Un descubrimiento arqueológico en Egipto arroja luz sobre el rol religioso de las mujeres en una comunidad judía de miles de años

En 1967, un grupo de arqueólogos llevó a cabo excavaciones en la ciudad de Asuán, Egipto, y allí hallaron los restos de una colonia judía centrada en un pequeño templo en la isla de Elefantina. El templo había sido construido en el siglo VI a.C. y destruido en 410 a.C. por sacerdotes del dios egipcio Jnum. 

La comunidad judía local eran en su mayoría soldados contratados por Egipto para ofrecer sacrificios. Algunos estudiosos comparan la descripción de este templo con el mishkan descrito en el libro del Éxodo.

Pero además, hallaron allí un fragmento de cerámica que contiene un texto ritual destinado a vengar un robo, que decía: “He aquí mi túnica, que dejé en la casa de Yah… manda al león y que la consagre…”. León es un término que podría referirse a la deidad o a un sacerdote, pero esta inscripción específica sugiere que una sacerdotisa judía estaba a cargo de este ritual. Ella es quien entrega la túnica para consagrarla, según Gad Barnea, un arqueólogo israelí. 

El hallazgo es revelador, ya que permite reconsiderar la universalidad de la norma bíblica de tener solo sacerdotes masculino.