Co-Energy es una startup israelí fundada en 2014 que desarrolla tecnología para enfrentar dos de los desafíos más urgentes del mundo al mismo tiempo: el aumento extremo de los desechos generados por el hombre y el crecimiento constante de la demanda de energía limpia.
Todos los años se producen aproximadamente 2.300 millones de toneladas de residuos, para los que el reciclaje y la educación no son soluciones suficientes.
Gracias a proyectos como el de Co-Energy, estos 2.300 millones de toneladas de residuos se podrían convertir en 200.000 MW de energía, en forma de hidrógeno, electricidad, combustible y biocarbón.
El sistema de la startup israelí acepta todo tipo de residuos sin procesar, convirtiendo los residuos de alto valor energético, como los plásticos, en electricidad, hidrógeno o combustible, y los residuos orgánicos como restos de comida, desechos agrícolas, madera y estiércol animal en biocarbón.
El CEO de Co-Energy, Aviv Dekel, explica que aunque la conversión de residuos en valor no es una idea nueva, su sistema supera los dos principales desafíos a la hora de aplicarla: la dificultad tecnológica de transformar los residuos en un recurso útil y la necesidad de hacer que esta tecnología fuera atractiva para los usuarios potenciales.