Vahidi “subrayó que los terroristas están apoyados por el régimen israelí”, en referencia al ataque contra una comisaría en la sureña ciudad de Rask, informó la agencia oficial IRNA.
Un grupo de hombres armados atacó una comisaría en Rask, en la conflictiva provincia de Sistán Baluchistán, donde murieron 11 policías y otros seis resultaron heridos.
También murieron dos de los atacantes, mientras que otro fue detenido.
El ataque fue reivindicado por el grupo suní Yeish al Adl, opuesto al régimen chií de Teherán, según los medios estatales del país persa.
Un día después del ataque, las autoridades iraníes ejecutaron a un preso procesado por espiar presuntamente para el Mosad israelí en Sistán Baluchistán, provincia que tiene una población mayoritariamente suní y en ella operan grupos extremistas de esa rama del islam contrarios al Gobierno chií de Teherán, así como bandas de contrabandistas y narcotraficantes.
La semana pasada comenzó un juicio contra el funcionario sueco de la Unión Europea Johan Floderus por la acusación de espiar para el Mossad, un cargo que podría conllevar la pena de muerte.
La República Islámica de Irán proclama abiertamente la destrucción de Israel, persigue por la hegemonía regional y mantienen una guerra encubierta con el Estado judío, que incluye ciberataques, asesinatos y sabotajes.
Teherán celebró el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre, en el que fueron asesinadas 1.200 personas, y desde entonces ha advertido en repetidas ocasiones de la posibilidad de que sus aliados abran otros frentes si no paran las operaciones militares israelíes contra los grupos terroristas palestinos en la Franja de Gaza.
Con información de agencias