Henrique Cymerman, prestigioso periodista israelí que además preside la Cámara de Comercio Israel países del Golfo Persico y es un hombre de confianza del Papa Francisco analiza el difícil escenario a 132 días de la guerra contra Hamás.
“Es una de las guerras más largas de la historia de Israel y en donde hay más preguntas que respuestas”, comenzó declarando. Preguntas tales como qué va a pasar con los rehenes en Gaza. Si Hamás decidiera liberarlos, probablemente la guerra terminaría muy rápido, pero no lo hace. Israel logró destruir una parte importante del potencial bélico de Hamás, unos diez mil hombres del brazo armado del grupo terrorista, y unos diez mil resultaron heridas. Esto representa más o menos un 50 por ciento del poder a nivel humano. Sin duda, si quisieran otro 7 de octubre, podrían hacerlo porque cuentan aún con los comandos, soldados y terroristas más preparados. Por otra parte, de los veintitrés batallones que tenía Hamás hasta el 6 de octubre, hoy quedan cuatro.
Explicó que eso es importante para el futuro, pero que aún queda Rafah, en el sur, y con ello, un dilema muy grande, que es el de entrar o no allí, donde hay líderes de Hamás escondidos dentro de un millón cuatrocientas mil personas.
La comunidad internacional está preocupada por las víctimas civiles que podría haber en un virtual ingreso de las fuerzas de Israel. Remarca Cymerman que eso es precisamente lo que busca Hamás que se mezcla con la población, para después decir que se han asesinado a civiles.
Hay que entender que el 7 de octubre marca el más sangriento y mortífero atentado terrorista de la historia, es proporcionalmente como si en el 11 de septiembre con las torres gemelas habrían muerto 45.000 norteamericanos, señala,
Otro tema es el de la negociación para la liberación de los secuestrados, y hay un tema más, que es esencial y del que opina el analista, se habla muy poco, que es el vínculo de la guerra con Hamás en Gaza y contra Hezbollah -guerra no declarada- en el Líbano. Dijo que todo es muy complejo, y que los iraníes están detrás de todo esto, orquestándolo, estos últimos cuatro meses y medio.
Señaló que ellos han tenido algunas derrotas, que por ahora no han logrado crear una tercera intifada en Cisjordania, pero que no sabría lo que podría suceder de llegarse a complicar la situación en Rafah.
Subraya el periodista que el gran fracaso de los terroristas, y quizás uno de los mayores logros de Israel en esta guerra, es que el sector árabe israelí, 20 por ciento de la población, está cada vez más unido con el Estado de Israel. Si la identificación del sector con Israel era el 6 de octubre de un 48 por ciento, hoy es de más del 74, “una gran derrota para Irán y para sus proxis, especialmente Hamás”.
Considera Cymerman que los árabes israelíes están entendiendo qué es Hamás y qué es Irán, y que cada vez más están integrados a la sociedad israelí. Basta con ver por ejemplo, en el hospital Hadassa, en Jerusalem la presencia árabe en directores, entre los principales médicos, en enfermeros y pacientes.
Más aún, no muchos saben que desde hace 20 años llegan a Israel enfermos desde Gaza; enfermos de cáncer, de dolencias cardíacas. Incluso eran traídos por una mujer que fue quemada viva en el kibutz donde vivía en la masacre del 7 de octubre, una mujer que salvó a miles de palestinos, que los trasladaba personalmente en ambulancias israelíes a los hospitales. La noticia es que Israel continúa asistiendo a los enfermos, brindando quimioterapia a quienes ya habían iniciado el tratamiento antes del 7 de octubre. Es algo de lo que no se habla, posiblemente para no complicar la situación, y prevenir ataques a los hospitales, o a los enfermos.
Por otra parte, remarca que Hamás mató a árabes israelíes que trabajaban en los kibutzim; se habla además de violaciones a chicas con velo, (musulmanas) a quienes se los veía como “colaboradores sionistas”. Todo ello, seguramente impactó muy fuertemente en la población árabe israelí, y además, la aparición de un nuevo líder en el sector árabe israelí, que viene del movimiento islámico israelí, Manzur Abbas, que parece ser uno de los promotores de este cambio y de este proceso de integración.
Respecto del liderazgo israelí, Cymerman señaló que, mientras haya guerra, estará en la situación en que se encuentra: “Tenemos un gobierno de unidad nacional, la opción menos mala que podemos tener en este momento”. Considera que Benny Ganz no se quedará eternamente en este gobierno, que Binyamin Netanyahu juega la carta de Betzalel Smotrich y de Itamar Ben Gvir demasiado fuerte. Y en su opinión, avizora muy pronto la reanudación de manifestaciones en las calles de Israel pidiendo elecciones ahora, que no se posterguen más, que en los próximos meses los israelíes puedan decidir sobre quién los lidere, “en este día después”.
Indicó que Israel tiene que hacer el ”Israel 2.0,” que el del 76 aniversario será muy distinto al del 75 en muchos aspectos; un país que debe regresar a sus casas a más de 200.000.000 personas que son refugiados en su propio país, y que tienen que volver a los kibutzim del sur y a la frontera del norte. Se requiere de alguna manera reformar el Ejército, se necesitan más soldados. Sostiene que Israel tiene grandes asignaturas pendientes, que debe retomar los acuerdos de Abraham, y la normalización futura con Arabia Saudita. Parar ello, se necesitará un gobierno legitimado y no el gobierno actual “responsable de la mayor atrocidad ocurrida en la historia de Israel”.
Confía en que en un año y medio pueda haber un nuevo gobierno, del que espera unión, y en donde los extremistas no tengan cabida. Para este Israel 2.0 se necesitará mucha cordura y empezar a planificar para el futuro, ver “adonde se quiere llevar este gran barco que es un auténtico milagro”, pero que no debemos esperar milagros sino ayudar a que ocurran.
La concreción de un Estado palestino provoca en estos momentos un rechazo dentro de la sociedad israelí. El periodista explica que cuando se está en la situación en que siguen enterrando a personas atacadas en sus camas el 7 de octubre; cuando se intenta recuperar el máximo número de rehenes vivos, cuando la familia de un soldado en combate en zonas muy peligrosas, está pendiente de lo que le pueda ocurrir, es muy difícil hablar de Estado palestino, sobre todo cuando en Ramallah hay un gobierno que continúa diciendo que “el 7 de octubre es un invento israelí”, y que ministros palestinos afirman que es “propaganda sionista”.
Por ello, entiende que ahora no es el momento, que ve como” lo menos malo” un Estado palestino, pero en un fututo, con la garantía de que no vendrá otro 7 de octubre desde Cisjordania, desde Gaza, también desde el norte con Hezbollah. “Debemos tener una garantía total de seguridad; si la hay, el cielo es el límite”, sostuvo.
Redacción: Prof.Cita Litvak
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