronavirus.
Tras el año nuevo, las festividades siguen la semana que viene con el Yom Kipur (Día del Perdón, entre 24 y 25 de septiembre) y Sucot (Los Tabernáculos), que dura una semana (del 29 de septiembre al 6 de octubre). EFE y Aurora
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