Repensando Paradigmas, 2da. parte

Hoy continuaremos con la 2da. parte de Repensando Paradigmas, recordemos, que en la columna pasada abordamos la grave crisis de seguridad y el conflicto armado interno que vive Ecuador, protagonizado por el combate del Estado ecuatoriano contra grupos del Crimen Organizado local, pero éstos están subsidiados por los Cárteles mejicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, y es por eso que parece pertinente, aún siendo breve, conocer a estos dos actores transnacionales.

Los dos mencionados Cárteles, son en la actualidad, las organizaciones criminales activas y más poderosas, pues los otros cárteles como, los de Tijuana, Juárez, Guerreros del Norte y el del Golfo (de Méjico), se hallan sensiblemente debilitados, sea por sus propios enfrentamientos, o bien por el accionar del Estado mejicano.

Dicho esto, el Cártel de Sinaloa o del Pacífico, opera en al menos la mitad de los estados mejicanos, y en casi todo lo largo de la frontera con los EE.UU., y desde el encarcelamiento y posterior extradición en el 2018 de su ex líder, Joaquín El Chapo Guzmán, se hizo cargo Ismael El Mayo Zambada, del cártel considerado, el más grande e importante del país azteca, y además, una de las organizaciones criminales más fuertes a nivel mundial, con amplias conexiones internacionales, como ser, con las mafias chinas y del sudeste asiático que le proveen de Metanfetaminas, más allá de la producción propia, y cuyo destino principal es, el mercado consumidor de EE.UU., sin olvidar el tráfico de heroína y cocaína colombiana, por sus vínculos con la Banda de los Urabeños o Clan del Golfo (Venezuela) y con los Frentes de las FARC Disidentes, además sus operaciones también se extienden en Europa, a través de las rutas en el África Occidental, en el negocio de drogas por armas.
El Cártel posee también, el control absoluto de los cultivos de amapola y marihuana en ciertas regiones montañosas de Méjico, configurando el llamado Triángulo Dorado Azteca, Sinaloa-Durango-Chihuahua, sin embargo, si bien, hoy día es el cártel más grande, dentro del mismo hay un conflicto entre dos facciones, por un lado la que encabeza El Mayo Zambada y por el otro, los hijos del Chapo Guzmán, obviamente, por el liderazgo de la organización.

En cuanto al Cártel Jalisco Nueva Generación, nació en el 2007, como brazo armado del Clan de los Zetas, pero en el 2010, se separó y pasó a conformar la actual organización criminal, siendo liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho, y es sin duda, el principal rival del de Sinaloa, en el control territorial y en la demanda y movimiento de drogas, tanto a nivel local como internacional, y en la actualidad, para el gobierno mejicano como para estadounidense, se ha convertido en un objetivo prioritario. Esto se debe, a que en el 2017, se fusionó con el Cártel de Tijuana, para ganar el control de la frontera con los EE.UU., en esa región, controlada por el de Sinaloa, y esta fusión pasó a denominarse, Cártel de Tijuana Nueva Generación, aunque el centro de operaciones está en Jalisco.
Tal como ocurre dentro del de Sinaloa, se da un conflicto por el liderazgo de la organización entre, el ya mencionado El Mencho y Enrique Sánchez, alias El Cholo, quién lleva conspirando desde al menos el 2018, contando con el apoyo de El Mayo Zambada, uno de los capos del cártel de Sinaloa, y esto abre una peligrosa alternativa, en caso, que tanto El Cholo como El Mayo, se consoliden como líderes de sus respectivos cárteles, propiciaría la alianza entre las dos más poderosas organizaciones criminales mejicanas, lo que representa una fuerte amenaza, no sólo al Estado mejicano, sino también para la Seguridad Internacional, pero mientras tanto, la guerra entre los dos cárteles también se internacionalizó en Ecuador, con el enfrentamiento entre los Choneros, que responden a Sinaloa y Los Lobos, que lo hacen al de Jalisco.

Ahora bien, ambos Cárteles mejicanos reúnen las siguientes características: 1) disponen de importantes recursos económicos-financieros y militares, 2) poseen una compleja organización, 3) tienen la capacidad de llevar a cabo, tanto operaciones sofisticadas como otras extremadamente violentas, y 4) en la actualidad, la conjunción de estas características tienen como objetivo, debilitar las Instituciones del Estado, constituyendo una amenaza multidimensional, pues su accionar, implica el control o dominio en lo económico, social y político, la prueba de esto, queda reflejado en el poder financiero que poseen, pues las ganancias que genera el narcotráfico, tanto en su circuito, de producción, tráfico y lavado de activos, según cálculos modestos, se estiman en los u$s. 12.000 millones, algo así como, el 2.6% del PBI de Méjico, casi comparable a las Inversiones Extranjeras Directas, y muy cercano a los ingresos por las exportaciones de petróleo mejicano.

