Daniela Misul (1958-2019) fue presidenta de la Comunidad Judía de Florencia durante dos mandatos. Su capacidad “unió a la gente y construyó puentes”. Así la recuerda la placa develada esta mañana en el jardín de la sinagoga, bautizada oficialmente en su memoria en presencia de familiares y muchos amigos.
La memoria de una mujer que “fue un punto de referencia para toda la ciudad y mantuvo un diálogo abierto con otras comunidades religiosas y agentes sociales, prestando especial atención a los itinerarios educativos”, dijo la alcaldesa Sara Funaro.
En el centro de su visión estaba “el reconocimiento del otro” sea cual sea su identidad, remarcó entonces la concejala municipal de Urbanismo,
El presidente de la Comunidad, Enrico Fink, explicó que la solicitud de ponerle su nombre a un espacio “viene de la ciudad y no solo de nosotros: cuando asumí la presidencia, en cada lugar que iba tocaba lo vivo que estaba el legado de Daniela; Era una persona capaz de comunicarse con todo el mundo, una persona completa; El jardín de nuestra sinagoga es el lugar más adecuado para recordarla, porque representó y sigue representando un espacio de encuentro, diálogo y apertura”, características que fueron el sello distintivo de su compromiso judío y civil, confirmó el Gran Rabino Gadi Piperno.
“La próxima festividad de Janucá es la fiesta de la libertad religiosa y nos enseña a estar orgullosos de nuestra identidad y a llevarla con orgullo. Daniela siempre lo hizo”, dijo el rabino. Daniela. “Cuando una persona muere, esperamos que ‘su memoria sea una bendición’. A cinco años y medio de la muerte de Daniela, podemos decir que su memoria “es” de bendición”. Una “bendición” encarnada también por el homenaje de los niños del jardín de infantes judío, que trajeron cada uno una flor debajo de la placa.