Por el Rabino Carlos Tapiero
Shavuot conmemora la ocasión trascendental en que el pueblo de Israel recibió la Torá en el Monte Sinaí. Para una generación de judíos que abrazan el judaísmo principalmente como su cultura, entender la profunda significancia de Shavuot y la Torá es crucial para nuestro futuro como nación. La Torá no es sólo un texto sagrado por 4000 años de veneración judía; es el cimiento sobre el cual se construyen la cultura, los valores y el modo de vida judíos. Shavuot es nuestra oportunidad para reflexionar sobre el impacto perdurable de la Torá en la identidad y el patrimonio cultural judíos.
Shavuot marca la conclusión de un período de siete semanas (el Omer) que comienza con Pésaj. Tradicionalmente, es un tiempo de alegría y celebración, destacando la entrega de la Torá, un evento que forjó la identidad del pueblo judío como una nación distinta. Para los judíos modernos que perciben el judaísmo como su cultura, Shavuot es una celebración de la memoria colectiva y los valores compartidos que definen la vida judía.
Este festival nos reconecta con las historias, tradiciones y enseñanzas éticas que se han transmitido a través de generaciones. La tradición de estudiar la Torá toda la noche (Tikún Leil Shavuot), leer el Libro de Rut y disfrutar de alimentos lácteos no son únicamente observancias religiosas: son prácticas culturales que refuerzan un sentido de comunidad y continuidad.
La Torá es el libro fundacional del pueblo judío: contiene las leyes, narrativas y enseñanzas éticas que han moldeado la acción y el pensamiento judíos durante milenios. Para los judíos que ven su identidad a través de una lente cultural, la Torá sigue siendo una fuente vital de sabiduría y guía. La Torá nos proporciona nuestra primera narrativa histórica del pueblo judío, desde la Creación del mundo hasta el éxodo de Egipto y las andanzas en el desierto. Estas historias forman la memoria colectiva del pueblo judío, inculcando un sentido de identidad y continuidad. Celebrar Shavuot a través de prácticas tradicionales como las sesiones de estudio de la Torá, el relato de historias y las comidas comunitarias fomenta una conexión más profunda con la cultura e historia judías. Es una manera de honrar y perpetuar el legado cultural del judaísmo.
Las enseñanzas éticas de la Torá, como los mandamientos de perseguir la justicia, amar al prójimo y practicar la bondad, son valores universales que resuenan profundamente en la cultura judía; en cierto modo, son “regalos” del judaísmo a la civilización occidental. Estos principios han determinado los movimientos de justicia social judíos, los actos caritativos y la vida comunitaria. Shavuot nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre las enseñanzas éticas de la Torá y cómo se aplican a los problemas contemporáneos. Inspira acciones que promueven la justicia social, la compasión y la cohesión comunitaria, reforzando los valores incrustados en el judaísmo.
La Torá también determina una forma de vida, desde las leyes dietéticas (kashrut) hasta la observancia de las festividades y los eventos del ciclo de vida: el marco para un modo de vida que es distintivamente judío. El idioma hebreo, la liturgia y el vasto cuerpo de literatura judía están profundamente conectados con la Torá, creando un compromiso con la tradición lingüística y literaria que ha moldeado la vida intelectual y cultural judía. La Torá es tanto un texto religioso como un tesoro cultural que ha influido en el arte, la música, la literatura y las normas sociales. Para una generación de judíos que se identifican con el judaísmo como su cultura, la Torá sigue siendo un pilar central que da forma a su identidad, valores y modo de vida. Al celebrar Shavuot, honramos el legado perdurable de la Torá y su papel vital en el tejido cultural y ético del pueblo judío.
Shavuot es un tiempo de gran celebración, que reúne la alegría del dar y la celebración del recibir. Mientras conmemoramos la recepción de la Torá, abracemos la profunda sabiduría que ofrece, e integrémosla en nuestras vidas.
Quiera Dios que sepamos recibir la Torá en nuestras vidas hoy, homologando la emoción que nuestras almas sintieron al recibirla en Maamad Har Sinai, en su entrega hace más de 3.300 años. Que seamos capaces de incorporarla como guía de nuestra acción, de nuestro proceder, de nuestras creencias más profundas, para hacer de este mundo un mundo mejor, basado en la comunicación, en el amor fraternal, en la escucha y en el diálogo.
¡Jag Shavuot Saméaj!
¡Jazak ve’ematz!
Rabino Carlos A. Tapiero
Vice-CEO & Director de Educación
Unión Mundial Macabi