La viste en el cine, la viste en la televisión, quizás la volviste a ver por streaming. Recordás la que tal vez sea su frase más famosa: «A Dios pongo por testigo, que jamás volveré a pasar hambre.» Lo que el viento se llevó está en nuestras vidas. Pero ¿leímos el libro? Quizás sea hora.
Por ejemplo, la famosa frase, en el libro es un poco diferente. Así: “-Gracias por las migajas de tu mesa. Scarlett, deseo que todas las mañanas al despertarte te repitas: ´Nunca volveré a pasar hambre; nada podrá hacerme daño mientras Rhett esté a mi lado y el Gobierno de los Estados Unidos esté en el poder´”.
Ahora, la editorial Leamos nos trae la descarga gratuita del gran clásico, en su formato digital, ebook de «Lo que el viento se llevó», en un formato que no necesita ningún dispositivo especial: se lee en cualquier computadora, teléfono o tablet.
¿Qué habrá de nuevo, además de las palabras originales? Como este comienzo:
“Scarlett O’Hara no era bella, pero los hombres no solían darse cuenta de ello hasta que se sentían ya cautivos de su embrujo, como les sucedía a los gemelos Tarleton.”
Conocida por muchos gracias a su emblemática adaptación cinematográfica de 1939, la novela de Margaret Mitchell ofrece una perspectiva más profunda y rica sobre los eventos y personajes que tantas veces hemos visto en la pantalla grande.
Una trama épica en el contexto de la Guerra Civil estadounidense
Lo que el viento se llevó es una novela histórica que se desarrolla en el sur de Estados Unidos durante la Guerra Civil y la posterior era de la Reconstrucción. La historia sigue a Scarlett O’Hara, una joven sureña y testaruda, heredera de la plantación Tara. A medida que el conflicto bélico arrasa con su mundo opulento, Scarlett debe enfrentarse a una serie de desafíos personales y económicos que la llevarán a reinventarse una y otra vez.
El libro no es simplemente el relato de una mujer y su supervivencia; es un reflejo de la transformación de toda una sociedad. Mitchell logra plasmar con gran habilidad la caída del sur aristocrático y la resistencia de quienes fueron parte de él.
Como dice Mercedes Funes en un artículo de Infobae, “Mitchell había nacido en Georgia y había escuchado a su propia madre decirle frente a las plantaciones en ruinas que el mundo seguro que conocía podía explotar bajo sus pies. No escribió pensando en las tensiones raciales, las tenía incorporadas en su crianza como parte de ese mundo seguro en el que los blancos eran buena gente por sacar de la esclavitud a los negros y darles un nuevo lugar en el servicio”.
¿Por qué vale la pena leer el libro?
Leer Lo que el viento se llevó permite adentrarse en una narrativa compleja y apasionante que va más allá de las imágenes y frases icónicas de la película. La prosa de Mitchell es detallada y rica en matices, proporcionando una comprensión más profunda de los personajes y sus motivaciones.
Este es un libro que no sólo entretiene, sino que también invita a la reflexión. Explora temas universales como el amor, la pérdida, la perseverancia y la moralidad frente a la adversidad. Es una ventana a una época crucial en la historia estadounidense y, al mismo tiempo, un estudio sobre la condición humana en tiempos de crisis.
Sentimientos que genera
Lo que el viento se llevó es una montaña rusa emocional. Los lectores experimentarán una gama de sentimientos, desde la admiración y la esperanza, hasta la tristeza y la indignación. La mezcla de romanticismo y tragedia, junto con las realistas descripciones de la guerra, hace que uno se sienta profundamente conectado con los personajes y sus luchas.
Una autora y su legado
Margaret Mitchell, nacida en Atlanta en 1900, trabajó como periodista antes de dedicarse a la escritura de su única novela, Lo que el viento se llevó. Publicada en 1936, el libro le valió el Premio Pulitzer al año siguiente. Mitchell nunca volvió a escribir otro libro, pero esta única obra dejó una huella duradera en la literatura estadounidense y en la cultura popular global.
Polémicas y anécdotas
La novela no está exenta de polémica. A lo largo de los años, ha sido criticada por su representación estereotipada de los afroamericanos y por su visión nostálgica del Sur anterior a la guerra. Estos aspectos han llevado a debates sobre la necesidad de contextualizar el libro y su adaptación cinematográfica en el marco de su época.
Una anécdota interesante se cuenta sobre el rodaje de la película. Clark Gable, quien interpretó a Rhett Butler, casi abandonó el proyecto cuando se le pidió que asistiera a una proyección segregada en Atlanta. Solo la intervención de su amiga y coprotagonista Hattie McDaniel, la primera afroamericana en ganar un Oscar, lo convenció de quedarse.
La historia de Scarlett O’Hara y Rhett Butler trasciende las páginas y se convierte en un himno a la fuerza inquebrantable del espíritu humano. A pesar de las adversidades, el viento arrasador de la guerra y los embates del destino, su amor apasionado pero trágico nos recuerda que la vida es efímera, y que debemos atesorar cada momento con valentía e intensidad. Al cerrar esta última página, el eco de sus palabras «Mañana será otro día» resuena en nuestros corazones, inspirándonos a levantarnos de las cenizas del pasado y enfrentar el futuro incierto con la esperanza inquebrantable de quienes han amado hasta el final.