Rabino Yerahmiel Barylka
El árbol ocupa un lugar central entre el conjunto de las prescripciones que tratan acerca del reino vegetal y su relación con el hombre. Las normas relacionadas con el árbol y sus frutos comprenden todas las etapas de su existencia.
Durante muchos años, estas halajot fueron solamente estudiadas en teoría; sin embargo, a través de ese estudio fue posible reinstaurar la práctica de las mismas en Eretz Israel.
Nuestros sabios atribuyeron virtudes divinas al trabajo de la plantación, que consideraban como un medio para acercar al hombre a la Shejiná, como está escrito:
“Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme”[1].
La plantación de árboles en Eretz Israel, es considerada una mitzvá especial de la Torá, como nuestros sabios interpretaron en Midrash Rabá, Kedoshim, el versículo de la Parashá Reé: En pos del Señor, su Dios habrán de andar y a Él habrán de temer, y Sus mandamientos habrán de guardar, y Su voz habrán de escuchar, y a Él habrán de servir, y a Él habrán de adherir[2]. Pero, ¿acaso pueden los seres de carne y hueso seguir a Dios, acerca de quien está escrito: “En el mar abriste tu camino, tus sendas en las muchas aguas, y tus pisadas no fueron reconocidas”[3]?
¿Acaso es posible para un ser humano subir al cielo y adherirse ala Shejiná, como está escrito: “Porque el Señor, tu Dios, es un fuego un fuego devorador…?[4]. Y acerca de Él está escrito: “Llamas de fuego era su trono, y las ruedas de éste un fuego abrasador”[5].
Sin embargo, desde el comienzo mismo de la Creación del mundo el Eterno se ocupó de la plantación, como está escrito: “Y el Señor Dios había plantado un jardín en Edén”[6]. Entonces, ustedes también, cuando entren a la tierra, se ocuparán en primer lugar de la plantación, como está escrito: “Y cuando entraren en la tierra y hubieran plantado todo género de árboles de comer…”[7].
En efecto, desde entonces, los Sabios consideraron a la mitzvá de la plantación como precedente al recibimiento del Mesías, según lo encontramos en Avot De Rabí Natán acerca de Rabí Yojanán Ben Zakay: “Si estuvieras en medio de la plantación y te dicen ‘Aquí llega el Mashiaj’, termina en primer lugar de plantar tu siembra y luego ve a recibir al Mashiaj”.
El año nuevo de los árboles, de acuerdo con la tradición de Beit Hilel acaece en Tu Bishvat, el 15 del mes de Shvat.
¿En qué se caracteriza como “año nuevo”? Tu Bishvat está relacionado con el tema del maaser (diezmo) y de la orla (el fruto del árbol en los tres primeros años de plantación) y neta rivaei (frutos del cuarto año), y hay quienes sostienen que con el tema de la shmitá (el séptimo año) hasta Tu Bishvat, si cae o no en año de shmitá. Pero, no encontramos alusión alguna a la festividad en ese día.
Tampoco encontramos mención alguna a esa festividad u otra costumbre en los escritos de los Sabios, como aparece en el Talmud de Babilonia[8]. Sin embargo, a partir de la época del Ritzba o Riba (Rabenu Itzjak Bar Asher Halevi) y de la Responsa Rabínica del Maharam de Rotenburgo y de Rabenu Gershom Meor Hagolá, aprendemos que Tu Bishvat no debía ser un día de ayuno y si un ayuno cae en Tu Bishvat, debe postergarse.
El tema de Tu Bishvat parece, a veces, compuesto por dos aspectos completamente diferentes: uno deriva claramente de la halajá y comprende las mitzvot relacionadas a Eretz Israel; y el otro, cuyos orígenes no son claros, podría surgir de la halajá o de otra fuente, probablemente determinada por los cabalistas (recordemos que el resto de los “años nuevos” designan ya sea el primer día del mes, llamado entonces moed, o indican una verdadera fiesta, es decir, Rosh Hashaná, que cae el primero de Tishre).
