Por Ori Sela
La reunión de 2022 tuvo lugar después de dos complejas campañas políticas respectivas: para Biden, fueron las elecciones intermedias en Estados Unidos, para Xi, fue el Congreso del Partido donde se prorrogó su mandato.
Ambos líderes buscaron entonces moderar el acalorado discurso entre las dos potencias y establecer un sistema de mecanismos para un diálogo positivo continuo.
Sin embargo, poco tiempo después, tras el incidente del globo espía y los movimientos posteriores, los intentos de reanudar estos diálogos se suspendieron y, de hecho, se produjo una desconexión, aunque no completa, en el discurso entre las potencias.
En los últimos meses, ambas partes han intentado una vez más empezar a crear una atmósfera más positiva y, en particular, las visitas recíprocas de los altos funcionarios de los países han permitido el retorno paulatino de una parte importante de estos mecanismos de diálogo.
En la reunión actual se acordó renovar el mecanismo que tal vez sea el más importante de todos en términos de estabilidad en Asia Oriental, es decir, el diálogo sobre seguridad, que se desarrolla a través de varios canales, desde el nivel superior hasta el nivel básico.
Otro mecanismo que se ha renovado está relacionado con la producción y distribución de drogas sintéticas (como el fentanilo), un tema importante a nivel global y ciertamente para los problemas internos de Estados Unidos.
También se habló de crear un diálogo intergubernamental sobre cuestiones de Inteligencia Artificial (IA), un asunto que involucra a ambas partes desde hace mucho tiempo, presentando cada potencia su propia agenda en este campo.
Parece que el diálogo sobre seguridad sigue siendo una «carta» en manos de China, para permitir hacer referencia a elementos adicionales que le molestan más, por ejemplo, la cuestión del turismo, las visitas y los visados entre los países, incluido el número de vuelos semanales entre ellos.
Cuanto más desafiada esté la economía china, más necesita esta conectividad, especialmente con Estados Unidos.
En este contexto, en esta conversación también surgió el deseo de China de eliminar las restricciones a las exportaciones.
En la reunión se plantearon muchas otras cuestiones, incluido el cambio climático y Taiwán, pero su mayor importancia radica en su propia ocurrencia y en la creación de condiciones más favorables para la reanudación general de las conversaciones entre las dos potencias en el futuro, incluso si los contenidos siguen siendo objeto de acalorados debates.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
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