Por el Dr Raz Zimmt
El ataque de Pakistán al territorio iraní –por limitado que haya sido– en respuesta al bombardeo iraní contra las bases de la organización baluchi-sunita Jaish al Adl en Pakistán, y la dura respuesta política de Irak a los ataques iraníes en el norte Irak, que también incluyó una queja inusual presentada ante el Consejo de Seguridad, son testimonios de las limitaciones del poder de Irán cuando se ve obligado a actuar directamente y no a través de su red de apoderados [proxies].
Es por una buena razón que Irán prefiere actuar a través de organizaciones de apoderados [proxies] para eximirse de la responsabilidad, preservar un «margen para la negación» y reducir el riesgo de pagar un precio por sus acciones.
El uso de apoderados [proxies] es parte del concepto de guerra asimétrica adoptado por el régimen iraní para compensar sus limitaciones militares convencionales.
Sin embargo, en los casos en los que Irán quiere responder a un ataque directo contra sus fuerzas o ciudadanos, como la eliminación de altos comandantes iraníes en Siria o ataques terroristas en su territorio, a veces se ve obligado a actuar directamente, iniciar él mismo operaciones ofensivas y no depender de sus representantes [proxies] para conducir sus propias guerras.
En tales casos, se expone a riesgos cada vez mayores, ya sean políticos o militares.
Al parecer, no se espera que los recientes ataques de Irán en Irak y Pakistán provoquen un precio intolerable, y se puede suponer que incluso las tensiones temporales con sus dos vecinos disminuirán en un futuro próximo.
Sin embargo, estos ataques no sólo no proporcionan una solución a los problemas básicos de seguridad que enfrenta en los ámbitos interno y regional; sino que la decisión de Teherán de responder al daño continuo a su seguridad abriendo frentes adicionales –y en medio de la guerra en Gaza – intensifica las sospechas hacia Teherán por parte de sus vecinos, incluidos aquellos con los que mantiene buenas relaciones, como Irak y Pakistán; reduce con el tiempo su voluntad de cooperar con éste en la promoción de los objetivos de seguridad a lo largo de sus fronteras comunes; y revela las limitaciones del poder de Irán para abordar directamente los desafíos de seguridad y su inferioridad en comparación con algunos de sus rivales regionales e internacionales.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies