¿Quién mató a los tres soldados estadounidenses en la Torre 22?

¿Pero quién exactamente llevó a cabo este ataque? ¿Quién está atacando a las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria?

Por Jonathan Spyer

El domingo 28 de enero, tres militares estadounidenses de la 718° Compañía de Ingenieros de la Reserva del Ejército estadounidense murieron en el puesto de avanzada conocido como la Torre 22 en la frontera entre Jordania y Siria. Otros 34 soldados resultaron heridos, algunos de ellos con lesiones cerebrales traumáticas. Los muertos fueron identificados como el sargento William Jerome Rivers, 46 años, oriundo de Carrollton; la especialista Kennedy Ladon Sanders, de 24 años, de Waycross; y la especialista Breonna Alexsondria Moffett, 23 años, de Savannah. Todos nativos del Estado de Georgia.

Desde el 7 de octubre, más de 160 operaciones fueron llevadas a cabo contra las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria. El ataque con drones del 28 de enero a la Torre 22 fue el primero que causó muertes. Quienquiera que haya llevado a cabo el ataque transformó, de un solo golpe, la campaña en Irak y Siria de un escenario que la Administración estadounidense podía describir plausiblemente como un espectáculo secundario o irritante en el panorama actual más amplio de agitación en Medio Oriente, al foco central. Las fuerzas pro y anti estadounidenses en la región están ahora observando cómo responderá Estados Unidos.

¿Pero quién exactamente llevó a cabo este ataque?

¿Quién está atacando a las fuerzas estadounidenses en Irak y Siria?

El organismo que desde octubre de 2023 se atribuye la mayor parte de los ataques se autodenomina Resistencia Islámica en Irak (IRI, por sus siglas en inglés). Un canal de Telegram llamado «medios de guerra» (al-elam al-harbi) difunde los mensajes de esta «organización».

Una declaración en árabe en este canal emitida el 29 de enero asumió la responsabilidad del ataque a la Torre 22 (sin mencionar el puesto de avanzada por su nombre). La declaración decía:

Combatientes de Hezbollah, con carteles del líder supremo de Irán, Ali Khamenei, fotografiados por el autor en la sede del grupo Badr en Bagdad en 2015. (Foto: Jonathan Spyer)

«En continuidad con nuestro enfoque de resistencia a las fuerzas de ocupación estadounidenses en Irak y la región, y en respuesta a las masacres de la entidad sionista contra nuestro pueblo en Gaza, los muyahidines de la Resistencia Islámica en Irak atacaron al amanecer de hoy, domingo 28 de enero, 2024, utilizando drones, cuatro bases enemigas, tres de las cuales están en Siria (base Al-Shaddadi, base al-Rukban y base al-Tanf), y la cuarta dentro de los territorios palestinos ocupados, que es la instalación naval de Zevulun”.

«La Resistencia Islámica confirma que seguirá destruyendo los bastiones del enemigo.»

La referencia a al-Tanf, la base estadounidense en la frontera entre Siria y Jordania, es la reivindicación del ataque a la Torre 22, ya que esta última está situada cerca de Tanf, y parece actuar como centro de apoyo y suministro de la instalación.

Sin embargo, todos los analistas de Irak consideran que la Resistencia Islámica en Irak constituye un nombre general de conveniencia para las milicias chiítas asociadas con Irán, más que un grupo específico. El uso por parte de las milicias iraquíes de títulos genéricos de este tipo está en consonancia con la antigua estrategia de «fachada» de estas milicias, mediante la cual buscan evitar represalias por sus acciones violentas contra Estados Unidos.

Esta postura es necesaria para ellos porque, además de perpetrar la insurgencia contra Estados Unidos, las milicias en su forma política constituyen parte del Gobierno de Irak. Necesitan garantizar el acceso continuo al sistema financiero estadounidense para sus grupos de fachada.

Entonces, cuáles son los grupos más importantes dentro de esta estructura general?

El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) mantiene múltiples estructuras de milicias en territorio iraquí, cada una con su propia historia y orientación específicas. Estos van desde organismos grandes, bien organizados y burocráticos como la Organización Badr, hasta grupos más pequeños y semiclandestinos como Asaib Ahl al-Haq.

Sin embargo, el patrón de respuestas de Estados Unidos a los ataques hasta ahora, y la estrecha observación de las reclamaciones de responsabilidad, señalan a dos milicias chiítas iraquíes de tamaño mediano como los principales sospechosos en el ataque a la Torre 22. Los dos grupos son Ktaeb Hezbollah, actualmente dirigido por Abu Fadak al Mohammadawi, y Hezbollah al-Nujabaa, dirigido por Akram al-Kaabi.

