El Museo del pogromo de Iasi, un lugar para el recuerdo y la reflexión sobre el significado del Holocausto en Rumania

por Ricardo Angoso

Al atardecer del sábado 28 de junio de 1941, soldados rumanos y alemanes, miembros del Servicio Especial de Inteligencia Rumano, la policía y una multitud de residentes de la ciudad se dedicaron a saquear y a asesinar a los judíos de Iasi. Miles fueron ultimados en sus hogares y en las calles; otros miles fueron arrestados por patrullas de soldados rumanos y alemanes y llevados a la central de policía. Lazar Rozin, que tenía solo catorce años en junio de 1941, describe: “Entraron en nuestra casa a los gritos y robaron todas nuestras pertenencias. Nos ordenaron que saliéramos todos, incluso mi madre y mis hermanas. Fuimos a pie hasta la estación de policía y en el camino vimos cómo golpeaban a la gente y, también, cadáveres de judíos esparcidos en las calles”. Al día siguiente, “Domingo Negro”, los soldados rumanos mataron a tiros a miles de judíos que estaban recluidos en el patio de la central de policía.

A unos 4000 judíos, capturados en todos los sectores de la ciudad, los hacinaron en vagones y furgones de carga. Los “trenes de la muerte”, cerrados herméticamente, iban y venían entre estaciones de ferrocarril. 2650 murieron asfixiados o de sed y otros perdieron la razón. Continúa Lazar Rozin: “Nos amontonaron en el tren… no sabíamos qué iba a pasar… pensamos que no tendrían interés en prender fuego a los vagones simplemente porque no querían destruir material ferroviario… Durante cinco días nos ahogamos en ese tren atestado. La mayoría de la gente murió en el vagón… dormíamos sobre cadáveres”.

Fuente citada y consultada:
http://www.yadvashem.org/yv/es/education/lesson_plans/iasi_pogrom.asp).

Solamente la intervención de la Cruz Roja, al frente de la enfermera Viorica Agarici, consiguió paralizar estas crueles prácticas, como por ejemplo ayudando a unos activistas que lograron escapar de la muerte en la cercana ciudad de Roman. Sin embargo, el terror continuaría durante varios días y el número de víctimas seguía creciendo. 

HECHOS TERRIBLES QUE CONVIENE RECORDAR

La escritora polaca Margo Rejmer relataba con bastante realismo lo que sucedió en esos trenes de la muerte: “Aquel verano fue excepcionalmente caluroso. Los encerrados en los trenes no tenían ni una gota de agua, y todas las aberturas de cierto tamaño fueron tapadas con tablones. El tren avanzaba despacio, hacia ninguna parte, porque ni alemanes ni rumanos sabían qué hacer con el transporte. Cuando finalmente, tras ocho días, abrieron los vagones, del interior salió un hedor insoportable. Había más muertos que vivos. Los que bajaban por sus propias fuerzas se lanzaban al barro y quedaban inmóviles. Muchos perdieron el juicio”.

Las matanzas continuaron el 29 de junio de 1941 y se extendieron a las regiones colindantes a Iași, al parecer por órdenes directas del mando militar en Bucarest y el dictador del país, Ion Antonescu. Los responsables de las matanzas, a pesar de contar con el apoyo de los alemanes para ejecutarlas, fueron en su mayoría rumanos, concretamente policías, militares y miembros de la organización fascista Guardia de Hierro, aunque también participaron otros rumanos sin ninguna filiación política. Tras tres días de pogromo, en la capital de Moldavia había cadáveres tirados por las calles, centenares amontonados en fosas comunes y otros en los negocios y casas donde habían sido asesinados. 

Las cifras del pogromo de Iași fueron escalofriantes porque se contaron hasta 13.226 personas asesinadas. El Museo del Pogromo de Iasi eleva las víctimas hasta las 15.000. Ante tal cantidad de víctimas, lo sucedido en esta ciudad de Moldavia no sólo se convirtió en el mayor pogromo antisemita perpetrado por Rumanía, sino en el más grande de toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Al parecer, tras la guerra algunos de los responsables del pogromo fueron condenados a penas menores, en 1948, y el dictador Ion Antonescu, junto con su ministro del interior, Mihai Antonescu, fueron procesados, condenados y ejecutados. Ambos políticos estaban detrás de los planes llevados a cabo para el exterminio de los judíos rumanos durante la guerra. Fuente consultada y citada:
https://www.eurasia1945.com/acontecimientos/crimenes/rumania/).

EL MUSEO DEL POGROMO DE IASI: MISION Y PROYECTO

Para honrar a estas víctimas, se ha abierto una institución que pretende mantener viva la llama del recuerdo y la memoria de las mismas. El Museo del Pogromo de Iasi abrió sus puertas para conmemorar los 80 años de los trágicos acontecimientos del 28 al 30 de junio de 1941, y fue organizado por el Instituto Nacional “Elie Wiesel” para el Estudio del Holocausto en Rumania, en colaboración con el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos. 

El pogrom de Iasi fue una operación ideada desde lo alto de la administración Antonescu y puesta en práctica por unidades del ejército rumano y alemán, con la participación de algunos civiles de la ciudad. La psicosis antisemita, deliberadamente alimentada por los servicios secretos civiles y militares, contribuyó decisivamente a la preparación del pogromo del 29 de junio de 1941. La excavación de fosas comunes en el cementerio judío de Păcurari, antes del violento estallido antisemita, prueba la naturaleza planeada del asesinato.

Aparte de exponer el tema con toda su crudeza y de una forma didáctica y amena, también en este Museo del Pogrom de Iasi se detallan los trabajos realizados para detallar en profundidad lo ocurrido durante este pogromo. En octubre de 2010, un equipo de historiadores, arqueólogos y comunicadores del Instituto “Elie Wiesel”, armados con documentos de archivo y testimonios de lugareños, descubrieron una fosa común en el bosque Vulturi, en el pueblo de Popricani, en el condado de Iasi. Se encontraron y extrajeron un total de 36 víctimas civiles: doce niños, nueve mujeres y quince hombres de edades comprendidas entre uno y 80 años. La Fiscalía Militar de Iași llevó a cabo una investigación en los expedientes que tenía en su mano. En junio de 2019, otro equipo encontró una segunda fosa común en una zona cercana al lugar donde se había encontrado la primera. La investigación mostró que parecía contener veintidós víctimas civiles: seis niños, doce mujeres y cuatro hombres. La hipótesis más probable: las víctimas eran judíos arrestados en Sculeni, República de Moldavia, y llevados al interior de Rumania por el ejército rumano durante la operación Barbarroja.

Las salas de exposición dedicadas al pogromo de Iași contienen fotografías tomadas durante el pogromo, un holograma, testimonios de supervivientes, documentos y artefactos.

Fuente citada y consultada:
www.muzeulliteraturiiiasi.ro/muzeul-pogromului-de-la-iasi/

Quiero aprovechar estas líneas para agradecer a la guía del Museo, Andrea Ursache, sus magníficas explicaciones durante mi visita a las instalaciones y la atención prestada -vibrante y cargada de emotividad- durante la misma. Como dato anecdótico final, hay que reseñar que el Museo se encuentra en la sede del que fuera el cuartel de la policía rumana de la época y donde se perpetraron algunos de los más abyectos crímenes ocurridos en el pogromo. 

Páginas del Museo del Pogromo de Iasi para ver horarios y otras informaciones:
www.muzeulliteraturiiiasi.ro/muzeul-pogromului-de-la-iasi/

Fotos del autor. Museo del Pogromo de Iasi