Conociendo el poder y alcance de los Cárteles mencionados, pasemos a ver el escenario Sudamericano, donde las conexiones, no se limitan entre grupos del Crimen Organizado, sino también, entre éstos y organizaciones terroristas, es así, que los primeros nexos se dieron a principio de este siglo entre las FARC colombianas y el Comando Vermelho de Río de Janeiro, en el intercambio de cocaína por armas de todo tipo de fabricación brasileña.
También la otra poderosa organización criminal de Brasil, el 1er. Comando Capital o PCC, de San Paulo, tiene nexos con la organización político-terrorista libanesa Hezbollah, pues ésta le proporciona a la mafia paulista, a través de los complejos comerciales y financieros, que posee en la Triple Frontera, el servicio de lavado de activos, y a cambio el PCC, suministra drogas y protección a los miembros de Hezbollah que actúan en Brasil, o que se hallan en cárceles brasileñas.

En la actualidad, el PCC ha superado en poder y expansión al Comando Vermelho, sus operaciones se han extendido a Paraguay, y hasta domina puntos estratégicos en Ciudad del Este, pero particularmente, en la región de Pedro Juan Caballero, ha desplazado al grupo mafioso local, el Clan Coleta, y domina el mercado de la marihuana y de la cocaína al sur del Subcontinente.

El PCC nació en 1992, tras la masacre en la cárcel de Carandirú, y hoy es una verdadera empresa transnacional, posee condominios para la renta, capitales en entidades bancarias y financieras, y sus ganancias se estiman en 20.300 millones de Reales al año, comparable a los beneficios que obtiene la automotriz VW Brasil, y al igual que los Cárteles mejicanos, se ha expandido y acordado alianzas, por ejemplo, con la Ndrangheta, la mafia calabresa, que se remonta al 2016/2017, con las reuniones entre el 2do. Jefe del PCC, Gilberto Aparecido y Doménico Pelle, capo de tutti los capos de Calabria, en la exportación de cocaína a Europa.

Esta expansión, también involucra a la Argentina, pues acordó alianzas con grupos criminales de nuestro país, como ser el caso de Los Monos de Rosario, Santa Fe, y se han establecido corredores para el tráfico de drogas y armas, entre Pedro Juan Caballero, Paraguay y el Gran Rosario, pero también, además del PCC, no están ajenos los nexos con el Comando Vermelho, que datan de más de una década, como lo prueba el secuestro de, fusiles FAL, sustraídos en el 2011, del Batallón de Arsenales 603 Fray Luis Beltrán, que fueron hallados en las favelas cariocas en operaciones de la Policía Militar brasileña.
Pero retomando al PCC y que involucran a nuestro país, en el tráfico de cocaína y armas, es en un operativo del 2018, cuando se detectó, el contrabando de armas de fabricación estadounidenses y europeas hacia la Argentina, con destino final, Paraguay y Brasil, por la citada droga que provenía de Bolivia, a través de una ruta de 134 km, entre Pto. Suarez-Mutum, luego Pto.Bush hasta Ibicuy, para su embarque a ultramar a través de la Hidrovía, en el que el Pto. de Rosario, es un punto crucial para alcanzar el destino final, y es donde convergen los intereses del PCC y de Los Monos, y esto es posible por los siguientes aspectos negativos que afectan a nuestra Seguridad, nacional e internacional, 1) fronteras porozas, 2) cielos libres de radarización y la no aplicación de una Ley de Derribo, y 3) una Hidrovía mal fiscalizada.

Y en lo que hace al escenario nacional, y la evolución del Crimen Organizado, es justo mencionar a la socióloga Laura Echarrén, que en su libro “Esperando a las Maras”, analiza con notable claridad el proceso de los grupos delictivos locales, que se hallan en un estadío larval, comparándolos con las Maras, pero si bien, se pueden observar diferencias, también hay similitudes, como ser el mercado de drogas ilícitas, el control territorial, la violencia y en algunas fuentes de financiamiento, además que se dan los factores socio-económicos que lo propician, tal es lo que sucede en Rosario y también en el AMBA.