Si bien en la época de Rabí Iosef Caro ya era aceptado que en Tu Bishvat no se recita Tajanún-la plegaria cotidiana de ‘súplica’ que comprende la confesión por los pecados y la petición por la misericordia divina, ni se pronuncian lamentaciones, la costumbre de tales festejos comenzó comiendo frutos y con la lectura de versículos de la Torá y midrashim en forma de Hagadá de Tu Bishvat.
En nuestra época, el Año Nuevo de los Árboles ha adoptado una tercera dimensión: la fiesta popular celebrada en los bosques de Israel, los bosques y los parques del Keren Kayemet Leisrael, costumbre que comenzó en este siglo.
¿De dónde proviene el festejo de Tu Bishvat? Del amor a la Tierra de Israel.
Dado que el año nuevo de los árboles está relacionado con los fenómenos naturales específicos de la Tierra de Israel, y no de la Diáspora, se celebra comiendo frutos de Eretz Israel.
En la Diáspora, se practica esta costumbre comiendo frutas secas provenientes de Eretz Israel. Además, en ciertas comunidades, las contribuciones de quienes son llamados a la Torá en el Shabat de Parashá “Beshalaj” son dedicadas al Keren Kayemet.
Los líderes judíos de la Diáspora deberían encontrar el camino para alimentar a sus comunidades con frutos frescos más que con secos, también en lo espiritual; porque el amor hacia Israel y al pueblo se traduce en la costumbre de Tu Bishvat, establecida por los cabalistas en la ciudad de Tzfat, instituida en la Halajá y adoptada por los judíos ashkenazíes y sefardíes por igual, con gran vitalidad.
Los líderes judíos de la Diáspora y en Israel, deberían considerar a sus comunidades como a un bosque y a cada judío como a un árbol: proteger y alimentar a los jóvenes retoños, elegir el suelo, hablarles, extraer las ramas secas, encauzar su crecimiento hacia lo alto, hacia Avinu Shebashamaim – el Padre Divino -, preservar la armonía, el color y la fragancia del judaísmo que forman un hermoso paisaje y salvaguardan la calidad judía del entorno.
Es una mitzvá para nosotros “livnot uleivanot”, construir y ser construidos, cumplir las mitzvot de “Yishuv Eretz Israel”, poblar la tierra de Israel, adherirnos a la Shejiná, permitir la realización del versículo que decimos diariamente en Shirat HaYam: “Los harás entrar y los plantarás en el monte de tu herencia, lugar que preparaste para tu misma habitación, en el santuario, Señor, que establecieron tus manos”[9].
Esta plantación no es estática, sino que crece y se desarrolla, prospera y florece, produce retoños y zarcillos, crece hacia lo alto y enriquece su copa, extiende sus ramas en todas las direcciones.
Debemos inculcar el amor hacia Eretz Israel y hacer que el Pueblo Judío sea merecedor de las palabras del profeta: “Y tu pueblo, todos ellos serán justos, heredarán para siempre la tierra; renuevo plantado por mí mismo, obra de mis manos, para glorificarme”[10], para que todo judío pueda participar en la redención de la tierra, y dar su propia ofrenda para la construcción del país. Particularmente este año, el sabático –shnat hashmitá- en el que la tierra debe descansar.
Con los deseos de Feliz Año Nuevo del Árbol, desde Sión,
[1] -Isaías 60:21.
[2]– Deuteronomio 13:5.
[3] -Salmos 77:20.
[4] – Deuteronomio 4:24.
[5] -Daniel 7:9.
[6] -Génesis 2:8.
[7] -Levítico 19:23.
[8] -Rosh Hashaná 7,2.
[9] -Éxodo 15:17.
[10] -Isaias 60:21
Este año 5784 Tu Bishvat comenzará el miércoles 24 con la puesta del sol y continuará hasta el anochecer del día 25