Desafíos en marcha

Bernardo Kliksberg. (*)

El mundo está envuelto en un torbellino. Hay desafíos muy importantes que está enfrentando y que pueden marcar caminos de salida. Entre ellos los siguientes.

Defendiendo la democracia

Las ultraderechas de cortes fascistas, discriminadores de las personas de color, de los inmigrantes, de las mujeres, en muchos casos antisemitas, están copando países o tomando lugares muy prominentes en ellos. A pesar de ello, hay avances significativos de pueblos que defienden ardorosamente la democracia. Es el caso, entre otros del sudeste asiático, una de las regiones más pobladas del mundo.

Bangladesh, 173 millones de habitantes, padeció durante 15 años una dictadura corrupta y represiva, la de Sheikh Hasina. Los estudiantes jóvenes salieron a la calle a enfrentarla y tras ellos la población y el ejército. Designaron presidente interino al premio nobel de la paz, Muhammad Yunus, exilado por la dictadura. Acompañado por amplios sectores, está en plena construcción de una democracia activa, sólida y sustentable. Proclama que la dictadura destruyó el país, y después de reconstruir colectivamente sus bases, a la brevedad, habrá elecciones generales, y él se abstendrá de ser candidato en ellas.

Segundo, el presidente ultra conservador de Corea del Sur, 51.71 millones de habitantes, decretó ilegalmente sin motivo la ley marcial, y envió el ejército a disolver la Asamblea Legislativa. Los legisladores enfrentaron a los soldados y constituyeron en pocas horas la Asamblea. Levantaron por unanimidad la ley marcial que la suprimía. El presidente tuvo que anular su decreto en 6 horas. Luego de ello, la Asamblea lo suspendió en el cargo, acusándolo de dar un golpe de estado, y nombró un presidente interino, con el apoyo de la gran mayoría de la ciudadanía.

En Sri Lanka, 22 millones, una familia militar tomó el poder durante 20 años, y robó sin freno, la población la echó, y ha vuelto la democracia.

Urge pelear por ella en todas las latitudes.

Por una América Latina para todos

América Latina tiene la tercera parte de unos de los recursos más escasos del planeta, las aguas limpias, su subsuelo es riquísimo en materias primas fundamentales, incluidas las que requiere la economía de los autos eléctricos, como el litio. Su tierra es una de las más fecundas. Junto a ello, con pocas excepciones, sus países se rigen por la democracia. Sin embargo, tiene dos trabas formidables para el desarrollo. Es la más desigual de todo el continente y con altos niveles de pobreza y pobreza extrema. Un nuevo informe de CEPAL (diciembre, 2024) lo ratifica. Explica que 7 de cada 10 jóvenes trabajará en servicios en el 2030, en cambio solo 1 de cada 10 estará dedicado a la agricultura. Esto ha significado hacinamiento en las ciudades, crecimiento en ascenso de los informales, y migración masiva del campo a la ciudad.

Según los estimados de CEPAL, sobre 16 países, 1 millón 200 mil jóvenes abandonarán el sector agrícola. 640 mil dejarán la industria, y 1 millón 800 mil ingresarán al rubro servicios. En la ciudad predominan los bajos niveles de calificación y los empleos temporales. La crisis climática está haciendo estragos en los campesinos. En el 2001 eran el 16% de la población rural, ahora son solo el 10%, y pronto bajarán al 8%. El 20% de los jóvenes urbanos de 15 a 29 años, gana un salario menor a la línea de pobreza.

La CEPAL propone políticas concretas para enfrentar estos graves problemas: crear servicios comunes rurales, generar empleos formales, reforzar la educación, aumentar la digitalización, prevenir la captación de jóvenes por las bandas criminales con oportunidades laborales, becas, prácticas en las empresas, estudios para desertores para completar el secundario, enseñanza de técnicas y oficios y otros similares.

El caso de Israel

Su ejemplo es muy interesante. Creó en el campo una economía agroindustrial muy integrada, y en las ciudades se preocupó especialmente de fomentar las startups de jóvenes. Generan hoy el 20% del producto bruto nacional, el 50% de las exportaciones y numerosos empleos directos e indirectos. El éxito estuvo basado en combinar jóvenes emprendedores innovadores, universidades de primera, empresas privadas de punta y políticas de apoyo.

Una conclusión

Democracias estables y participativas, mejoramiento de la igualdad y economías inclusivas son viables. El único destino para los excluidos no son las ultraderechas totalitarias y corruptas.

(*) Asesor de diversos organismos internacionales. Doctor Honoris Causa de la Universidad Hebrea de Jerusalén. Apareció su nueva obra “Hacia dónde va la responsabilidad social en el mundo” (2024, Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires). kliksberg@aol.com

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