Carta abierta al rabino Yosef

Señor Yitzhak Yosef
Gran Rabino Sefaradí de Israel

De mi consideración:

Como no nos conocemos personalmente, y creo que no nos conoceremos nunca porque vivimos en diferentes galaxias, ante todo me quiero presentar a usted.

Soy Mauricio Aliskevicius Rogowicz, ciudadano uruguayo e israelí. Por parte de padre soy primo del fallecido General Jaim Laskov, que en su patria natal era Aliskevich como mi padre. Como dato aclaratorio diré solamente que mi primo Jaim Laskov fue comandante del ejército en Israel y luego suplantó a Moshé Dayan cuando éste tuvo que renunciar.

Por parte de madre soy nieto del Gran Rabino Ortodoxo Shmuel Rogowicz. Como dato aclaratorio le diré que después de los pogromos del año 1920 mi abuelo daba clases en Sokoly (Polonia) de inglés, francés, idish y hebreo, y de lo que cobraba guardaba un poco para la comida de la familia y el resto se lo daba a judíos del pueblo para que se vinieran a la Palestina gobernada por los británicos. Otro dato que le puedo dar es que cuando el famoso Rav. Abraham Isaac Kook viajaba a Polonia, comía y dormía en casa de mi abuelo porque eran grandes amigos.

El motivo de esta mi carta no es otro que responder a sus declaraciones con respecto al proyecto de ley que obligaría a los estudiantes de la Torá a hacer el servicio militar en Israel.

Señor rabino, con el mayor de mis respetos al cargo que usted ocupa, donde cobra usted el sueldo que pagan los que hacen servicio militar obligatorio, quiero que me diga usted algún argumento válido para su pretensión totalmente injustificada de que la ley no sea igual para todos, como debe ser en una democracia.

No me sirve en absoluto lo que usted afirma, que cuando Israel gana una guerra es porque los estudiantes de Ieshivá rezan para ello. Las guerras se ganan en la lucha donde se arriesgan vidas.

Como nieto de un Gran Rabino que no era menos que usted, mis nietos arriesgan su vida luchando por Israel, mientras que los nietos de otros, por el hecho de estudiar en Ieshivá no arriesgan su vida ni dan años de su juventud para que personas como usted estén seguras y no sean asesinadas.

Además, mis nietos uniformados son más judíos que los que estudian la Torá. Eso lo dice la propia Torá, y para que su memoria no sea olvidadiza de lo que a usted no le conviene, le refrescaré algunos tramos de la Torá.

NUMEROS – 1:3 – Dios le dice a Moisés: Tú y Aarón reclutarán por escuadrones a todos los jóvenes israelitas mayores de 20 años que sean aptos para el servicio militar.

NUMEROS – 32:6 – Moisés hablando a los hombres de las tribus de Gad y de Reuben, les increpa y pregunta si es justo que los hermanos de otras tribus vayan a la guerra mientras ellos se quedan sentados.

DEUTERONOMIO – 20:5-8 – Cuatro razones para exceptuar a una persona de hacer servicio militar: 1 – El que ha construido una casa, pero aún no vive en ella. 2 – El que se ha comprometido con una mujer, pero aún no se ha casado.

3 – El que ha plantado un viñedo, pero aún no ha comido la uva. 4 – El que es miedoso y cobarde.

Por lo mencionado, los estudiantes que no cumplen con lo que está claramente explicitado en la Torá, además de mal estudiante de Torá es mal judío y mal ciudadano israelí. Y usted al defenderlos es tan mal judío como ellos, y tan mal ciudadano israelí como ellos. Peor aún porque su sueldo sale de las arcas del Estado.

A eso podemos agregar que de acuerdo a las estadísticas alrededor de la mitad de los estudiantes ultraortodoxos varones no trabajan, por lo que viven a costas de quienes trabajan y hacen servicio militar. Además no cumplen con los 10 Mandamientos, sagrados en el judaísmo, porque uno de ellos dice “seis días trabajarás”.

   Señor Rabino: he leído en la prensa que usted amenazó al gobierno de Israel diciendo que si se aprobaba la ley de igualdad todos ustedes los ultraortodoxos o jaredim se irían de Israel. En ese sentido quiero decir a usted que amenazar al gobierno democrático es un delito castigado por la ley, por el cual usted podría ser juzgado y tal vez le correspondería pena de cárcel.

Por mi parte, señor rabino, si usted no se rectifica como corresponde a un buen judío y un buen ciudadano israelí y un buen demócrata, no me cabe duda que la población israelí hará todo lo que esté a su alcance para que se cumpla la justicia de Israel. Y la Justicia así como la Democracia dicen claro que todos somos iguales ante la Ley.

Por lo tanto le sugiero dos caminos, que usted puede elegir:

  1. Rectificarse y no entrometerse en política más de lo que cualquier ciudadano tenga permitido por las leyes.
  2. Irse con todos los que no estén de acuerdo con la igualdad ante la ley de reclutamiento, preferentemente a Irán. Es el país ideal para que usted y sus seguidores practiquen sus ideas y su religión, que no es la mía.

Mi religión es el judaísmo practicado en democracia, no en teocracia. Mi abuelo siendo Gran Rabino trabajaba y daba gran parte de su ganancia, por lo tanto era mejor judío que los que viven sin trabajar, mantenidos por un gobierno que es o debería ser de todos. Mis nietos en democracia tienen iguales derechos y obligaciones que los nietos suyos y de los demás ciudadanos de Israel. Y al que no le gusta puede irse nomás, que no lo vamos a lamentar.

Como se dice en países sudamericanos: al que no le gusta la sopa, dos platos.

Me despido a la espera de saber cuál de los dos caminos sugeridos tomará usted.

Mauricio Aliskevicius 

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