“Venir a predicar la destrucción del Estado de Israel, evidentemente, no es izquierda, no es humanista, no es nada” Darío Teitelbaum

El activista por la paz y presidente de la Unión Mundial del Partido de izquierda israelí Meretz, Darío Teitelbaum, fue entrevistado hoy en “Pensando las noticias”, el ciclo diario de Radio Jai, conducido por su director Miguel Steuermann. Durante la misma se mostró claramente perturbado ante los acontecimientos ocurridos en Israel y dijo estar “en un período de revisar posturas e ideas”.

“Me planteo serios interrogantes acerca de lo férrea de mis posturas, que tan exactamente compartiste al principio”, aseguró Teitelbaum. Cabe decir que, en esa introducción, el director de la radio lo presentó a Darío como a un amigo que conoce hace más de 35 años, “un hombre que vive en el kibutz Gvulot, al lado de la Franja de Gaza, y por muchos años ha sido un activista por la paz, que ha ido permanentemente al frente, tratando de encontrar puentes y proyectos para avanzar hacia la paz con los palestinos -muchas veces hasta en contra de las políticas israelíes y buscando mostrar alternativas”.

Tal revisión de ideas y sentires se fue evidenciando a lo largo de la nota, incluso ante frases coloquiales como “buenas tardes” o preguntarle por su bienestar y el de su familia: “estamos bien. Es decir, nuestra casa está entera, nuestra salud está entera, nuestra psiquis no está entera”.

El 7/10 marcó un antes y un después tanto en su vida, como en la sociedad israelí. “Nada va a ser como fue antes; es una bisagra”. Lo único que quisiera es que esto no afecte mi humanidad, mi capacidad de empatía, pero yo creo que estamos, como bien dijiste, en un antes y un después. Tengo amigos cuyos hijos están secuestrados por el Hamas; tengo muchos amigos que han sido asesinados. Creo que el tejido social de mi región ha sido exterminado. Uso esta palabra con mucho cuidado, porque acá hubo intenciones de exterminio físico, ético y moral”.

Si bien no quiero perder nunca de vista el pensar en los civiles no involucrados del lado palestino, “en este momento, quiero decirte, estoy pensando en los míos. En mis muertos, en mis amigos, en mis secuestrados, y no encuentro mucho lugar para otros”.

Consultado sobre sus sensaciones acerca de lo acontecido el pasado 7 de octubre, respondió que su análisis debía dividirse en 3 “colapsos o quiebres”: “el de mi sensación de seguridad como ciudadano del Estado de Israel residiendo en la zona periférica (a la Franja de Gaza n.d.r.). Nuestra integridad física ha sido violada y que mi estado -que tiene la obligación de defenderme- no ha cumplido”.

El segundo quiebre, aseguró, tiene que ver con la inusitada y nueva forma de violencia. “Evidentemente esto posterga toda posibilidad de alguna clase de acuerdo”, evidenció. Hasta llegó a poner en duda la necesidad de un acuerdo de paz mediante la siguiente frase: “no estoy seguro, pero sigo pensando en la necesidad de un acuerdo de paz hacia futuro, -porque la guerra no soluciona la situación de raíz- lo que sucedió lo posterga, sin ninguna duda”.

El tercer quiebre, declaró, tiene que ver con las medidas gubernamentales. Dijo que nada puede decir sobre las políticas de Hamas puesto que su “terrorismo se transformó en un gran horror desmedido, fuera de todo patrón, de todo modelo” y fue contundente: “No soy parte de ellos, no seré parte de ellos”. Fue particularmente crítico con el gobierno de Netanyahu a quien tildó de “engreído”, de tener un sentimiento de infalibilidad que provocó el ataque que dejó 1400 muertos y más de 200 secuestrados en manos de Hamas.

Ante la consulta acerca de por qué no había una condena más enérgica del pueblo palestino hacia Hamas, el referente de Meretz consideró prudente separar las diferentes reacciones de acuerdo al lugar: “para quien vive bajo el terrorismo de estado de Hamas, la capacidad para ser contestatario es muy baja”. A diferencia de estos, los palestinos israelíes, declara “se apresuran a decir que no son como ellos, se diferencian de Hamas, están tan horrorizados como nosotros”; en tanto que quienes residen en Cisjordania “también se están diferenciando, aunque todavía existen focos del Hamas, los cuales están siendo combatidos tanto por Israel como por la ANP”.

