Por el Dr. Raz Zimmt
Mientras los esfuerzos diplomáticos iraníes continúan intentando lograr un alto el fuego en Gaza para reducir el precio que Israel les extrae a Hamas y Hezbollah, altos funcionarios del gobierno en Teherán declaran que Israel está sufriendo una derrota en la campaña.
Hossein Salami, comandante de la Guardia Revolucionaria, afirmó que Estados Unidos e Israel perderán la guerra.
El portavoz de la Guardia Revolucionaria, Ramazan Sharif, afirmó que Israel no puede prevalecer sobre Hamás y por eso lucha por un alto el fuego y un intercambio de prisioneros.
El ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir Abdullahian, también aseveró que Israel no ha logrado sus objetivos y escribió en su cuenta de X que incluso 70 días después del inicio de los combates, Hamás no ha sido destruido, la resistencia no ha sido desarmada y los rehenes israelíes no fueron liberados en los combates.
Aunque no se pueden ignorar los motivos propagandísticos que subyacen a estas declaraciones, parece que reflejan en gran medida la evaluación en Teherán de que Israel no logrará alcanzar los objetivos de la guerra, principalmente la derrota de Hamás.
Además, en esta etapa no hay evidencia de un proceso de pensamiento o reevaluación en Teherán sobre la necesidad de prepararse para escenarios que podrían poner en peligro los intereses vitales iraníes en la región el día después de la guerra.
Incluso en los medios de comunicación asociados a los círculos más moderados de la República Islámica no hay voces que pidan un reexamen de la política de Irán en relación con una posible derrota de Hamás o un cambio en el equilibrio de poder regional.
Mientras no haya cambios en su evaluación de la situación, Teherán no estará obligado a reexaminar su abstención hasta el momento de cumplir sus amenazas de expandir la campaña a escenarios adicionales e involucrar a sus socios regionales, encabezados por Hezbollah, en un enfrentamiento total con Israel.
Además de esto, la evaluación en Irán refleja la brecha entre las expectativas en Israel de una imagen significativa de logro en el combate actual y la forma en que se percibe la realidad a los ojos del eje proiraní.
En opinión de Teherán, el equilibrio del combate no representa en esta etapa una amenaza significativa a la capacidad de preservar sus intereses y los del «Eje de la Resistencia».
En su opinión, un fracaso israelí a la hora de neutralizar las capacidades gubernamentales y militares de Hamás es un escenario razonable que podría permitir a Teherán asegurar su influencia incluso al final de la campaña.
Para Israel, esto significa que la operación terrestre no es suficiente, e incluso ahora es importante examinar cómo se diseña una nueva realidad estratégica, una que brindará a Irán muchas menos oportunidades de consolidar su influencia cerca de nuestras fronteras.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies