Dicen que no hay padres perfectos , que la función paterna es siempre fallida.
Coincido con estos decires pero conversar entre padres delante de un profesional ayuda a corregir ciertas actitudes que quizás aprendieron los mismos padres desde su infancia.
Actitudes que se repiten sin cuestionarlas o intentos de mostrarse diferentes a sus propios padres, cayendo en una falta de cuidado por permitir que los niños ignoren pautas de comportamiento o lo contrario, siendo demasiado autoritarios.
El equilibrio es difícil pero ayuda reflexionar sobre cómo actuamos frente a los niños.
Lic. Silvia Vajnenko