Lej Lejá: Si nuestra debilidad nos hace más fuertes, hemos aprendido algo

Herman Meir van Praag (1929), médico judío holandés, es una de las figuras más notables de la psiquiatría contemporánea.

Tenía once años cuando cosió una estrella de David en su ropa y acabó en el gueto de Theresienstadt, pasando por los campos de Barneveld y Westerbork. El horror lo marcó: “Me volví asertivo y desarrollé una dureza que moldeó mi carácter”.

Al terminar la guerra, la vida (lo que quedaba de ella) retornaría su curso. Procesó sus experiencias dedicándose a la salud mental: sus ideas lo transformarían en un pionero en su especialidad. Con más de 60 años de trayectoria profesional, Van Praag es considerado el fundador de la psiquiatría biológica en los Países Bajos.

Tras su jubilación escribió extensamente, abogando por un mayor interés de los psiquiatras en la religión y la experiencia religiosa. [1] Uno de sus temas recurrentes es la extraña persistencia de la fe judía.

Según él, es “normal” que una persona sea religiosa. ‘El deseo de lo vertical, de algo que se eleve por encima de lo material, es universalmente humano. Se puede vivir sin ello, al igual que hay personas a las que no les interesa el arte, la literatura o la música. Pero luego te pierdes algo”.

“Muchas cosas”, dice van Praag, “son inexplicables desde una perspectiva racional. Hay asuntos que están por encima de nosotros…”.

Los seres humanos buscamos trascender, encontrar algo más allá de nosotros mismos.

 

En la porción de la Torá que nos reúne esta semana, D-s le habla por primera vez a Abram: “Vete por ti de tu tierra (Lej-leja m’eretzja), y de tu lugar de nacimiento, y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré”. (Génesis 12:1) [2]

La tradición rabínica enseña que el mandamiento de D-s a Abraham de abandonar su hogar, es una de las diez pruebas que se le presentaron durante su vida. [3]

Hubo pruebas como la atadura de Itzjak o circuncidarse a la edad de 99 años, que parecen ser decisivas en la vida de Abraham. Sin embargo, la prueba más importante es Lej Lejá: “Vete por ti”. Ve a ti mismo.

Abraham tiene 75 años cuando se le ordena que comience de nuevo, que deje todo lo que conoce –su familia, su lugar de nacimiento y su hogar– y se vaya “a un lugar que no conoce”.

No todos los aspectos de este viaje tienen que ver con “SALIR”, por eso el mandamiento es particularmente profundo.

Lej Lejá es más que armar el bolso y vislumbrar el destino. Es detenerse primero, y mirar hacia adentro, hacer introspección y reflexionar sobre lo que estamos haciendo en la vida.

Consiste en ser completamente honestos con nosotros mismos. Y nadie dijo que sea fácil.

El viaje hacia uno mismo puede dar miedo, es ir hacia nuestro lado desconocido. D-s no le dice a Abraham adónde va, sólo que será “a la tierra que te mostraré”. Cuando lleguemos, lo sabremos.

No sabemos si Abraham estaba asustado. Pero sabemos que siguió en el camino. Así, recorrió lugares y situaciones inesperadas, difíciles y probablemente dolorosas. Y el viaje es lo que lo convirtió en nuestro antepasado y modelo a seguir.

Nosotros, como él, estamos atravesados por pruebas. Es una parte vital de nosotros. Esta es la vida real, y nos golpea, en una existencia de dualidades donde nada es completo.

“Estamos más enteros cuando estamos rotos”, es la paradoja que plantea el Rebe de Kotzk. [4] Porque una vida bien vivida es aquella en la que crecemos, cuando aprendemos a superar las pruebas que nos definen, porque los males de la existencia son inseparables de sus lecciones. Vivir ileso es perder la riqueza de la vida.

“La vida nos rompe a todos”, dijo Ernest Hemingway, “y la mayoría de nosotros somos fuertes en los lugares rotos”.

