Investigadores de la Universidad de Tel Aviv desarrollan una planta de tomates que requieren menos agua

A través de la edición genética, los investigadores consiguieron reducir el consumo del agua sin afectar la calidad, el sabor y el rendimiento del producto.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv llevaron a cabo un estudio en el laboratorio de Shaul Yalovsky de la Escuela de Ciencias Vegetales y Seguridad Alimentaria de la universidad, y recientemente publicaron los resultados en la revista académica PNAS.

En esta investigación se logró reducir la cantidad de agua necesaria en la producción del tomate mediante la tecnología de edición genética conocida como CRISPR. Se logró reducir el tiempo de la transpiración, en el que la planta permite que el agua se evapore de sus hojas. Esto reduce la necesidad de riego.

Esto se logró al eliminar el gen ROP9: “descubrimos que la eliminación de ROP9 mediante la tecnología CRISPR provoca un cierre parcial de los estomas”, explicó Shaul Yalovsky.

Además, agregó que “este efecto es particularmente pronunciado durante el mediodía, cuando la tasa de pérdida de agua de las plantas en el proceso de transpiración está en su punto más alto. Por el contrario, por la mañana y por la tarde, cuando la tasa de transpiración es más baja, no hubo una diferencia significativa en la tasa de pérdida de agua entre las plantas de control y las plantas modificadas con ROP9”.

Los investigadores esperan que la misma adaptación genética pueda implementarse en otros cultivos, como el trigo, los pimientos y las berenjenas.