El reconocido historiador y periodista, Ignacio Montes de Oca, analiza el complejo panorama mundial, alertando sobre la creciente amenaza de autocracias y destacando el papel crucial que ocupa Israel como símbolo y bastión de la democracia occidental.
Ignacio Montes de Oca, periodista y escritor, sostiene que el mundo enfrenta una recreación de la Guerra Fría, con focos de conflicto dolorosos y sangrantes. Además, señala la formación de un eje autocrático liderado por Irán, Moscú y Corea del Norte, con China ejerciendo un papel expectante. Montes de Oca destaca el rol paradigmático de Israel, representando la libertad en un entorno desafiante: “El caso de Israel va mucho más allá del ataque del 7 de octubre. Israel representa un desafío a las autocracias, siendo un enclave de pensamiento y economía libre en medio de sociedades cerradas.”
El historiador subraya la falta de reciprocidad en las políticas occidentales y la debilidad frente a las autocracias. Advierte que la indecisión de Occidente y la proliferación de discursos antisemitas están permitiendo la expansión de la violencia. Montes de Oca sugiere que entender la historia y aplicar lecciones aprendidas es crucial para evitar una repetición de errores: “La reciprocidad es clave para entender lo que está sucediendo. Occidente no está aplicando la reciprocidad, lo cual es la debilidad que permite a las autocracias avanzar en sus agendas.”
En un momento de crisis y crecimiento de autocracias, Montes de Oca enfatiza la importancia de aprender de la historia. La falta de unidad occidental y la indecisión frente a las amenazas actuales plantean el riesgo de repetir errores pasados. A medida que el mundo enfrenta desafíos críticos, la clave radica en la capacidad de los líderes para estar a la altura de las circunstancias y no dejar solos a aquellos que buscan el apoyo conjunto de Occidente.
“Además de una recreación de la Guerra Fría, estamos corriendo aceleradamente al pasado, a un período que tiene muchas similitudes con la época previa a la Segunda Guerra Mundial, con la conformación de un eje Irán, Rusia, Corea del Norte y otras autocracias que están imponiendo en este momento una lógica de violencia en las relaciones internacionales, como hace mucho que no vivimos”.
Sobre China, que no incluye en este grupo, que se encuentra “expectante”, muy similar al rol de Japón en los años treinta con la invasión a Manchuria, aunque no concretó aún su política de amenaza latente hacia Taiwán y su avance sobre el Mar de la China, en territorios marinos que corresponden a países como Filipinas, Bután y Malasia, de manera que este expansionismo está presionando muy fuertemente al mundo libre para intentar desafiarlo, ver hasta dónde pueden avanzar, no solo por sus apetencias territoriales, sino con la imposición de un tipo de modelo, el de sociedades cerradas regidas por autoridades fuertes, economías dirigidas; y que, en la cuestión de Medio Oriente, se enfrentan a símbolos de la democracia occidental como el caso de Israel, en el que allí no se trata de propiamente lo que es el país hebreo, sino lo que simboliza el enclave de pensamiento de economía libre, de costumbres que permiten la tolerancia. Israel es un desafío a las autocracias, y hay que entender que el rol de Israel va mucho más allá del ataque del 7 de octubre: Es lo que representa para las países y organizaciones que lo rodean.
Sobre cómo reacciona el mundo libre, que se lo ve frágil y en crisis, el periodista explicó que justamente se está dando un escenario similar a la época previa a la Segunda Guerra, cuando se dejó avanzar a las autocracias. Hoy Occidente está debatiendo aún si está bien o no, desde el punto de vista de la libertad de expresión decir o no decir “desde el río al mar” y si eso implica un debate de todo tipo. No se comprende en profundidad la amenaza que recae sobre Occidente, que está atrapada en su propio discurso sin dar una respuesta categórica a potencias como Rusia, China, Corea del Norte, quienes están aprovechando este momento de debilidad y de duda, de debates inconducentes, para pararse frente a lo que es una pelea cultural de fondo.
Insiste el analista en que el caso de Israel es paradigmático, que no se lo eligió porque sí, sino porque representa a Occidente en un entorno en donde se pone en juego un tipo de cultura, la occidental, con las autocracias, o al menos, sociedades un poco más arcaicas, en donde las libertades no son la regla. Remarcó que Occidente está en un momento de debilidad y duda que le va a salir muy caro, y no está uniéndose frente a la gravedad del desafío que se le plantea en el mundo.
Considera que Occidente debería tener en cuenta la cuestión de la reciprocidad, porque es la clave para saber lo que está sucediendo. Occidente no la aplica, mientras que Oriente o las autocracias sí lo hacen. Y recalcó, volviendo al caso de la preguerra y al de Israel, que no se está entendiendo que siempre hay tanteos en las autocracias que anteceden a actos mucho más graves. Entonces si no se aplica la reciprocidad y no se entiende de las políticas preventivas de disuasión, es porque no aprendimos de la historia y estamos condenados a repetirla. “En ese trance está hoy Occidente”, opinó.
El hecho de que Irán esté multiplicando los conflictos, implica que siente un permiso implícito en la debilidad de Occidente y en sus respuestas como para seguir ampliando los focos, primero en Yemen, luego con Hezbollah en el sur del Líbano, y de Siria, Irak, y ahora en Pakistán. Si entendemos ese esparcimiento de la violencia, entendemos que también se fundamenta en los permisos implícitos que da la debilidad de Occidente en su falta de unidad. Y otro elemento más, yendo a los Estados Unidos, pero que es común a otros países, en esa misma libertad que tiene Occidente, es que están proliferando los discursos antisemitas, precisamente porque Occidente tampoco genera anticuerpos dentro de sus sociedades como para poder establecer cuál es el límite de esa libertad basada en el principio de que “mi libertad mientras no afecte al otro”.
“Mientras sigamos tolerando discursos que justifiquen Auschwitz, no entendimos nada; y estamos en un momento de crisis de Occidente, de crecimiento de las autocracias también porque nosotros lo estamos permitiendo”, declaró.
A modo de pronóstico sobre lo que podrá acontecer, Montes de Oca se focalizó en Estados Unidos por ser la primera potencia del mundo, atado a las próximas elecciones de noviembre, que determinarán políticas que podrían ser aislacionistas y muy reaccionarios en contra de Israel. Si Estados Unidos decide aislarse va a dejar de ser un instrumento de poder para el resto del mundo libre:
“Quiera Dios que gane alguien que sea capaz de estar a la altura de las circunstancias, y quien fuera que triunfe, no deje solo a Israel, a Ucrania, a Taiwán y tantos otros lugares que necesitan del apoyo conjunto de Occidente”, concluyó.
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