El autor de “El viejo y el mar”, proponía que la autenticidad era la gran meta a alcanzar en la vida: “Todo lo que tienes que hacer es escribir una oración verdadera. Escribe la oración más verdadera que sepas”.

Y yo escribí.

TENGO MIEDO, me dije a mi mismo. SEGUI ADELANTE, me respondí después.

Abraham nos enseña que las limitaciones y también las posibilidades habitan dentro de cada uno. Podemos salir a conquistar el mundo, pero es al cerrar los ojos cuando hallamos el regalo más poderoso que es encontrarse en esa intimidad con D-s.

Si nuestra debilidad nos hace más fuertes, hemos aprendido algo, volviéndonos un poco más sabios.

Se cuenta la historia del renombrado erudito, Rabí Jaim de Volozhin, que cuando era joven era un estudiante indiferente. Un día, decidió abandonar sus estudios. Esa noche soñó con un ángel sosteniendo una pila de hermosos libros.

“¿De quién son esos libros?” le preguntó.

“Son tuyos”, fue la respuesta, “si tienes el coraje de escribirlos”.

El sueño cambiaría su vida, y Rabí Jaim de Volozhin emprendería así el camino de descubrir en quién estaba destinado a convertirse.

Quizás, si damos el primer paso, podamos hacer lo mismo.

 

 

Shabat Shalom!

 

Seba Cabrera Koch

13 Jeshvan 5783 / 27 de octubre de 2023

 

Notas

[1] Herman van Praag advierte en su libro Deference to Doubt: A Young Man’s Quest for Religion Identity in First Century Judea (Jerusalén: Publicaciones Urim, 2020), y en otras obras, que no deberíamos ser víctimas de la actitud de Sigmund Freud hacia la religión. Freud, en su famoso libro “El futuro de una ilusión”, considera la religión como una ilusión y afirma que es necesario curar a la gente de esta “fantasía religiosa”. Van Praag respondió que la crítica de Freud de descartar la totalidad de la experiencia religiosa, es “miope e incluso tonto”.

[2] Abram, porque aun D-s no le había cambiado el nombre. Génesis 12:1. El versículo, muy sucinto por cierto, tiene variables en las traducciones en castellano. Aquí se cita la versión de Tora con comentario de Rashi (Coffman, 2001).

[3] Pirkei Avot: Capítulo 5 – Mishná 3

[4] “No hay nada tan completo, como un corazón roto”. Menajem Mendel Morgensztern de Kotzk, mejor conocido como el Kotzker Rebe.

 

Bibliografía

-Coffman, Aryeh. Tora con comentario de Rashi, tomo 1 Bereshit – Génesis. 2001. Editorial Jerusalén.

-Génesis 12:1 – 17:27. Consultado desde Sefaria.org

-Gómez, Celia. Las mejores frases de Ernest Hemingway. 2019 © Esquire. Hearst España S.L.

-Houtman, Wim. Herman van Praag y la esperanza de un judío incrédulo. 2017 © Nederlands Dagblad

-Lopes Cardozo, Natan. Faith & Defiance. Chapter 10: God, Bach, and the Chasidic Nigun. 2020. © The David Cardozo Academy.

-Muhafra, Iaacob. “Pirkei Avot: Comentarios, reflexiones y maasiot”. (2014) Or Lajaim.

-Reus, Tjerk. God, religie en ons brein. In gesprek met psychiater Herman M. van Praag. (Dios, la religión y nuestro cerebro. En conversación con el psiquiatra Herman M. van Praag). 2012 © Tijdschrift Voor Psychiatrie.

-Toker, Eliahu. Iluminaciones del Rabi de Kotzk. Fundacion Internacional Raoul Wallenberg.

-Wolpe, David. Becoming yourself. Recharge: Shabbat newsletter. 2023. My Jewish Learning.

 

Imagen

Serie esculturas incompletas. Lene Kilde. © 2010-2023 Cultura Inquieta