Por Luis Fuensalida
En la columna de hoy, vamos a realizar un análisis macro, más allá del escenario primario del conflicto actual entre Israel y la organización terrorista, islamista radical, Hamas, y se tratarán los efectos o consecuencias del mismo, más allá de lo estrictamente bélico, como así también, la visión y alternativas que se le presentan a las grandes potencias mundiales.
Veamos por ejemplo, en 1973, con la guerra del Yom Kippur, uno de los efectos a nivel global fue la Crisis del Petróleo, que se repitió en 1979, a raíz del estallido de la revolución chiita iraní, que instauró la actual teocracia islamista radical chiita, y ambas crisis, tuvieron consecuencias económicas negativas e importantes, en particular en países en vías de desarrollo.
A raíz del actual conflicto en Medio Oriente, las posibilidades que el barril de petróleo alcance los u$s 200 es posible, si se produce una merma de la tercera parte de la producción mundial, la pregunta que surge es, ¿quién y cómo puede que se paralice ese tercio?, pues la respuesta es, la República Islámica de Irán, que mueve ese porcentaje, aproximadamente, 3 millones de barriles diarios, y el cómo, a través del control que ejerce sobre el Estrecho de Ormuz, salida del petróleo de todos los países productores del Golfo Pérsico, lo que nos lleva a preguntarnos, ¿el régimen de Teherán, podría bloquear dicho estrecho, al modo que lo hace actualmente Rusia en el Mar Negro?
Y las respuesta, vuelve es SI, y con mayor potencia militar que Moscú, por lo tanto, es posible tal accionar iraní, y también probable, pues esto frenaría gran parte del petróleo que va tanto a Occidente como a China.
Además, de practicarse ese bloqueo, el reino saudita tendría que buscar una ruta alternativa para la exportación de su petróleo, por el caso, direccionándolo hacia el Mar Rojo, pero esto involucra dificultades, tiempo y costes, por lo cual, una tercera crisis del petróleo, gira en torno de lo que suceda en el Estrecho de Ormuz, algo que debemos tener presente en este análisis geopolítico, más allá del escenario primario, que tiene como actores principales, a Israel y al grupo terrorista Hamas, sin olvidar al Líbano, que esta prácticamente controlado por la organización político-terrorista chiita Hezbollah, pero también, debemos tener en cuenta a Egipto y a Jordania, que por el momento, no acceden a recibir a gazatíes como refugiados, por los efectos desestabilizadores internos que puede producir, en particular, para la monarquía jordana, el segundo país con la mayor cantidad de población palestina, fuera de Cisjordania y Gaza, a nivel global, y por último a Siria, cuya gobierno esta cooptado por Irán, incluso en su territorio alberga, no sólo a las milicias del Hezbollah en la frontera con el Golán, sino también, a tropas iraníes.
Por lo señalado, es posible que la amenaza realizada por Teherán, de tomar drásticas medidas, como lo expresó el presidente iraní Ebrahim Raizi, además de lo que implica su poder duro, lo que provocaría una nueva crisis energética, con un barril que llegue a cotizar los u$s 200, lo que significaría por ejemplo, que la inflación a nivel mundial podría dispararse.
Esta primera mirada, nos abre la perspectiva de analizar el conflicto desde otros actores, las principales potencias, y desde sus respectivas posiciones y visiones geopolíticas, tanto respecto al conflicto en Medio Oriente, como a nivel global.
En principio, hay que reconocer que el uso de la fuerza militar ha vuelto al primer plano, algo que estaba limitado, desde el colapso de la ex URSS, en gran parte por el poder casi hegemónico resultante de los EE.UU., que se mostró a través de las intervenciones militares internacionales, pero es evidente, que al presente esa hegemonía no es la misma, y otros actores han irrumpido en el escenario mundial, desafiando la Pax Americana.
Si bien, durante la Guerra Fría, el conflicto entre las dos superpotencias, EE.UU. y URSS, se dirimía a través de terceros actores o en guerras como las de Corea y Vietnam, la pregunta que surge ahora es, ¿si en este Siglo XXI, las potencias, EE.UU., China, Rusia e incluso la U.E., repetirán aquel escenario?
El conflicto en Ucrania, nos muestra que el Kremlin ha decidido hacer uso de la fuerza militar, y en febrero del año pasado invadió un país soberano, violando todos los principios del Derecho Internacional.
Ahora bien, en relación al conflicto entre Israel y el Hamas, con una intervención por ahora menor de Hezbollah, la primera potencia mundial, los EE.UU., ya envío una fuerza naval que cuenta con los poderosos portaaviones, el USS Gerard Ford y el USS Eisenhower, no sólo para apoyar y respaldar a Israel, sino como un claro mensaje a otros actores, léase Hezbollah y Siria, si éstos decidieran intervenir de manera directa en el conflicto, sin olvidar a Irán, algo que sería conveniente para Moscú, pues implicaría que Washington debería afrontar dos conflictos activos, el de Ucrania y en el Medio Oriente, lo que conlleva costes militares, económicos y políticos, y que reduciría la capacidad estadounidense de repuestas en otros escenarios, por el caso, Taiwán o Corea.
