En una reciente entrevista con Augusto Álvarez Rodrich destacado economista y periodista en Perú, se abordó la compleja figura de Alberto Fujimori, expresidente del país sudamericano. Fujimori, que falleció a los 86 años y es recordado como una figura de profundas contradicciones.
Álvarez Rodrich describió a Fujimori como “la persona más influyente en la política peruana en las últimas tres décadas”, destacando su papel en la recuperación económica y la lucha contra el terrorismo y la hiperinflación que azotaban Perú en los años 90.
El analista resaltó los logros de Fujimori, como “derrotar al terrorismo y a la inflación”, y subrayó su impacto en el crecimiento económico del país que perdura hasta la fecha. Sin embargo, también criticó sus métodos autoritarios, señalando que “instaló la corrupción como un mal endémico” y que “disolvió el Congreso”, actos que marcaron su legado con claroscuros profundos. La corrupción y las violaciones de derechos humanos durante su administración han sido puntos de fuerte controversia, reflejando un “legado complicado y controversial”.
En cuanto a su estilo de gobierno, Álvarez Rodrich comparó a Fujimori con otros líderes latinoamericanos como Carlos Menem, afirmando que “Fujimori fue precursor en América Latina” con su enfoque pragmático que a veces pasaba por encima de las leyes y la Constitución. Esta actitud, aunque efectiva en términos de resultados, dejó un rastro de cuestionamientos éticos y legales. Vale recordar que Fujimori fue condenado a 25 años de cárcel donde pasó 16 años en la misma.
El impacto de Fujimori en la política peruana ha generado una polarización profunda que se refleja en la fragmentación actual del sistema político del país. Como expresó Álvarez Rodrich, “Alberto Fujimori es un antes y un después en el Perú”, y su influencia aún se siente en el enfrentamiento entre fujimoristas y antifujimoristas. Veremos en el tiempo que sucede con su heredera Keiko Fujimori que salió segunda en tres elecciones presidenciales, en la última por tan solo 40.000 votos.
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