Cuantas veces el despertador suena y no lo escuchamos o lo escuchamos y al decir nos damos unos minutos más, nos volvemos a dormir.
El estruendoso sonido del Shofar es ese despertador que llega cada año en Rosh Hashaná con el fin de invitarnos a despertar a la conciencia. Un sonido que debe ubicarnos en nuestra verdadera dimensión humana y proclamar al Santo Bendito ÉL como el Rey de Reyes.
Shaná en hebreo es Shinui-Cambió y Sheiní-Repetición. Cada nuevo año es una pregunta abierta. Que querremos repetir y que buscaremos cambiar. Tanto en lo individual como en lo colectivo.
Lo que pasa fuera de nuestro dominio no es manejable por nuestra voluntad. Lo que debería ser manejable, es lo que pasa con nosotros mismos y lo que eso puede alterar el mundo que nos toca.
El 5784 ha sido un año particularmente angustiante, seguramente el peor que recordemos aquellos que no vivimos la Shoá. La esperanza que con él partan las maldiciones del mismo y que el 5785 traiga bendiciones y una mejor realidad para nuestro pueblo, el Estado de Israel y la humanidad toda.
Ya enseñaron nuestros maestros, que, aunque los milagros existen, no los esperamos, salimos a su encuentro. Muchas veces el despertador suena, pero no queremos escucharlo. ¿Lo escucharemos en esta oportunidad?
Que nuestras acciones y compromisos sean recompensados con un año bueno y dulce.