El 3 de diciembre, Shaul Greenglick, un joven israeló de 26 años se subía al escenario de Israel’s Rising Star para ganar su lugar y representar a Israel en la próxima edición del festival Eurovisión.
La audición la hizo gracias a un permiso que le permitía ausentarse del servicio, ya que Greenglick aún estaba cumpliendo con el servicio militar. Incluso se subió al escenario con su uniforme militar, lo que conmovió a algunos de los jueces y a parte del grupo.
Si bien pasó su primera audición, el joven no pudo continuar con el concurso porque debió volver al servicio.
El 14 de diciembre, el cantante israelí escribió en sus redes sociales que se “imaginaba este año de otra manera, como un año de aspiraciones y de vivir mis sueños”, pero que prometía “seguir luchando por este país que amo y también por mis sueños en el futuro. Ahora solo hay una cosa en mi mente y es seguir luchando contra la oscuridad hasta que veamos la luz”.
En los últimos días se conoció la noticia de su muerte en el frente. Su fallecimiento generó conmoción entre los seguidores del concurso.
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