Teitelbaum reflexiona unos segundos, suspira y deja el análisis general para meterse a indagar en lo personal: “no quiero identificar a la gente que yo conozco, quiero y aprecio con la gente que hizo esas cosas”, aunque es consciente de que cabe esa posibilidad. Pidió unos segundos para ser “crudo” y advirtió: “La prensa mundial, la opinión pública mundial finalmente cuenta muertos y no cómo fueron matados. Acá estamos hablando de un asesinato cruel, desmedido, brutal, de exterminio. Se trata de una situación bélica provocada por el Hamas, perpetrada por el Hamas, porque nosotros sabemos que los palestinos de Gaza son un escudo vivo de Hamas”. Recomendó que “Israel va a tener que abrir más e informar más sobre lo que ocurrió para poder contrastar los números que están en crecimiento”.

Seguidamente, “Micky” lo consultó acerca de las declaraciones del Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y Darío fue lapidario: “se trata de gente que no comprende la magnitud de los hechos”. Entiende que tales declaraciones son caldo de cultivo para la propaganda que hacen las izquierdas latinoamericanas en contra de Israel, y que las consignas que han vertido en los últimos días lo han dejado “horrorizado”: “no hay una pizca de humanismo; no hay una pizca de comprensión. Se transforman en parlanchines que pasan mensajes que el tiempo tendría que haber acabado. Lamentablemente no aportan en nada, es decir, si alguna izquierda responsable viniera a querer aportar a la resolución sería una cosa. Ahora, venir a predicar la destrucción del Estado de Israel, evidentemente, no es izquierda, no es humanista, no es nada”. Añadió que la izquierda ha perdido una oportunidad histórica de colocarse del lado correcto, o de por lo menos mirar el conflicto desde una postura de mayor ecuanimidad. Declaró que, si bien no tuvo llamados de referentes políticos (de izquierda), sí tuvo contactos con educadores y filósofos de Argentina y Uruguay, y lamentó que le hayan mencionado que debían decir en público frases que no pensaban en privado, sólo para contentar a sus seguidores.

Ante la pregunta sobre el rol que está jugando la ANP en el conflicto, Teitelbaum fue claro: “hay que decirlo: la Autoridad Palestina no es complaciente con Israel, más aún en esta situación. Yo creo que hubo un horror real de lo que pasó con el Hamas, un temor real a que les ocurra algo similar dentro de Cisjordania”, y enfatizó que la coordinación en materia de seguridad entre la Autoridad e Israel “evita atentados”.

Darío fue más allá y se aventuró a pensar un posible escenario en Gaza, una vez eliminada la amenaza de Hamas: “Una de las discusiones es acerca de cómo se termina con Hamas. Evidentemente, Israel tiene todo el derecho del mundo de terminar con el Hamas: es una amenaza activa, no latente. Ahora, eso conlleva la siguiente pregunta, acerca de qué viene después. Creo que restablecer, con la ayuda internacional, una Autoridad Palestina robustecida en Gaza podría ser el principio de algo nuevo”.

La pregunta final fue sobre si el pueblo palestino, en su mayoría, aceptaba un estado palestino conviviendo junto a uno judío, o si prefería continuar con la eterna batalla y presentándose como la víctima. Teitelbaum respondió que, 4 años después de la Guerra de Yom Kipur, Sadat estuvo hablando de paz en la Knesset. “Si los liderazgos dan los pasos correctos, en realidad la opinión de tal o cual palestino, no es lo central”. No dijo que fuera fácil ni rápido, y en varias oportunidades, durante el diálogo, repitió: “hay que ser sincero con esto”. Un hombre brillante, no sólo por su agudeza en el análisis o sus utopías, sino por permitirse revisar sus convicciones.

Redacción gentileza de Martìn Trenyan

 

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