Carlos Arévalo, constructor paraguayo, se ha convertido en un símbolo de acción ciudadana y solidaridad en su comunidad. Frente a la ausencia del Estado y la corrupción desenfrenada, Arévalo y un grupo de voluntarios tomaron las riendas para pavimentar la calle Unión en el Barrio Obrero de Loma de Zamora.
Desafiando las promesas vacías de los políticos, vecinos del partido de Lomas de Zamora encabezados por el constructor Carlos Arévalo, financiaron el proyecto con recursos propios y trabajo voluntario, demostrando que el poder del pueblo puede superar la inacción gubernamental. Este acto de solidaridad no se detuvo en la pavimentación; Arévalo y su equipo fundaron “Lazos Solidarios sin Frontera”, una organización dedicada a ayudar a los necesitados con ropa, medicamentos y alimentos.
En sus propias palabras, Arévalo declara: “No vamos a esperar a que otros resuelvan nuestros problemas. Somos nosotros, la sociedad civil, quienes debemos actuar”. Su compromiso con la comunidad y su determinación para marcar la diferencia reflejan los valores de solidaridad y responsabilidad.
La iniciativa de Carlos Arévalo es un llamado a la acción para la sociedad civil. Su ejemplo inspira a otros a tomar medidas concretas para mejorar sus comunidades, independientemente de la inacción de las autoridades. En un país afectado por la corrupción y la negligencia estatal, Arévalo demuestra que la verdadera fuerza radica en la acción colectiva y la solidaridad entre vecinos.
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