Por el Emb. Shimón Stein
Incluso antes de que finalicen los combates, es claro que uno de los logros de Hamas ha sido el regreso de la cuestión palestina al primer plano del escenario internacional, y lo que parece ser una resolución internacional también por parte de los países occidentales, liderado por Estados Unidos, para promover la solución de dos Estados.
Pruebas recientes de esta resolución surgieron en la reunión del 22 de enero de los ministros de Exteriores de la Unión Europea, a la que también fueron invitados los ministros de Exteriores de Arabia Saudita, Egipto, Jordania e Israel y el representante de la Liga Árabe.
El promotor de la invitación fue Josep Borrell, el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, cuyo esfuerzo para resolver el conflicto le «arde» desde hace mucho tiempo, y más aún desde el 7 de octubre y la consiguiente guerra, a lo que se suman graves consecuencias humanitarias y el temor de que la guerra se expanda a otros frentes.
En la reunión, Borrell presentó un plan de 12 puntos que debería conducir a una solución de dos Estados.
El primer paso del plan «integral» es una conferencia internacional con la participación de los países árabes (Arabia Saudita, Egipto, Jordania, la Liga Árabe) y las naciones de la Unión Europea (UE).
También estarán invitados Estados Unidos y las Naciones Unidas.
Israel y la Autoridad Palestina no serán invitados y las conversaciones con ellos se llevarán a cabo en paralelo.
El acuerdo será redactado por Israel y los palestinos, y la intención es proporcionar a ambas partes garantías de seguridad y un paquete de incentivos (y, si es necesario, «palos» para complementar las «zanahorias»).
Todo el proceso debería durar aproximadamente un año.
La razón detrás de la iniciativa Borrell (que aún no ha recibido el consentimiento de todos los miembros de la UE y es dudoso que logre el consenso en su forma actual) es que las dos partes no pueden llevar a cabo negociaciones en este momento y, por lo tanto, la comunidad internacional debemos tomar la iniciativa y, en el lenguaje contundente de Borrell, imponer una solución a las partes.
De las declaraciones de Borrell se desprende claramente que la principal crítica a la falta de progreso en la solución de dos Estados se articula sobre el primer ministro Netanyahu.
(Dicho sea de paso, según Borrell, ya no debería hablarse de un «proceso de paz», sino más bien de un «proceso para una solución de dos Estados».)
La negativa de Netanyahu a discutir la cuestión y, además, su negativa a plantear una alternativa que sea una base de discusión ha suscitado muchas críticas, como lo demuestra el comentario de la ministra de Exteriores alemana (que muestra más comprensión a la posición de Israel en el contexto de la guerra que muchos de sus colegas) de que la solución de dos Estados es la única solución «y quienes se oponen hasta ahora no han presentado una alternativa».
En conclusión, en ausencia de una visión política sobre el día después, Israel se encontrará frente a un amplio frente internacional (incluido Estados Unidos) que está más decidido que antes a actuar para poner fin al conflicto sobre la base de dos Estados.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies