Desde la segunda mitad del Siglo pasado, han habido países que brindaron sus territorios como “santuarios” para líderes y organizaciones terroristas, tanto de Europa, como el IRA irlandés, el Baden Main Moff alemán o las Brigadas Rojas de Italia, como de Latinoamérica como Montoneros y a grupos de Oriente Medio, el más notorio la OLP de Yasser Arafat, y el ejemplo más paradigmático de un país que fue refugio, campo de entrenamiento, sirvió para reuniones y planificación de operaciones, fue la Libia de Muhammad Khadafi, y tras el colapso de la ex URSS, las organizaciones terroristas árabes, siguieron utilizando estos “Resort del Mal”.
En la actualidad, uno de estos “Resort” para terroristas, es el Emirato de Qatar, un pequeño estado árabe en el Golfo Pérsico, situado en la costa oriental de la península arábiga, es una pequeña lengua de tierra de 11.600 km.2, limita al sur con el Reino de Arabia Saudita, y al este, un estrecho lo separa del Emirato de Bahrein, mientras el resto del territorio qatarí lo constituyen extensas playas, poco más de 560 km., bañadas por las aguas del Golfo, caracterizando a este país como una planicie baja y desértica, su máxima elevación de apenas 103 m. sobre el nivel del mar es Qurayn Abu al Barwl. Tiene una población de unos 2,5 millones de habitantes, del que sólo el 20% son qataríes, el resto son extranjeros que residen y trabajan mayoritariamente en la industria energética, provenientes de países del Magreb, de la India y de Irán, y la totalidad de la población está asentada en la capital Doha y periferia. El idioma oficial es el árabe, pero el inglés y un dialecto qatarí, son las otras lenguas habladas. Tiene como forma de gobierno, una monarquía hereditaria, con una Asamblea Consultiva de 45 miembros, según la Constitución vigente desde el 2005, no contempla la existencia de partidos políticos, y si bien consagra la libertad de expresión, cualquier movimiento contestatario está sujeto a fuertes restricciones, algo similar ocurre con el derecho de asociación, los trabajadores no cualificados, están sujetos a un sistema de avales o Kafala, esto es, todo individuo que va a residir para trabajar, necesita de un kafeel, la única persona que puede autorizar al trabajador a marcharse, de ahí la confiscación de sus pasaportes o documentos de viaje, y por supuesto están los castigos corporales y el hacinamiento, prácticamente una reducción a la servidumbre. En cuanto a la Justica contempla el derecho a juicio justo, aunque el sistema penal, prevé penas de flagelación y lapidación, y la pena de muerte está vigente, aplicable a la homosexualidad y al terrorismo, y sólo en el último tiempo, se han dado algunas medidas para la igualdad de la mujer, por el caso, la habilitación para conducir, y respecto a la libertad de culto, la misma está permitida, un ejemplo es la consagración en el 2008, de la catedral de Nuestra Señora del Rosario en Doha, además del cristianismo, otra religión, es el hinduismo debido a la gran cantidad de trabajadores hindúes, pero el Islam es la fe predominante, el 75% de la población, mayoritariamente sunita y una minoría chiita.
Ahora bien, para entender como Qatar llega a ser el Resort de los terroristas, veamos una apretada síntesis histórica, un enclave portuario en la ruta marítima y comercial, y de precaria economía basaba en la explotación pesquera y la recolección de ´perlas, y punto obligado entre Basora y Omán, también era refugio de piratas, y eso llevó a mediados del Siglo XIX, a que el Imperio Británico pusiera atención en la ciudad-puerto de Doha, a fin de combatir la piratería y proteger a los navíos de la Compañía de Indias Orientales, permitiendo que el clan Al Thani si hiciera con el control, sin embargo, en 1871 irrumpen los turcos y Qatar pasó a estar bajo la autoridad del gobernador del Imperio Otomano, residente en Basora.
Concluida la 1ra. Guerra Mundial, y desmembrado y derrotado el Estado Turco, Qatar pasó a ser un protectorado británico por el tratado firmado por el emir Abd Allah y Londres, y por supuesto el poder del emirato se reintegró al clan Al Thani. En 1938 se descubrió petróleo en Jabal Dhukan, lo que significó una importante fuente de ingresos, habida cuenta del colapso en el mercado de las perlas, sin embargo, al año siguiente estalla la 2da. Guerra Mundial, que demoró la exportación del hidrocarburo hasta 1949, a partir de entonces la economía qatarí experimentó un salto exponencial, y para 1961, formaba parte de la OPEP. En 1972, el Estado se hizo cargo de las empresas petroleras, a través de Qatar Petroleum, constituyéndose en el primero de los pequeños Estados petroleros del Golfo, en disponer del 100% de sus reservas, y a los ingresos del petróleo, se suma la exportación de gas natural, cuando fue descubierto en 1971 el yacimiento de North Field, que cubre un área de cerca 6 mil km2, la mitad de todo Qatar, explotado 14 años después, y considerado el más grande del mundo de gas natural, lo que explica que en la primera década de este siglo, la exportación de este RR.NN., superó a la del petróleo, y coloca a Qatar en el 4to. puesto con mayor PBI per capita, u$s. 93.520.
A pesar de su riqueza y fuerte economía, el Banco Mundial advirtió que las fluctuaciones en los precios del gas y el petróleo, sumado a problemas geopolíticos, como el bloqueo que sufrió Qatar, entre el 2017 y 2021, por países vecinos, del que se ampliará más adelante, representan serios riesgos para la economía y bienestar qatarí, por estas razones se creó en el 2005, la Autoridad de Inversiones de Qatar, a cargo de diversificar los poderosos ingresos provenientes del sector energético, a través de inversiones en fondos de capital, ejemplo, en la alemana Porsche AG, en la francesa Veolia Environnerment, en las empresas luxemburguesas, Cargolux de aviación, SES Astra satelital, adquirió la banca privada KBL, la participación en la empresa estatal rusa Rosneft y desde 2019, tiene un pequeño porcentaje de participación en la Credit Suise Group, una de las importantes empresas de servicios financieros , con sede en Zurich, Suiza, y no podemos olvidar su empresa aérea de bandera Qatar Airways con más de 150 destinos internacionales, y por lo tanto a la explotación del turismo, que le deja excelentes ingresos.
El actual emir de Qatar, Tamin bin Hamad Al Thani, accedió al poder en el 2013, tras la abdicación de su padre, Hamad Al Thani, quién en 1995 depuso pacíficamente a su padre Jalifa bin Hamad Al Thani, pero las relaciones de esta dinastía con sus vecinos árabes, no ha sido siempre del todo cordial, más allá que desde su independencia en 1971 ingresó a la Liga Árabe, y el punto más álgido de sus vínculos con los países de la península, se dio entre junio de 2017 a enero de 2021, cuando Arabia Saudita, Bahrein, E.A.U. Egipto, Libia, Yemen y Maldivas, rompieron relaciones diplomáticas e impusieron un bloqueo a Qatar, acusándolo de apoyo y financiar al terrorismo, particularmente por las acciones de los hutíes contra refinerías y otros objetivos saudíes, y tras la mediación de los EE.UU. y Kuwait, se llegó a un Acuerdo en el ámbito de la Cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo, pero esos vínculos entre la casa real Al Thani con diferentes organizaciones terroristas, comienzan ya a fines del siglo pasado.