Para Rusia por su parte, no ha llegado a un resolución a su favor en el conflicto en Ucrania, y se ha visto afectado en su influencia en la región del Cáucaso, por el accionar de un aliado de los EE.UU. e Israel, Azerbaiyán, que ha logrado ocupar la región de Nagorno Karabaj, y esta sensible pérdida de influencia rusa, también beneficia a un miembro de la OTAN, Turquía, también con intereses encontrados con Irán, y esto está directamente relacionado con el corredor energético que va del Caspio a Occidente.
Asimismo, y tal como se abordó en una de las columnas anteriores, la presencia y la influencia de Moscú en África, ha dependido y depende de la Wagner Group, la que se está recomponiendo tras la muerte de su líder, Prigozhin, y esto en un escenario, el sub sahariano, donde grupos yihadistas aumentan su accionar, implica una preocupación, tanto para los gobiernos locales africanos, como para las actividades de la Wagner y para los intereses de Rusia, no sólo los geopolíticos, sino también en la explotación de RR.NN.
Ahora veamos China, que al igual que Rusia se beneficia con el conflicto que enfrenta Israel, respecto al doble esfuerzo que debe afrontar los EE.UU., y esto reaviva la cuestión de la reunificación de la llamada por Beijing, la provincia rebelde, Taiwán, y terminar por concretar el modelo de un país, dos sistemas.
Pero esta alternativa, también involucra los intereses geopolíticos de otros países en el escenario de Extremo Oriente, como son Japón y Corea del Sur, pues de conseguir China su objetivo sobre Taiwán, alteraría la política exterior de Beijing, de manera más ambiciosa y hasta agresiva, lo que implicaría una cuestión existencial para Tokio y Seúl, pues China estaría en condiciones de imponer un sistema tributario a su favor. Por su parte, no olvidemos, que Beijing ha acrecentado su rol y su presencia en Medio Oriente, por el caso, como negociador entre Arabia Saudita e Irán, o con inversiones en infraestructuras en Siria e incluso en Israel, en el puerto de Haifa, lo que podría presentarlo en el papel de mediador en el conflicto, hasta el momento, entre Israel y el Hamas, pues en definitiva, China está interesado en sus negocios y objetivos geoeconómicos, a través de Acuerdos y Préstamos bilaterales, más que en conflictos armados que la involucren, pues su poder duro lo enfoca en su entorno próximo, como ser en el Mar de la China meridional, que se expresa en recurrentes presiones a Vietnam, Indonesia y Filipina.
En cuanto a la U.E., además de estar afectada por el conflicto ruso-ucraniano, tiene otros problemas o focos de tensiones, por un lado los gobiernos euro escépticos, como el caso de Hungría y Polonia, y por otro, el frizado conflicto serbio-kosovar, sin olvidar, que en las comunidades musulmanas en países europeos como, Francia, Reino Unido, Bélgica, Holanda y España, hay grupos e individuos yihadistas, que pasarían a la acción, aún al estilo “lobo solitario”, como lo sucedido la semana pasada en el norte de Francia, donde un profesor fue asesinado a puñaladas por un islamista radical y más reciente, el lunes ppdo., poco después de las 19 hs., en Bruselas, Bélgica, cuando un individuo armado con un fusil kalishnikov, y al grito de “Allahu Akbar”, abrió fuego indiscriminadamente, resultando dos personas asesinadas y varias heridas, y huyó en un ciclomotor.
Se puede decir, que el gran error de la U.E. está en creer que sólo a través de su poder blando, puede ejercer una influencia importante y eficaz, por el caso, la aplicación de sanciones económicas a Rusia, que de hecho, no han tenido los efectos esperados, o que con medidas regulatorias afrontar una guerra comercial con China, y en realidad, esto no beneficia en nada a su soberanía estratégica y a la propia seguridad del bloque.
Finalizando la columna de hoy, en que se ha tratado de mostrar un escenario más amplio que el delimitado al conflicto entre Israel y el Hamas propiamente dicho, señalando la herramienta que puede hacer uso la teocracia de Irán para presionar al resto de la comunidad internacional, más allá del reciente viaje del ministro de RR.EE. iraní, Hossein Amir Abdolahian al Líbano, entrevistándose en Beirut con el líder de Hezbollah, el jeque Hassan Nasrallah, ratificando el apoyo de Teherán a la organización terrorista libanesa y reiterando las amenazas a Israel, sino que también se abordó la situación y las visiones de las grandes potencias, señalando la existencia de un eje, Rusia-China-Irán, que en realidad más que una alianza formal entre éstos, hay un alineamiento en torno a sus intereses geopolíticos en relación al espacio euroasiático, y que tienen como objetivo debilitar el poder de los EE.UU. y de la U.E., lo que deja al descubierto que no hay entre las tres grandes potencias , la de capacidad de regular o negociar sus intereses o gestionar eficazmente las crisis, de otra manera que no sea a través de los conflictos, y en este escenario, tanto a nivel global pero particularmente, frente a la barbarie que damnifica a Israel en primera persona, pero también al resto de la comunidad internacional, valga para reflexionar y como frase de cierre, la pronunciada por Golda Meier, que dijo, “No se puede elegir como se va a morir, o cuando. Sólo se puede decidir cómo se va a vivir.” AM ISRAEL JAI!!!