Por el General de Brigada (de la reserva) Yuval Eylon
La participación de numerosas fuerzas multinacionales en la protección de las vías marítimas en el Mar Rojo se debe a la gran importancia de estas rutas de navegación para la economía global y al hecho de que son la fuente de vida y el motor de los países del mundo.
El ataque reciente a un petrolero estadounidense demuestra una vez más lo que muchos en Israel vienen afirmado: la conducta de los hutíes perjudica al mundo entero y surge del impulso y la motivación de pretender ser un actor importante en la configuración del control de los espacios marítimos en el Mar Rojo y ejercer influencia en la Península Arábiga.
Además, la conducta de los hutíes converge con la motivación iraní de pretender ser una potencia regional con capacidad para actuar e influir en toda la región.
Es decir, la actividad de la organización yemení es resultado y reflejo del deseo del régimen extremista de Irán de imponer su visión del mundo a través de sus diversos apoderados [proxies] y de sus actividades terroristas en todo el mundo e influir en los actores internacionales en la región.
Los recientes acontecimientos deberían encender una señal de alerta para todos aquellos que intentaron lidiar con la agresión iraní de manera suave, y una vez más enviar una señal de advertencia al mundo de que si no actúa para reducir las medidas de Irán, se debe esperar un destino similar en otros ámbitos y en otras dimensiones.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies