Por el Rabino Marcelo Polakoff
Es una costumbre ya añeja en Córdoba, y casi ni nos llama la atención. Pero reconozco que no es muy habitual, y que hasta puede sonar extraño, más aún en este contexto del conflicto de Medio Oriente.
En plena ceremonia del día más sagrado del año, los miembros del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz) suelen acercarse a la sinagoga mayor de Córdoba, la del Centro Unión Israelita, para acompañarnos en la plegaria, y saludar a la comunidad.
Este año decidimos hacerlo en simultáneo, y con un templo colmado con casi mil asistentes, ante la presencia de la vicegobernadora de la provincia y del intendente de la ciudad, el arzobispo emérito, el imán, el pastor evangélico y la diaconisa armenia sumaron sus voces de paz a la plegaria que recitamos por el bienestar de nuestra nación argentina. Fue un momento de celebración altamente conmovedor para todos.
Pero sin desmerecer a nadie, lo especial, bello y hasta diría esperanzador, fue escuchar la oración de la máxima autoridad islámica, Jihad Sleiman, el imán de la mezquita de la Sociedad Árabe Musulmana de Córdoba, con quien compartimos amistad y actividades conjuntas desde hace más de 20 años.
Jihad realizó un pedido de paz en árabe mencionando a algunos de los profetas que el Islam recuerda en el sagrado Corán como mensajeros de la paz, entre ellos Adán, Abraham, Isaac, Ismael, Moisés, David, Salomón, Jesús y Muhammad, y señaló que aunque la época de la profecía ya esté concluida, mucha gente siguió esa senda.
Toda la comunidad, emocionada, escuchó de boca del imán los nombres de Sadat, Begin, Hussein, Abdulah y Rabin, entre otros, como aquellos que entendieron que la convivencia pacífica es el único camino posible, lamentando que el fanatismo y el extremismo se mezclen con lo religioso generando más odio y violencia. Pronosticando que dentro de unos meses Arabia Saudita firmará la paz con Israel, tal como lo hicieran otras naciones árabes, se despidió de la sinagoga con la calidez y la hospitalidad que lo caracteriza, uno de los sellos más distintivos de la cultura islámica.
Faltaba un ratito para empezar la ceremonia de Izkor y recordar a nuestros seres queridos, entre los que incluimos la memoria de los masacrados el 7 de octubre de 2023, y la de todas las víctimas del terrorismo, más allá de su credo, raza o nación. Y en la sinagoga cordobesa el eco de las voces árabes se abrazaba al de las voces hebreas, y se me hacía que recién allí se empezaba a asomar Iom Kipur, el Día del Perdón.
Fuente: La Voz del interior