En 1993, la Sociedad de Beneficencia de Qatar, rebautizada como Qatar Charity, era una de las fuentes de financiación de Al Qaeda, y el paquistaní Khalid Sheik Mohammed, un alto operativo de la red de Osama Ibn Laden, quién habría sido el principal planificador de los ataques del 9/11, a fines del 2001, halló refugio en el emirato qatarí con ayuda de importantes patrocinadores, y Khalifa Muhammad Turki al Subaly junto a Abd al Rahman bin Umayr al Nuaymi, fueron financistas de Al Qaeda, el primero vinculado con el Banco Central de Qatar y el segundo fue el presidente de la Asociación de Futbol del emirato, y ambos fueron acusados en el 2014 por las autoridades estadounidenses, fueron juzgados y absueltos en un tribunal qatarí, pues la inteligencia del emirato “no pudo mostrar evidencias, que no comprometieran sus capacidades operativas”, y en el 2015, el Dto. del Tesoro de EE.UU., acusó al ciudadano qatarí Abd al Latif Bin Abdallah Salit Muhammad al Kawari, por su apoyo financiero a Al Qaeda en Pakistán y Afganistán.
Por su parte, durante el 2011, cuando se produce la revuelta que terminó con la dictadura de Muhammad Khadafi en Libia, Qatar brindó ayuda financiera por millones de dólares, con 20 mil toneladas de armas y entrenamiento militar a los rebeldes, en particular a Abdelhakim Belhadj, líder del Grupo Islámico Combatiente Libio, designado por la ONU, como organización terrorista.
Otro grupo yihadista radical beneficiado por Qatar es Jabhat al Nusra, afiliado a Al Qaeda en Siria, que en el 2013 inició vínculos con Abu Bark al Bagdadi, líder del ISIS, pero no prosperaron por cuestiones de liderazgo, sin embargo, el emirato qatarí continuó ayudando al grupo al Nusra, con campañas de recaudación de fondos, con el objetivo de deponer al presidente sirio Bashar al Assad, y ya que se mencionó al Estado Islámico, al respecto, Qatar participó en operaciones financieras provenientes de donaciones de distintos países, destinadas a apoyar al ISIS.
Por su parte, un miembro de la familia real qatarí, Abdul Karim Al Thani, en su momento cobijó en su propia residencia a Abu Musab al Zarqawi, el fundador de Al Qaeda en Irak, germen de lo que luego fue ISIS.
Realmente, hay más ejemplos o casos para citar y demostrar los vínculos estrechos entre Qatar y líderes o grupos terroristas, pero ahora se abordará su relación con Hamas, con quién en el 2014, se comprometiera ayudar con u$s.400 millones, justamente cuando EE.UU. designó a la organización palestina como terrorista, esto dio lugar, que en el Congreso estadounidense se analizara los roles de Turquía y Qatar en la financiación del terrorismo, y tanto demócratas y republicanos, coincidieron en realizar duras acusaciones y críticas contra el emirato.
Pero, no es sólo el aspecto financiero la ayuda qatarí, el otro servicio que presta el emirato es un seguro y confortable alojamiento, Khaled Meshal, líder político de Hamas, ya había explorado a fines de los 90, la posibilidad de residir en Qatar, lo que hizo a partir del 2012, tras dejar Damasco, otro fue Saleh al Arouri, fundador de las Brigadas Ezzeldin al Qassam y uno de los ideólogos del ataque del 7/10, que residió en Doha hasta que recientemente se mudó al Líbano y muerto en enero de este año, otro es Husam Badran, planificador de los ataques suicidas en la 2da Intifada y portavoz internacional de Hamas, que llegó en el 2015 al emirato, Ismail Haniye, otro líder político y que fue 1er. Ministro de la Autoridad Palestina en el 2006 y destituido en el 2007, vive actualmente en Doha, a lo aquí reseñado, hay que agregar que Qatar fue el único país que respaldo a Hamas por expulsar a la ANP de la Gaza, una relación que se fortaleció entre el 2008 y 2009, con ayuda financiera de u$s. 250 millones, y en el 2012, el ex emir Jalifa Al Thani, visitó el territorio gazatí, tras la toma del poder por Hamas, para donar u$s. 400 millones, supuestamente dirigidos a obras de ayuda y reconstrucción, el mismo año que el emirato permitió a la grupo terrorista palestino, con el respaldo de Irán, a establecer su Oficina Política en Doha, y lo concreto es que desde entonces, Qatar se ha convertido en el mayor donante para Qaza, con más de u$s. 1.500 millones hasta el presente.
