“Esta mañana se llevó a cabo la pena de muerte de una persona que fue juzgada y condenada por trabajar para servicios extranjeros, incluido el Mossad, en Sistán Baluchistán”, informó Mizan, agencia de noticias perteneciente al Poder Judicial.
Mizan no informó del nombre del ejecutado ni de cuándo fue detenido o juzgado.
Según la Judicatura iraní, el ahorcado recopiló información para los servicios de inteligencia israelíes con el “objetivo de perturbar el orden público”, motivo por el que fue condenado en un Tribunal Revolucionario en Zahedan, la capital de la provincia de Sistán Baluchistán, situada en el sur del país.
El Tribunal Supremo rechazó la apelación presentada por el reo, quien pidió un indulto más tarde, que también fue rechazado por las autoridades iraníes.
La República Islámica de Irán ha anunciado reiteradamente su compromiso con la destrucción de Israel, pretende la hegemonía regional y mantienen con el Estado judía una guerra encubierta que incluye ciberataques, asesinatos y sabotajes.
Con frecuencia, el régimen teocrático de los ayatollahs acusa a los disidentes de espiar para el Mossad con el objeto de deshacerse de sus opositores e instalar el terror entre la población.
La semana pasada comenzó un juicio contra el funcionario sueco de la Unión Europea Johan Floderus por la acusación de espiar para el Mossad, un cargo que podría conllevar la pena de muerte.
Irán es el principal país del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 576 ejecuciones llevadas a cabo en 2022, un sustancial aumento desde las 314 del año anterior, según Amnistía Internacional.
En lo que va de 2023, el país ha ejecutado a más de 750 personas, la mayoría de ellas por delitos relacionados con el tráfico y la posesión de drogas, de acuerdo con grupos de derechos humanos con sede en Europa.
Con información de agencias