El gobierno de Israel decidió que, de acá a 6 meses, la tasa del Impuesto al Valor Agregado (IVA) pasará de ser de 17% al 18%, en un intento de reducir el déficit fiscal que, según las proyecciones del propio gobierno, será de 70 mil millones de NIS.
A partir de esto, el Ministerio de Finanzas publicó un informe redactado por el economista jefe de la cartera en el que se analizan los efectos que tiene la nueva medida.
El IVA, el impuesto que se carga en la compra de bienes de consumo, se considera un impuesto regresivo, porque perjudica más a la población de ingresos bajos que a los de ingresos altos. El informe ministerial explica que el decil más bajo de la población gasta el 28% de su salario bruto en IVA, mientras que el decil más alto solo el 5%.
Es por esto que este tipo de impuestos aumentan la desigualdad, y también aumenta el costo de vida en Israel.
Si bien aumentar el IVA incrementa los ingresos fiscales para el gobierno, lo que reducirá el déficit, añadiendo unos 7 mil millones de NIS a los ingresos del gobierno, el ministerio Bezalel Smotrich ha sido duramente criticado por no ajustar las prioridades fiscales para abordar las necesidades en tiempos de guerra y apoyar la recuperación de la economía.