Lo reseñado, parece ser suficiente para catalogar al emirato de Qatar como el “Resort del Mal”, de patrocinar y ayudar al terrorismo, y respecto al actual conflicto en Medio Oriente, su conexión con Hamas, una relación que además de lo mencionado, se traduce en que el emirato paga los salarios del sector público gazatí, con un subsidio de u$s. 30 millones por mes, y la estrategia de Doha es, constituirse como el “mediador principal” entre el Estado de Israel y Hamas, ratificar su poder diplomático como negociador, tal como lo hizo en el acuerdo entre Washington y Teherán, para la liberación de cinco estadounidenses en septiembre ppdo., pero también aprovechando el poder de ser uno de los principales proveedores de recursos energéticos de Occidente, y sin olvidar su rol como aliado estratégico de EE.UU. en la región, albergando la base de Al Udeid, la mayor en Medio Oriente, sin embargo, ¿puede constituirse su relación con Hamas en un arma de doble filo para Qatar?, pues es indudable que esa relación es blanco de críticas, no sólo por parte de Israel, sino también por algunos políticos occidentales, incluso, han expresado la necesidad de una revisión de esos vínculos, y recientemente, el Washington Post informó que los EE.UU. y Qatar, han acordado volver a examinar la relación entre el emirato y la organización terrorista palestina Hamas, una vez finalizado el actual conflicto, y que esto tuvo lugar durante la reciente reunión entre el Secretario de Estado Anthony Blinken y el emir de Qatar, lo que implicaría un posible éxodo de los dirigentes de Hamas de Doha, y de ser así, podría llevar a los dirigentes del grupo palestino a emigrar a Irán.
Antes de ir terminando, es menester resaltar el papel del canal qatarí Al Jazeera, fundado en 1996, que en la actualidad tiene 270 millones de suscriptores, con transmisiones no sólo en árabe, sino también en inglés, español, francés, ruso y chino mandarín, y su programación abarca, noticias, debates, documentales, negocios y deportes, pero la realidad es que la emisora es un instrumento de la política exterior qatarí, a fin de mostrar una imagen diferente y alejada de las acusaciones de varios países occidentales, de Israel e incluso algunos de Medio Oriente, de ser una herramienta de propaganda de distintas organizaciones terroristas, y Al Jazeera forma parte de la estrategia diplomática del emirato, cuyo gobierno si bien es poseedor del 10% de la cadena, el restante 90% se lo reparten entre dos miembros de la familia real, Hammad Al Thani un 50% y el sheik Hamad bin Thamer Al Thani el 40%, en síntesis, las inversiones en miles de millones de dólares en este medio, se suma a los que Qatar utilizó en la organización del Mundial de Futbol 2022 y a los próximos Juegos Asiáticos del 2030, y los fondos por cientos de millones de la moneda estadounidenses que transfieren como donaciones a al menos ocho universidades de EE.UU., entre ellas Harvard y Yale, con el fin de incidir en el creciente antisemitismo, a raíz del actual conflicto en Medio Oriente, y esto no es otra cosa que uso de los “poderes blandos” con fines geopolíticos.
Finalizando la columna de hoy, mis conclusiones son, si bien sigo la Escuela Realista de las RR.II., y por lo tanto, abogo por el axioma, “un Estado no tiene amigos ni enemigos permanentes, sino intereses permanentes”, toda organización terrorista no puede ser considerado como “amigo”, si como “enemigo” permanente, como ser Hamas, y en ese sentido la política de Qatar no es pragmatismo, es complicidad en los crímenes llevados a cabo por el grupo palestino, como los cometidos en su momento por el ISIS, Al Nusra o Al Qaeda, todos patrocinados por Doha, por eso la frase elegida para el final, no es precisamente ni académica ni dicha por una eminente personalidad, sino es de nuestro acerbo popular, “dime con quién andas y te diré quién eres…”.-
