Por Raz Zimmit.
En los últimos días, Irán ha expresado críticas inusuales contra Rusia, tras su apoyo a Azerbaiyán en la disputa del Corredor de Zangezur.
El corredor, que conecta Azerbaiyán con el enclave de Najicheván, una región territorialmente separada del resto del país, es una fuente de tensión entre Azerbaiyán y Armenia.
Irán se opone al control azerí sobre el corredor, ya que bloquea la continuidad territorial entre Irán y Armenia y, de allí, hacia Europa. Tras la visita del presidente ruso Vladimir Putin a Bakú el mes pasado, el Ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, expresó su apoyo a la posición de Azerbaiyán y acusó a Armenia de obstruir los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz entre los dos países.
La posición rusa refleja el enfriamiento de su relación con Armenia en los últimos años, particularmente desde la guerra en Ucrania y el importante acercamiento de Armenia con Occidente.
En respuesta a las declaraciones rusas, el embajador ruso en Teherán fue convocado a una reunión para aclaraciones con el director general del Departamento de Eurasia del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní.
El director general reiteró la oposición de Irán a cambiar las fronteras internacionales en el Cáucaso.
Altos funcionarios iraníes también han criticado duramente la política de Rusia.
Mohsen Rezaee, ex comandante de la Guardia Revolucionaria y miembro del «Consejo de Discernimiento de la Conveniencia», afirmó que la conducta de Rusia contradice los vínculos estratégicos entre los dos países.
Ahmad Nadri, miembro del Majles [Asamlea Consultiva Islámica], argumentó que la falta de una respuesta contundente de Irán a las acciones rusas anteriores ha envalentonado a Moscú.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, también ha criticado implícitamente la posición de Rusia.
En una publicación en X, enfatizó que cualquier amenaza a la integridad territorial de los vecinos de Irán o el rediseño de las fronteras es completamente inaceptable y constituye una «línea roja» para Irán.
Estas tensiones sobre el Corredor Zangezur resaltan la sospecha de larga data de Irán hacia Rusia y las limitaciones inherentes de su relación, a pesar de su asociación estratégica fortalecida en los últimos años, particularmente desde la guerra en Ucrania.
Las tensiones actuales se producen en medio de la formación de un nuevo gobierno en Teherán encabezado por el presidente recientemente elegido, Masoud Pezeshkian.
El presidente enfatizó su compromiso de continuar las buenas relaciones con Rusia, también busca renovar las conversaciones nucleares con Occidente, con el objetivo de alcanzar un acuerdo político que levante las sanciones y mejore las relaciones con Occidente.
Es poco probable que Irán cambie su estrategia hacia Rusia en un futuro próximo, e incluso se espera que los dos países firmen pronto un acuerdo de cooperación estratégica plurianual.
Sin embargo, la creciente insatisfacción de Irán con la conducta de Rusia y la percepción de que Moscú no está cumpliendo con las expectativas de Irán han sembrado dudas en la postura oficial de Teherán hacia Moscú y pueden crear oportunidades para abrir una brecha entre ellos en el futuro.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies