La poliomielitis es una enfermedad infecciosa grave, que puede llevar a la parálisis. Gracias a décadas de campañas de vacunación, ha sido erradicada en muchas regiones y su diagnóstico es muy poco usual.
El virus se propaga por contacto de persona a persona, principalmente mediante transmisión fecal-oral. Aunque la mayoría de los infectados (90-95%) son asintomáticos, algunos presentan síntomas leves como fiebre, fatiga, dolor de garganta y pérdida de apetito. Menos del 1% de los casos avanzan a polio paralítica, la forma más grave de la enfermedad.
El Ministerio de Salud confirmó el diagnóstico de un adolescente de 17 años en Jerusalén. El caso fue descubierto mediante las pruebas realizadas durante un programa de vacunación rutinario, con la verificación llevada a cabo en su laboratorio de virología.
Tras el diagnóstico, las autoridades sanitarias han iniciado una investigación epidemiológica para rastrear posibles contactos y garantizar que las personas no vacunadas reciban la inmunización necesaria. Desde el ministerio explicaron que “la principal forma de proteger a los niños contra la parálisis es a través de la vacuna inactivada contra la polio”.
Además, subrayaron que mantener una higiene adecuada de las manos es crucial para prevenir la transmisión del virus, y están evaluando si será necesario implementar campañas de refuerzo para proteger a la población.
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