Con este escenario, para que se posibilite la evolución y el agravamiento de esta problemática criminal, hay factores negativos que la propician, por ejemplo, la anomia social, el deterioro de las Instituciones, en particular en las áreas Seguridad y Justicia, sea por corrupción, por falta de capacitación y equipamiento, por un deficiente sistema carcelario, por la ausencia u obsoletismo de instrumentos legales, en relación a la nuevas realidades y modus operandis delictivos, la falacia garantista, la distorsión y el devalúo del sistema educativo, el déficit de oferta laboral y la tolerancia o inacción sobre la constitución y actividades de enclaves del narcotráfico.

Hoy día, en particular en América Latina, y tal como se ha descripto a lo largo de la columna, las organizaciones del Crimen Organizado y del Terrorismo Internacional, han adquirido por si solas, o por la relación simbiótica entre estas dos expresiones criminales, una dimensión similar a la de un actor estatal, incluso, se comportan en algunos aspectos de manera igual, por el caso, han adoptado procesos de Integración, que se dan en tres niveles, 1) a nivel local y/o internacional entre los Cárteles y las Mafias con organizaciones Terroristas, 2) en el control territorial y 3) por convergencia de intereses y objetivos en las rutas para el tráfico ilícito.

Como se ha señalado, esta interrelación entre organizaciones criminales y terroristas, se traduce en prestaciones o servicios, como ubicación y control geográfico, seguridad en las rutas, o medios utilizados para el tráfico ilícito, y/o servicios financieros para la legitimación de activos.
Más allá de lo reseñado, es necesario señalar que octubre del 2003, en el ámbito de la OEA, se dio a conocer un nuevo concepto de Seguridad Hemisférica, que es más amplio que el tradicional de Seguridad de los Estados, y esto en función, de las nuevas amenazas que afectan a los sectores, político, económico, social, salud y medio ambiente, es decir, se había arribado a un enfoque multidimensional, sin embargo, prácticamente hasta el presente no ha sido implementada, por los siguientes factores, a) el histórico, que está en relación con un pasado de intervenciones de las FF.AA. en el escenario político, que dieron lugar a gobiernos autoritarios, b) el estructural, por las crisis en la Seguridad Pública que padecen una gran parte de los Estados miembros, no sólo por razones logísticas, sino también por la corrupción, y c) el ideológico, pues no todos reconocen o aceptan una definición expansiva y más comprensiva de Terrorismo, en cualquiera de sus expresiones, incluida, la relación simbiótica con organizaciones criminales, tanto transnacionales como locales.

Finalizando la columna de hoy, y concluyendo el tema iniciado el miércoles pasado, “Repensando Paradigmas”, mis reflexiones son las siguientes: 1) el Crimen Organizado y el Terrorismo Transnacional, han sido y son una amenaza a la Seguridad Internacional, y en las últimas décadas, se han conformado nexos entre ambas expresiones delictivas, que potencian el peligro que representan para los Estados y sus Sociedades, 2) hoy, el objetivo de hacerse con el control o el poder de un país, o de mínima con una región, ya dejó de ser una meta exclusiva de las organizaciones terroristas o movimientos insurgentes, para ser también, el de los Cárteles y Grupos Mafiosos, para de esta manera conformar Narco-Estados, e incluso pueden ser utilizados por ciertos actores estatales, para desestabilizar a otros Estados, en función de sus intereses geopolíticos, 3) esta conjunción de intereses, es el que ha posibilitado las alianzas entre ambas manifestaciones del Crimen Transnacional, y para enfrentar esta amenaza, es necesario responder decididamente a través, de una cooperación internacional que no se limite, al intercambio de información sensible de inteligencia y la utilización de tecnología de última generación, sino también crear a través de los organismos regionales e internacionales, los instrumentos de Derecho Penal Internacional, que posibiliten la persecución y extradición de los criminales, la confiscación de bienes y activos de las organizaciones criminales y terroristas, la intervención de las FF.AA., desde lo logístico a lo operativo, teniendo en cuenta el potencial de la o las organizaciones delictivas a confrontar, como así también, la conformación de fuerzas internacionales, en caso de solicitar su intervención, el o los Estados afectados por la presencia y accionar de las organizaciones criminales y terroristas, 4) con respecto, a aquellos Estados que se valen o financian, a organizaciones criminales y terroristas, deben ser punibles de sanciones internacionales, y 5) adecuar las legislaciones nacionales para que sean funcionales a este nuevo escenario, que exige una visión multidimensional, para construir un nuevo paradigma de la Seguridad Internacional, pues se necesita un cambio, ya que el actual no funciona, por esto la frase final, es del académico estadounidense el Dr. Joel Arthur Baker, el primero en popularizar el concepto de cambios de paradigmas, y es uno de los principales investigadores en el estudio y planificación tácticas, quien dijo, “Cambiar un paradigma significa modificar la manera de hacer las cosas.”.- AM ISRAEL JAI