Por Batia D. Nemirovsky
Durante las últimas semanas, hemos estado leyendo sobre las instrucciones para construir el Mishkán y luego sobre cómo se implementaron realmente estas instrucciones. En Parashat Pekudei, la última parashá de libro de SH’MOT, leemos sobre los registros y cómputos de todo lo donado y recolectado para la concreción del objetivo conjunto de construcción del Tabernáculo.
Podríamos preguntarnos, ¿qué tienen de importante los registros?
La Torá le da el mismo peso al mantenimiento de registros que a la elaboración de objetos hermosos y únicos como la Menorá o las vestiduras sacerdotales.
Quizás esto pueda servirnos como recordatorio para apreciar y agradecer a las personas que trabajan detrás de escena, registrando y preservando el papeleo y la burocracia que mantienen a nuestras comunidades en funcionamiento.
Puede inspirarnos a ver la santidad en lo que pueden parecer tareas mundanas e incluso aburridas.
Pero la palabra Pekudei no sólo significa registros. Está conectada con el concepto de memoria, e incluso de redención. Su raíz es usada para narrarnos que Dios se acordó de Sara para darle el milagro de quedar embarazada de Itzjak en una edad avanzada. Es una palabra clave en la historia de Iosef. Breishit 41 sugiere que el faraón debería “designar un supervisor” (ambas palabras provienen de la misma raíz que Pekudei), y que la comida debería almacenarse como “reserva”.
En la historia del Éxodo, se nos dice varias veces que Dios “recordó” al pueblo. En este caso, el verbo no solo significa un registro preciso de lo que les sucedió, significa que Dios se preocupó por ellos y tomó medidas para redimirlos de la esclavitud en Egipto. Esto quizás sea similar al sentido en el que Dios “se acordó” de Sara, recordó que ella necesitaba algo y se lo concedió. La misma raíz PKD aparece en los Diez Mandamientos, donde se describe a Dios recordando el pecado de los padres hasta la tercera y cuarta generación. La idea de memoria o registro se vincula tanto al castigo como a la redención, y nuevamente, se trata de hacer un balance de la situación para tomar las medidas adecuadas.
En el mes de la Memoria, a dos días del 32° Aniversario del Atentado a la Embajada de Israel, a 161 días del 7/10, con nuestras memorias regadas de horror, quebrados y con todos nuestros sentidos puestos en los nubarrones de odio que ya están acá, tenemos que considerar seriamente que las decisiones que tomamos sobre qué registrar y cómo, dónde centrar nuestra atención y dónde actuar, pueden tener profundas consecuencias.
Que seamos capaces de computar, registrar y recordar, este tiempo tan oscuro, valorando a quienes nos están acompañando genuinamente.
Que juntos como una enorme familia podamos hacerle frente a este momento de tanto dolor.
Necesitamos todos, especialmente nuestros líderes, guardar en la memoria junto con la historia de nuestro dinámico desarrollo como Pueblo- Nación, cada uno de los crímenes de odio y discriminación que sufrimos, para poder ver a través de las nubes que nublan nuestra visión, cuándo el horror se avecina, anticiparnos y hacer algo al respecto.
¡SHABAT SHALOM UMEBORAJ!
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