Un estudio del Washington Institute for Near East Policy  señala que la organización que asumió la responsabilidad de algunos de los primeros ataques después del 7 de octubre, Tashkil al-Waritheen, era un nombre utilizado en el pasado como «fachada» por Nujabaa. El informe del Washington Institute también destaca que la reivindicación de responsabilidad de Tashkil al-Waritheen por un ataque con drones el 17 de octubre contra una base aérea en el Kurdistán iraquí fue eliminada después de que la Resistencia Islámica en Irak hiciera una declaración posterior de que era responsable del ataque. Estas pruebas sugieren la participación de Nujabaa bajo la bandera del IRI.

Ktaeb Hezbollah, por su parte, ha sido blanco de sanciones estadounidenses y respuestas militares directas desde el 7 de octubre. La base aérea de Al-Asad en Irak, donde hay presencia de efectivos estadounidenses y que ha sido atacada varias veces, suele estar dentro del área geográfica de ​​operaciones asociadas a este grupo.

El 17 de noviembre, Estados Unidos anunció nuevas sanciones contra seis personas asociadas a la organización. El 26 de diciembre y el 24 de enero, aviones estadounidenses atacaron instalaciones pertenecientes a Ktaeb Hezbollah tras los ataques a Al Assad. El 30 de enero, la organización anunció repentinamente el cese de sus operaciones contra Estados Unidos. Presumiblemente es consciente de las próximas represalias estadounidenses por los asesinatos del 28 de enero y quiere presentarlos como una agresión.

Así que lo más probable es que Ktaeb Hezbollah o Nujabaa llevaron a cabo el ataque a la Torre 22. Y de los dos, dado su papel más destacado en el ataque a objetivos estadounidenses antes y después del 7 de octubre, mi conjetura es que Ktaeb Hezbollah es más probablemente el autor.

Por supuesto, ya sea que Nujabaa o Ktaeb hayan llevado a cabo el ataque, existe un nivel de responsabilidad superior al de las milicias chiítas iraquíes. Ambos grupos son instrumentos de la Fuerza Quds del IRGC, que a su vez es un órgano de la República Islámica de Irán.

Ninguna organización hace algún esfuerzo por ocultar estas afiliaciones. En el verano de 2015, me incorporé por un corto tiempo a las fuerzas de Ktaeb Hezbollah en la provincia iraquí de Anbar. En ese momento estaban enfrentando al Estado Islámico [ISIS]. Los combatientes y los comandantes subalternos que entrevisté eran todos perfectamente abiertos sobre las conexiones del movimiento con Irán. (En un divertido incidente, pensaron que yo era iraní cuando llegué por primera vez a su base).

Cuando entrevisté al fundador y líder del movimiento, Abu Mahdi al-Muhandis, unos días después (y cinco años antes de que muriera en el mismo ataque que tuvo como objetivo al comandante [iraní] Qasem Soleimani), esperaba que una figura de este nivel de antigüedad fuera más evasivo con respecto a la dependencia de su movimiento con respecto a Irán.

No lo era. Ktaeb Hezbollah y otras milicias chiítas dependían de «las capacidades y habilidades proporcionadas por la República Islámica de Irán», me dijo Abu Mahdi, mientras hablábamos en una polvorienta base de la milicia en las afueras de la ciudad petrolera de al-Baiji.

Incluso entonces, Ktaeb Hezbollah no se parecía a las heterogéneas milicias árabes suníes y kurdas que operaban en el mismo período en Siria e Irak. Todos los combatientes vestían uniformes y tenían armas entregadas centralizadamente. Había una clara jerarquía de mando y un alto nivel de aptitud física y competencia táctica. Ktaeb Hezbollah -como no lo negó su líder- era muy obviamente producto de las capacidades que sólo un Estado puede proporcionar.

Sin embargo, Teherán actualmente niega indignado cualquier conexión con las milicias que atacan a las fuerzas estadounidenses en Siria e Irak. El representante permanente iraní ante las Naciones Unidas, Amir Saeed Iravani, en una carta al presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, escribió esta semana que «no hay ningún grupo afiliado a las Fuerzas Armadas iraníes, ya sea en Irak, Siria o cualquier otro lugar, que esté bajo el control directo o indirecto de Irán o actúe en su nombre. Por lo tanto, Irán no es responsable de las acciones de ningún individuo o grupo en la región”.

Dado el peso de la evidencia que señala a las milicias aliadas del IRGC como los perpetradores del ataque que se cobró la vida de tres soldados estadounidenses esta semana, la negación de Amir Iravani parece absurda.

Queda por ver si Estados Unidos optará por darse cuenta de este absurdo, con las consiguientes exigencias de acción si lo hace, o si seguirá consintiéndolo. De cualquier manera, los soldados estadounidenses Rivers, Sanders y Moffett fueron asesinados el 28 de enero por fuerzas empleadas directamente por la República Islámica de Irán.

Fuente: The Jerusalem Post