El lunes, la Asociación de Centros de Crisis para Víctimas de Violación en Israel (ARCCI) presentó un informe frente a una reunión del Comité de la Knéset para el Avance de la Mujer en el que se revelaba que el 81% de las denuncias por agresión y acoso sexual registradas en 2023 fueron cerradas sin que se presentara una acusación formal.
Según el informe, más de dos tercios de los casos se cerraron por falta de pruebas y el 20% debido a la supuesta ausencia de culpabilidad. En todo el año pasado se abrieron en el país un poco más de 6400 casos de abuso o caso sexual. De estos, apenas 4823 casos llegaron a la Fiscalía del Estado, y finalmente, solo 663 derivaron en una acusación formal.
La reunión estuvo presidida por la diputada Pnina Tamano-Shata, quien calificó la situación como “un desastre nacional”.
Orit Sulitzeanu, la directora de ARCCI, señaló que, incluso en casos de delitos sexuales cometidos por policías, dos tercios de las 133 denuncias presentadas en 2023 fueron cerradas sin investigación, y el 91% sin acusación.
La diputada Tamano-Shata afirmó que “el sistema está fallando repetidamente”, y por eso solicitó la creación de una comisión dedicada exclusivamente a combatir el abuso sexual.