Participación de empresas chinas en la infraestructura de Israel: ¿es el fin?

Puerto de Haifa Foto ilustración: Zvi Roger Municipalidad de Haifa Wikimedia Commons CC BY 3.0

Por Galia Lavi

La semana pasada, el Comité de Licitaciones de la Compañía de Puertos de Israel descalificó a la empresa china China Harbour Engineering Company de su intento por competir en una licitación para establecer un puerto de destilería en la bahía de Haifa. 

El motivo de la descalificación, según se publicó, se debe a los intereses de «seguridad nacional» de Israel.

La empresa matriz de China Harbour, China Communications Construction Company, está en la «lista negra» de Estados Unidos por participar en proyectos que ayudan a China a expandir su presencia en el Mar de China Meridional. 

Sin embargo, China Harbour es conocida en Israel principalmente a través de su filial, Pan Mediterranean Engineering Company (PMEC), que construyó el Puerto Sur y amplió el Muelle 21 en Ashdod. 

PMEC también posee alrededor del 34% de las acciones de la central eléctrica de Alon Tavor.

La descalificación de China Harbour para participar en la licitación se produjo tras una serie de artículos en los medios israelíes que criticaban la participación de empresas chinas en la infraestructura de Israel, particularmente en el puerto del Golfo de Haifa, operado por el Shanghai International Ports Group. 

Debe entenderse que no existe ninguna conexión entre estos artículos, presuntamente motivados por los intereses económicos de los competidores, y la descalificación de China Harbour. 

La decisión de los responsables de seguridad de descalificar a la empresa debido a la sensibilidad de las instalaciones o su ubicación fue prudente. 

También debería adoptarse una postura similar con respecto a las empresas de otros países extranjeros.

En general, a pesar del gran enfado de Israel hacia el Gobierno chino, dada su conducta y reacciones ante la guerra denóminada «Espadas de Hierro», hay que tener cuidado de no dañar los intereses futuros del Estado de Israel.

China es la segunda economía más grande del mundo y las empresas chinas tienen capacidades líderes en ciertos campos, incluida la construcción de infraestructura. 

El Estado de Israel no puede darse el lujo de romper sus vínculos con China, pero debería dirigirlos a áreas que no sean sensibles a su seguridad nacional.

Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies